Precampaña en Alemania

Dimite el tercer ministro de Merkel por plagiar su tesis

La socialdemócrata Franziska Giffey, responsable de Familia, era una de las favoritas para asumir el liderazgo del SPD hasta que su reputación quedó en entredicho a raíz de la revisión de su doctorado

Franziska Giffey, hasta hoy ministra de Familia y Mujer de Alemania, conversa con la canciller Angela Merkel
Franziska Giffey, hasta hoy ministra de Familia y Mujer de Alemania, conversa con la canciller Angela MerkelMichele TantussiAP

A cuatro meses de las elecciones, un nuevo escándalo político ha estallado en el seno del Gobierno de coalición de Angela Mekel. La ministra alemana de Familia, Franziska Giffey, presentó este miércoles su dimisión por el debate surgido en torno a un presunto plagio en su tesis doctoral. «Mantengo mi declaración de haber hecho mi tesis con el mayor rigor posible. Lamento si cometí errores», dijo en un comunicado. «Una decisión correcta –según el informativo de la televisión pública alemana–, pero que llega demasiado tarde».

Todo se remonta a 2019, cuando la tesis de Giffey, «El camino de Europa hacia el ciudadano, la política de la Comisión Europea y la participación de la sociedad civil», fue sometida a una revisión por parte de la Universidad Libre de Berlín (FU), lo que terminó con una amonestación por no haber respetado los estándares del trabajo académico. La comisión encargada determinó que, aunque había pasajes problemáticos en cuanto al manejo de fuentes, estos no tenían suficiente peso cualitativa ni cuantitativamente para justificar una retirada del título.

La revisión de la tesis, presentada en 2010, había sido solicitada por la propia Giffey después de que se formulasen acusaciones de plagio en su contra. En noviembre, la todavía ministra anunció que no utilizaría más el título de doctora y poco después la universidad inició una segunda investigación por parte de una comisión que, según la revista «Der Spiegel», había propuesto retirar el título a la ministra.

La renuncia de Giffey, el tercer relevo en un Ejecutivo de la canciller por sospechas de plagio, podría tener efectos colaterales para el SPD. De hecho, la hasta ahora titular de Familia fue vista como la esperanza socialdemócrata. Un activo en el Gabinete que se suponía que debía pulir la imagen del partido con su estilo cercano y su política dura.

Muchos analistas políticos aseguran que aseguran que Giffey podría haber acercado al SPD a los ciudadanos en la próxima y difícil campaña electoral y haber demostrado de manera creíble la gran importancia de la política familiar para el partido. Con un lenguaje sencillo, Giffey nunca se cansó de enfatizar cuánto sufrieron los niños y las familias a causa de la pandemia y de ahí que muchos de sus compañeros de partido hayan lamentado su partida. No obstante, son muchos los medios los que aseguran que su dimisión es asimismo consistente y clara y, por lo tanto, le quita una carga al SPD.

Corresponde al partido designar a un sucesor, lo que ha resuelto dejando que asuma esas competencias la titular de Justicia, Christine Lambrecht. Nada apunta a que el relevo sacuda a la coalición en su recta final hasta la despedida del poder de Merkel. Ni al bloque conservador de la canciller ni a sus socios les conviene darle a la cuestión un mayor revuelo.

No obstante, y a pesar de su renuncia, Giffey ha decidido mantener su candidatura para las regionales de Berlín, que coinciden con las generales del 26 de septiembre. Aspira a ocupar el puesto que ejerce su correligionario, el alcalde-gobernador Michael Müller, al frente de un tripartido con los Verdes y La Izquierda.

La pulcritud de los títulos superiores es materia espinosa en Alemania. La de Giffey es la primera retirada de un Ministerio federal para el SPD, pero la tercera para Merkel. En 2011 sacudió su Gobierno la retirada de su entonces ministro estrella, el titular de Defensa, Karl-Theodor zu Guttenberg, de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU). Guttenberg negó durante meses las acusaciones de plagio.

Más dolorosa para Merkel fue la retirada en 2013 de su ministra de Investigación, Annette Schavan. Persona de confianza, también a escala privada, de la canciller, Schavan renunció por considerar que no podía seguir en el cargo en medio de la controversia en que se vio inmersa.