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Defensa

Muere Donald Rumsfeld, arquitecto de las guerras de Afganistán e Irak

Fue uno de los “héroes” del 11S, pero su imagen tardó poco en venirse abajo con la intervención en Oriente Medio

Donald Rumsfeld, fallecido el pasado martes en Taos (Nuevo México) a los 88 años, debido a un mieloma múltiple, según su familia. Fue una de las figuras más poderosas y controvertidas de la historia de EE.UU., y nunca huyó de la polémica.

Como exsecretario de Defensa fue partícipe de las tres decisiones más importantes del siglo XXI en el país norteamericano: la guerra de Afganistán, la invasión de Irak y Guantánamo.

Sin duda, fue uno de los héroes en los atentados del 11-S. Saddam Hussein no fue protagonista en los ataques del 11 de septiembre, pero Rumsfeld y otros miembros de la administración dicen que el dictador tiene un arsenal nuclear, biológico y químico, y que Estados Unidos no podía retirarse.

“Liberar a la región del régimen brutal de Sadam (Husein) ha creado un mundo más estable y seguro”, escribió Rumsfeld en 2011 en sus memorias.

De héroe a villano

Poco después, Rumsfeld y Bush iniciarían la guerra de Afganistán, la más larga de la historia del país, la cual podría acabar en septiembre, puesto que el actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quiere acabar con ella. Además, las tropas estadounidenses ya están abandonando el país.

Pero su imagen tardó poco en deteriorarse con la guerra de Irak y las torturas en Guantánamo, aunque siempre justificó las decisiones que tomó cuando dirigía el Pentágono entre 2001 y 2006. Incluso años después de dimitir, seguía defendiendo la invasión de Irak a pesar de las 4.400 vidas estadounidenses perdidas.

“Están las cosas que sabemos que sabemos. También sabemos que hay algunas cosas que no sabemos. Pero también están las cosas desconocidas que no sabemos, aquellas que no sabemos que no sabemos”, dijo en aquel entonces.

El fiasco de la guerra de Irak, cuya justificación -las presuntas armas de destrucción masiva- resultó ser falsa, deterioró rápidamente la imagen de estratega brillante de Rumsfeld.

Los aliados de Rumsfeld aseguraban que la historia era más compleja, y el propio Bush negó en un libro en 2017 que sus subordinados le manipularan, al afirmar que no tomaron “ni una jodida decisión” que correspondiera al presidente.

Dos veces secretario de Defensa

Rumsfeld fue el único estadounidense que ha ocupado dos veces el cargo de secretario de Defensa: la primera fue entre 1975 y 1977, bajo el mandato del republicano Gerald Ford (1974-1977), con Estados Unidos inmerso en plena Guerra Fría.

Además, pasó a la historia como el jefe del Pentágono más joven con tan solo 43 años en 2001. Por otro lado, en 2006 volvió a liderar el Pentágono tras abandonar su puesto de secretario de Defensa, siendo el que más anciano en la historia en ese puesto, pero en su segundo mandato se convirtió probablemente en el secretario de Defensa más poderoso desde Robert McNamara (1961-1968).

Rediseñó el papel de Estados Unidos en el mundo, y se vio obligado a dimitir en 2006, aunque Rumsfeld ya había ofrecido su renuncia anteriormente en 2004. En ese año, se hace público un documento en el que Rumsfeld aprueba una recomendación sobre el tipo de “técnicas” que debían usarse contra los prisiones en Guantánamo, es decir, las torturas a las que se veían sometidos.

El expresidente Bush quiso recordar uno de los más loables en el comunicado con el que reaccionó a la muerte de Rumsfeld, a quien describió como “un servidor público ejemplar”. ”La mañana del 11 de septiembre de 2001, Donald Rumsfeld corrió hacia el fuego en el Pentágono para asistir a los heridos y asegurar la seguridad de los supervivientes”, relató Bush.

Su primer trabajo fue como aviador de la Marina, pero pronto se dejó seducir por la política y fue elegido congresista en 1962. Tras pasar por la Administración de Richard Nixon, con quien fue embajador ante la OTAN; se convirtió en jefe de gabinete de Ford, que luego le elevó al Pentágono.

En sus décadas fuera del Gobierno dirigió varias empresas, como las farmacéuticas Searle y Gilead y la de comunicaciones General Instrument Corporation, y mantuvo lazos con contratistas de defensa. También se supo que tuvo intenciones de presentarse a presidente en 1988, pero no llegó a presentarse.

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