Colombia
“El reconocimiento de crímenes de guerra por parte de las FARC es algo inédito en los procesos de paz”
Carlos Ruiz Massieu, jefe de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, confía en que haya también un diálogo con la guerrilla del ELN
El diplomático mexicano Carlos Ruiz Massieu, jefe de la misión de la ONU para la verificación de los acuerdos de paz de Colombia, alberga la esperanza de ver pronto un país más unido y totalmente reconciliado gracias a un proceso de paz sellado en unos acuerdos históricos con la guerrilla de las FARC,que pronto cumplirán cinco años. Diplomático con 25 años de experiencia, este mexicano conoce bien el terreno que pisa y confía en que las heridas de este conflicto armado, que duró más de 50 años años, cicatricen para que “los colombianos tengan la paz completa que se merecen”. Ruiz Massieu atiende a LA RAZÓN en Madrid, donde se ha reunido con el ministro de Exteriores José Manuel Albares para hablar de Colombia.
¿Qué porcentaje de las medidas contempladas en el acuerdo de paz con las FARC se ha puesto en marcha?
Hay áreas con un avance importante teniendo en cuenta que llevamos casi cinco años de los quince previstos para cumplir lo pactado. El 50% de los exguerrilleros están vinculados a algún proyecto productivo. Hay otros puntos que se han cumplido al cien por cien, como que la guerrilla ha pasado a ser un partido político con presencia en el Congreso. También se cumplió la dejación de armas al principio del proceso que supuso la entrega de 9.000 armas de diferentes calibres entregadas a Naciones Unidas.
¿Cuáles son los puntos del acuerdo más difíciles de implementar?
El primero es la seguridad, porque si no se protege la vida de los ex combatientes que han dejado las armas los demás elementos son menos importantes. El otro punto es la justicia transicional: la Comisión de la Verdad, la Unidad de Búsqueda de personas dadas por desaparecidas y la Jurisdicción Especial para la Paz. Este segundo elemento, que tiene por objetivo la reparación de las víctimas, está en el centro del acuerdo y creo que se han dado pasos importantes, aunque todavía falta que haya sancionados, que haya una reparación real y bases para una reconciliación para el futuro. En este sentido, el reconocimiento de crímenes de lesa humanidad y de guerra por parte de las FARC es algo inédito en los procesos de paz.
Si hubiera un referéndum sobre el acuerdo de paz, ¿tendría el apoyo mayoritario de los colombianos teniendo en cuenta que en el pasado fue rechazado por la mayoría en una consulta popular?
Los últimos sondeos indican que hay un apoyo mayoritario. Esto no exime el hecho de que hay temas del acuerdo que siempre han generado polarización en la sociedad colombiana.
Uno de ellos es el equilibrio entre justicia y paz. Los acuerdos no contemplan penas de cárcel para los autores de crímenes de lesa humanidad. ¿Esto puede ser un obstáculo para la reconciliación total?
La apuesta de los acuerdos fue la creación de una justicia transicional que privilegiara la reparación a las víctimas, la restauración y la verdad y donde se lograra un equilibrio entre justicia y paz. Nosotros confiamos en que sea un modelo de éxito, de hecho ya es un modelo único. Se han logrado avances pero hay que seguir avanzando. Hay que verificar que las víctimas están siendo reparadas y que haya una sanación y que la sociedad colombiana se reconcilie.
¿Cómo han sido reparadas las víctimas?
Está la reparación económica, que ya se hacía antes del acuerdo. Y también existe la reparación derivada de las sanciones que va a imponer la justicia transicional. Los ex guerrilleros, especialmente los máximos responsables de los delitos -ya sean los cometidos por las ex FARC, la Fuerza Pública o terceros que participaron en el conflicto-, van a ser sancionados con restricciones de libertad y de derechos, aunque no de cárcel, y habrá también obras con contenido reparador. Los magistrados de la justicia transicional, antes de dictar una sanción, tendrán audiencias con las víctimas para ver si las sanciones que están pensando imponer realmente son reparadoras para las víctimas.
¿Cuántos responsables de crímenes han sido sancionados por la justicia transicional?
