Inmigración

La guerra de las pateras estalla entre Francia y Reino Unido

Esta semana más de 1.500 migrantes cruzaron el Canal de la Mancha en pequeñas embarcaciones, y en lo que va del año la cifra se ha situado en más de 12.600

Rescate de migrantes en el Canal de la Mancha en 2021
Rescate de migrantes en el Canal de la Mancha en 2021GENDARMERÍA NACIONAL FRANCESAGENDARMERÍA NACIONAL FRANCESA

La guerra de las pateras ha estallado entre Reino Unido y Francia. Tras varias semanas de constante incremento del número de embarcaciones con migrantes indocumentados que atravesaban el Canal de la Mancha, el tono ha subido este jueves entre París y Londres en lo que parece una nueva crisis migratoria abierta con reproches cruzados. Si bien la situación por el momento no es ni mucho menos tan desesperada como las tragedias que acontecen en el Mediterráneo, lo cierto es que ya se han producido más de una docena de muertes y se van acumulando los rescates en el mar de migrantes en peligro. El gobierno francés ha respondido con contundencia que no admitirá “ningún chantaje” tras conocerse que Reino Unido estudia, entre otras fórmulas, forzar el retorno de pateras a las costas galas. Según medios británicos, la ministra de Interior, Priti Patel, ha dado el visto bueno para que las autoridades fronterizas hagan retroceder las embarcaciones que entren en aguas británicas del Canal de la Mancha, a fin de impedir la entrada de inmigrantes ilegales. La medida responde al incremento de las embarcaciones con migrantes que han conseguido cruzar el Canal este verano, pero especialmente esta semana debido al buen tiempo. Según los medios británicos, esta semana más de 1.500 migrantes cruzaron el Canal de la Mancha en pateras, pero en lo que va del año la cifra se ha situado en más de 12.600. Patel ha optado por la nueva medida después de mantener el miércoles una conversación con su colega francés, Gérald Darmanin, pero ambos no se pusieron de acuerdo sobre medidas para evitar estos peligrosos cruces en las aguas que separan Inglaterra de Francia.

Francia, por su parte, justifica que no “aceptará ninguna práctica contraria al derecho marítimo” según el cual, las personas en riesgo de perder la vida en el mar deben ser rescatadas. Pero lo cierto es que el enfrentamiento entre ambos países atiende también a un componente económico. El pasado julio, el Reino Unido y Francia llegaron a un acuerdo para impedir el número de pateras que cruzan el Canal, por el que Londres se comprometió a suministrar a Francia casi 63 millones de euros para que tomase medidas, como el despliegue de más patrullas en las costas francesas.

Según la BBC, la nueva táctica solo sería utilizada en “ciertas” circunstancias y se evalúan aún los detalles operativos antes de su puesta en marcha. Del puerto galo de Calaisal británico de Doverapenas hay 34 kilómetros, pero esa distancia puede llegar a ser de hasta 250 kilómetros en otros puntos del Canal, una circunstancia agravante para las ya frágiles de por sí embarcaciones utilizadas por las redes de traficantes que, aprovechando la noche, se hallan a merced de fuertes corrientes, grandes mareas y el cambio brusco de condiciones meteorológicas en la zona. Además del miedo al endurecimiento fronterizo por el Brexit, los migrantes se lanzan al mar porque la tradicional travesía en camiones o ferris, que en 2016 realizaron 50.000 migrantes, es cada vez más complicada, aunque no imposible (7.000 lo lograron en los primeros seis meses de 2021, según Le Figaro). Los alrededores del Eurotúnel y del puerto de Calais, así como la carretera que los atraviesan, parecen territorios en guerra, rodeados de altas vallas metálicas coronadas con las siniestras concertinas.

Aunque el cálculo es difícil, fuentes de Interior estimaban este verano entre 2000 y 3000 el número de migrantes esperando a cruzar el Canal en Calais y sus alrededores. Ahora son, sobre todo, eritreos, sudaneses y afganos. Aunque pueda parecer alta, lo cierto es que la cifra está lejos de los más de 10.000 que llegaron a concentrarse en los peores momentos que atravesó en 2016 la llamada “Jungla de Calais”, el deteriorado macrocampamento desmantelado a finales de aquel año en la recta final del mandato del socialista François Hollande.