Elecciones en Chile
José Antonio Kast: «Las ideas de libertad generan bienestar y son el mejor antídoto contra los populismos»
El líder del Partido Republicano cree que en las elecciones del domingo 19, Chile elige entre «el orden y el progreso» frente a quienes quieren «destruir la democracia» y «seguir en la espiral de violencia»
Hijo de padres inmigrantes alemanes y el menor de diez hermanos, José Antonio Kast, nació en 1966 en Chile pero habla perfecto alemán. Licenciado en Derecho, siempre estuvo vinculado a la vida política, incluso desde sus días de universitario. Padre de nueve hijos, católico, rechaza el aborto y el matrimonio homosexual recientemente aprobado en Chile.
El derechista Kast, candidato del Partido Repúblicano, se enfrentará nuevamente en las urnas el próximo domingo 19 de diciembre contra el candidato del Partido Convergencia Social, el izquierdista Gabriel Boric, con quien se disputó a mediados de noviembre la primera vuelta en la que obtuvo casi el 28% de los votos, frente al 26% de su rival.
Kast, en una entrevista con LA RAZÓN, se define como el aspirante de la derecha y no de la extrema derecha. Asegura que las elecciones en Chile son las más importantes desde que el país regresara a la democracia tras la dictadura de Augusto Pinochet, de quien en el pasado ha asegurado que «separando todo el tema de los derechos humanos, el Gobierno de Pinochet para el desarrollo del país fue mejor que el de Sebastián Piñera».
Las elecciones chilenas se producen en un ciclo de grandes cambios en el país. En 2019 miles de personas salieron a las calles para pedir al Gobierno más igualdad y derechos. Un efecto de las movilizaciones fue la formación de una Convención Constituyente para redactar una nueva Carta Magna en sustitución de la vigente, aprobada en 1980, durante el régimen militar.
El enfado de los chilenos con su clase política tradicional también se manifestó en las urnas, donde los partidos convencionales cosecharon una derrota en la primera vuelta de noviembre.
A pocos días de las elecciones presidenciales, ¿cuáles son sus expectativas?
Estamos tranquilos y esperanzados porque este 19 de diciembre los chilenos elijan por la paz, la libertad y el progreso. Sin duda es una de las elecciones más importantes de los últimos 30 años porque nos enfrentamos ante dos modelos de país. Creo en el valor de la libertad, la democracia, el respeto a la ley, a la patria, el trabajo, el esfuerzo. La meritocracia y el emprendimiento. Creo en una sociedad donde la persona esté en el centro, y en base al mérito y su esfuerzo pueda progresar y tener un mejor bienestar para su familia. Creo que el Estado debe garantizar una cancha pareja para todos, establecer reglas claras, hacerlas cumplir, ser capaz de garantizar orden y seguridad, ayudar a quienes lo requieran y, lo más importante, estar al servicio de las personas y sus necesidades. Las personas y su libertad individual son el corazón del proyecto político, el que espero convoque a la mayoría de los chilenos y chilenas el próximo 19 de diciembre, porque Chile merece y tiene futuro.
¿Cuáles son las principales diferencias que tiene con el candidato Gabriel Boric, y por qué cree que los chilenos debieran votar por usted y su programa de gobierno?
Hay una profunda diferencia, ya que nuestro proyecto político cree en la democracia, en la libertad individual, un Estado al servicio de las personas, donde los derechos están sobre el Estado, a diferencia como postula el candidato del Frente Amplio y el Partido Comunista. Es muy difícil que el Partido Comunista chileno, aliado con dictaduras como las de Corea del Norte, Cuba, Venezuela y Nicaragua, pueda implementar políticas públicas que generen desarrollo, progreso y bienestar, así como una democracia sólida y una sociedad civil libre y pujante.
Chile parece un país polarizado, ¿cómo va a unificar a la sociedad partiendo de la división tan grande después de las marchas de 2019?
Digo lo que pienso y hago lo que digo. Tal como dije la noche del 21 de noviembre, tras vencer en la primera vuelta con el 27,91% de los votos, en nuestro Gobierno queremos abrazar a todo Chile, queremos ser un gobierno para todos los chilenos, para todas las chilenas. Es por eso que ese día, además de agradecer las preferencias de los miles de votantes que creen en nuestro proyecto por el Futuro de Chile, asumí con humildad la posibilidad de llegar a la presidencia de la República y dejé mi «chapita» Republicana. Estamos en una nueva etapa en Chile, una etapa donde debemos unirnos para enfrentar un desafío enorme, porque en estas elecciones presidenciales se juega la libertad de nuestro país.