No se han impuesto sanciones hasta ahora. La justicia transicional ha dictado dos autos, una sobre secuestros contra ex comandantes de las ex FARC y otro sobre los “falsos positivos”, que fueron las ejecuciones extrajudiciales (de campesinos presentados como guerrilleros ante las autoridades) contra oficiales del Ejército. Las ex FARC ya reconocieron haber cometido crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra. Los oficiales del Ejército imputados tendrán que hacer lo propio.
¿No está siendo un proceso lento?
Son procesos no demasiados rápidos pero no va lento en comparación de otros tribunales que han funcionado dentro y fuera de Colombia.
¿Reconocerán los oficiales y dirigentes políticos de la época su responsabilidad sobre los falsos positivos?
Se espera que lo hagan. Si los magistrados consideran que no se da reconocimiento pleno de los daños o que no se da de manera tardía, la vía de la sanción de la justicia transicional no aplica, con lo cual habrá que ir a la justicia ordinaria con posibilidad de penas de cárcel. Recientemente el presidente Santos hizo una declaración en la Comisión de la Verdad y pidió perdón por los falsos positivos. Los ex presidentes no entran dentro del marco de la Justicia Especial para la Paz, pero quien quiera que tenga algo que contar que pueda ser de importancia para el país de cara a los años de conflicto no solo es bueno que lo haga sino que es fundamental para encontrar la verdad que todos los colombianos quieren.
¿Por qué asesinan a tantos líderes sociales en Colombia cada año?
Tras la firma de los acuerdos de paz, la violencia en los territorios afectados por el conflicto fue a la baja debido a la desmovilización de las FARC. Desafortunadamente, muchos de esos espacios que dejó las FARC no han sido copados de manera integral por el Estado. Hay otros grupos armados en el país en activo y otras organizaciones de carácter criminal que han aprovechado esos espacios y han empezado a pelear por ellos. Los líderes sociales y ex combatientes están en esas zonas. En 25 municipios se dan el 65% de todos los asesinatos de líderes sociales. La inseguridad en esas zonas volvió a subir por la presencia de otros grupos armados, pero a nivel nacional, los indicadores de violencia se han reducido. Los matan porque los líderes sociales amenazan el orden establecido por parte de estos grupos. A veces el líder comunitario empuja la sustitución de cultivos ilícitos, lo que amenaza el negocio del narcotraficante. Lo importante es buscar que se sancione a los que cometen estos delitos y que tenga un carácter disuasivo.
¿Por qué ha crecido la superficie de cultivos ilícitos en Colombia tras el acuerdo de paz?
El acuerdo tiene un punto de programa voluntario de sustitución de cultivos ilícitos que había que haber impulsado de manera mucho más decisiva. El programa tiene tres elementos: el pago por la erradicación, el sustento a las familias que firman el convenio -cerca 100.000 familias- y el proyecto alternativo de vida. Se han cumplido las dos primeras, pero la tercera está muy atrasada. Si esto se hiciera en su totalidad tendríamos avances sustanciales en un elemento para combatir a las drogas. Menos del 1% para la erradicación voluntaria se vuelve a replantar, mientras que en la erradicación forzosa el porcentaje es del 40%.
¿Habrá un acuerdo de paz con la guerrilla del ELN?
Naciones Unidas siempre aboga por la salida negociada a los conflictos. Y en el caso del ELN no es una excepción. Hemos hablado, junto con la Iglesia Católica, con la delegación del ELN en La Habana y con el Gobierno colombiano para explorar un posible diálogo y una negociación que derive en un acuerdo de paz que dé a Colombia una paz completa. Confiamos en que esta será la vía de cara al futuro.
¿Cuántos guerrilleros de las FARC han vuelto a las armas y cuántos no se desmovilizaron?
Las disidencias de las FARC que siguen en activo son las que no formaron parte del acuerdo, las que no se sumaron a la paz. Cerca del 95% de los 13.500 ex combatientes que se acreditaron para el proceso de paz sigue siendo parte del proceso. Esto a pesar de los desafíos y los retos que tenemos en las diferentes áreas de implementación. Esto significa un éxito para el acuerdo.
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