Afganistán

Ghani tenía motivos para huir: los talibanes habían jurado ahorcarlo

Los yihadistas mantenían los campos de entrenamiento de terroristas suicidas después de los acuerdos con EE UU

El ex presidente Ghani, al que le esperaba la horca EFE/EPA/HEDAYATULLAH AMID
El ex presidente Ghani, al que le esperaba la horca EFE/EPA/HEDAYATULLAH AMIDHEDAYATULLAH AMIDEFE

La huida del “desaparecido en combate” Ashraf Ghani, presiente que lo fue de Afganistán, estaba más que justificada, ya que los talibanes habían anunciado, por activa y por pasiva, que pensaban ahorcarle, como hicieron en 1996 con su antecesor en el cargo, el prosoviético Mohammad Najibullah, al que sacaron del edificio de las Naciones Unidas por la fuerza.

Ahora que hay tantos que se suman a comprar el discurso de los talibanes, convertidos de la noche a la mañana, en unos pacíficos musulmanes que pasaban por allí, conviene recordar algunos detalles de un movimiento que jamás ha renunciado a sus principios teocráticos para imponer una dictadura en forma de Emirato Islámico.

Según recuerdan medios especializados, entre ellos Memri, a las dos semanas de la firma del acuerdo de Doha, se supo que el Emirato Islámico había planeado luchar para tomar el poder en Kabul destituyendo por la fuerza al gobierno electo del presidente Ghani, al que pensaban ahorcar en público.

“Roznama Ummat”, el diario urdu considerado cercano a los talibanes, informó de que “los talibanes afganos le han dicho a Estados Unidos que debe retirar todas sus tropas y no preocuparse por salvar a Ashraf Ghani. . No cumpliremos ningún acuerdo con Ashraf Ghani”.

“El Consejo de Liderazgo de los talibanes afganos da permiso, a los combatientes de la Red Haqqani (la punta de lanza del movimiento) para tomar Kabul en 48 horas y el destino de Ashraf Ghani será similar al de Najib”, el ahorcado. Lo del plazo parecía un farol, pero los hechos han demostrado lo contrario.

El plan de los talibanes para colgar al presidente Ashraf Ghani, data de marzo de 2020 y, en un un artículo publicado oficialmente por el Emirato Islámico en febrero de 2021, decía: “Las condiciones actuales en nuestro país son exactamente las mismas de nuevo que entonces”: “Si Dios quiere, el destino de cada invasor y esclavo será el mismo que el de los soviéticos y sus esclavos”. Que tomen nota los wue no han podido salir de Afganistan y sean considerados como enemigos o colaboracionistas por los talibanes.

Tres meses después del acuerdo de Doha, Mullah Abdul Ghani Baradar Akhund (el hombre fuerte del grupo), que había encabezado la delegación de los talibanes en las conversaciones con Estados Unidos, presidió una ceremonia de terroristas suicidas en Afganistán.

A lo largo de los 18 meses de conversaciones y en los meses posteriores al acuerdo de Doha, el Emirato Islámico continuó publicando fotos de alta definición de los terroristas suicidas talibanes “graduándose de sus centros de formación”. Incluso, en marzo de 2021, cuando Estados Unidos comenzó a trabajar para la conferencia de Estambul, el Emirato Islámico publicó fotos de “cientos de muyahidines y buscadores del martirio [es decir, terroristas suicidas] que había estado entrenando en tres campos de entrenamiento.

En junio-julio de 2020, envalentonados por su victoria en Doha, los talibanes desarrollaron un plan para sitiar Kabul. La referida revista afirmó que, si no había una solución negociada con el gobiero afgano, se había acordado entre Estados Unidos y el Emirato Islámico que si los talibanes sitiaban Kabul, los americanos no se opondrían y lo describirían como un asunto interno, comop ha ocurrido. Asimismo, que Estados Unidos entregaría Kandahar, Bagram. y las bases aéreas de Jalalabad a los talibanes, no al ejército afgano.