En el caso que Gabriel Boric gane el 19 de diciembre ¿Ve probable el poder colaborar con ese hipotético gobierno si se lo pidiera?
Tengo plenas convicciones democráticas y defenderé siempre la libertad, la democracia, el respeto a las instituciones, al Estado de Derecho, y que impere la ley. Los valores democráticos y la libertad no se transan.
Si gana las elecciones, ¿cuál será su relación con la convención constitucional?
La Convención Constituyente tiene un mandato ciudadano, con una tarea que cumplir, que es redactar una nueva Constitución representativa de todos los chilenos. Luego habrá un plebiscito de salida, en el que los chilenos se pronunciarán sobre si aprueban o rechazan dicha Constitución. En Chile existe una democracia plena, por tanto, están todas las garantías para que los constituyentes puedan ejercer el mandato encomendado, según lo establecido en la ley.
Si gana las presidenciales, ¿Cómo se plantea gobernar con una oposición tan fuerte como la existente hoy en Chile?
Tenemos vocación de mayoría, lo que significa la plena disponibilidad para buscar los puntos en común que nos permitan construir un mejor Chile para todos. Chile elegirá un presidente para todos los chilenos, y es mi deber y obligación, entonces, escuchar y tender puentes hacia todos mis compatriotas.
¿Cómo evalúa el gobierno de Sebastián Piñera durante estos años? ¿Cuáles cree que han sido los aciertos y errores durante su gestión?
Uno de los aciertos que ha tenido este gobierno ha sido la gestión de la pandemia. Hoy Chile es una de las naciones con los niveles de protección más altos a través de vacunas. Y ese es un logro que sólo se consiguió mediante un trabajo conjunto de múltiples actores. He sido muy crítico del gobierno del presidente Piñera en varios temas. Cuando dejó de lado su programa de gobierno nos declaramos oposición. Uno de los temas fue en la defensa de las ideas de la derecha que lo hicieron ser elegido ante un violentísimo ataque político, mediático y callejero de parte de la izquierda. Creo que el combate a la delincuencia y el narcotráfico no ha sido eficaz, así como el ingreso irregular de migrantes por nuestras fronteras. Tampoco han defendido a las víctimas de La Araucanía y Arauco donde existe terrorismo.
¿Cuál cree que debería ser el papel de Chile dentro de América Latina, si es elegido presidente, teniendo en cuenta el panorama de la región?
Durante los últimos 30 años Chile se ha consolidado como una democracia, donde existe bienestar para la gran mayoría de los chilenos, se ha podido reducir drásticamente la pobreza a través de una economía libre e integrada al mundo, donde se respeta el Estado de Derecho y la separación de poderes. Creo que ese es el mejor ejemplo para la región, que vean que las ideas de la libertad generan bienestar, y son el mejor antídoto para los populismos. América Latina necesita más integración y menos ideología, más respeto a la ley y menos sectarismo, más democracia y menos populismo.
¿Qué opina sobre la petición de López Obrador en México para que, tanto el gobierno como la Corona española, ofrezcan disculpas a los pueblos originarios por las masacres cometidas durante la Conquista?
Cada nación y cada gobierno son soberanos para solicitar lo que estimen conveniente. No nos corresponde a nosotros involucrarnos en su historia. Nosotros estamos mirando hacia el futuro, hacia cómo encauzar a Chile en las próximas décadas, y no mirando por el espejo retrovisor de hechos que ocurrieron hace 500 o 200 años. Europa es un buen ejemplo de cómo tras dos fratricidas guerras mundiales supieron unirse y salir adelante, y generar progreso y bienestar para sus habitantes. Nuestros pueblos originarios piden más incorporación en la sociedad, más posibilidades y más respeto. Y, por tanto, hay una labor importante del Estado en cuanto a incorporar sus demandas y generar condiciones especiales en temas como educación, trabajo, desarrollo, así como el respeto y promoción de su cultura ancestral. Y en paralelo debemos avanzar en su protección, ya que no puede ser que, bajo la falacia del «conflicto mapuche» hoy tengamos comunidades tomadas por narcotraficantes y grupos radicalizados y terroristas, que no representan a miles de mapuches que quieren vivir en paz.
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