África

Francia y sus aliados anuncia su retirada de Mali

París, que tiene 2.400 soldados en este país africano, asegura que ya no exige cooperación con la junta militar que gobierno Bamako

Francia pone fin a nueve complicados años de presencia en Mali. Una retirada debida a “las múltiples obstrucciones de las autoridades de transición malienses” según reza el comunicado firmado por Francia, sus aliados europeos, Canadá y sus socios en el Sahel que se ha dado a conocer este jueves previo a la cumbre UE-Unión Africana en Bruselas.

La declaración subraya la “voluntad” de seguir su lucha en la región “en estrecha coordinación con los países vecinos”. Una retirada en un plazo de entre cuatro y seis meses que se efectuará de forma “coordinada”, concepto reiterado por París para evitar los paralelismos con la caótica retirada estadounidense de Afganistán, que tendrá un impacto en otras misiones internacionales en Malí, especialmente la de estabilización de la ONU (Minusma) y la EUTM-Malí, que instruye al Ejército maliense para enfrentarse a los terroristas y que lidera España, que no participa en las operaciones Barkhane y Takuba. Francia ha asegurado que velará por la “seguridad” de las operaciones mientras dure su repliegue.

“La victoria contra el terror no es posible si no se ve apoyada por el propio estado”, ha dicho Macron este jueves después de dar a conocer el repliegue. La retirada de París de su excolonia llega en un contexto de alta tensión con la junta militar que tomó el poder en Malí tras dos golpes de Estado, a la que acusan de retrasar la transición y de recurrir a los servicios de la compañía de mercenarios rusos Wagner. Francia, que ha perdido en estos nueve años de operaciones en el Sahel a más de medio centenar de militares, ya recompuso su dispositivo en Malí en 2021, reduciendo su presencia militar en el norte del país.

Se espera que, en un primer momento, el contingente francés sea trasladado al vecino Níger, aunque París advierte de que no busca una mera transferencia de tropas de un país a otro, sino un replanteamiento más amplio de su presencia en la región.  Según datos del Elíseo hay unos 25.000 efectivos internacionales en el Sahel, de los que 4.300 son franceses. De ellos, 2.400 están en Malí en el marco de la operación antiyihadista Barkhane y la Takuba, la misión de fuerzas especiales de varios países de la UE acordada en enero de 2020 y que apoya, bajo mando francés, a las fuerzas armadas malienses en operaciones antiterroristas.

El presidente de la Unión Africana celebra la retirada

El alto representante de la UE para Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell, ha confirmado este jueves que la UE ha enviado un equipo a Bamako para analizar, junto con las autoridades malienses, la situación sobre el terreno y si se dan las condiciones para que la misión europea de formación pueda continuar en el país africano. Por su parte, y también desde París tras verse con Macron, el presidente de Senegal, Macky Sall, que también preside la Unión Africana, dijo que la seguridad y la lucha contra el terror son “vitales” para Europa y África. En declaraciones junto al mandatario galo, Sall dijo comprender las decisiones de Francia y la UE de poner fin a su operación en Mali, pero expresó su satisfacción porque se hubiera alcanzado un acuerdo para mantener su presencia en el Sahel.

La degradación de las relaciones entre Bamako y París llegó a un punto sin precedentes a principios de febrero al anunciarse la expulsión del embajador galo en Mali, mientras el propio gobierno golpista del país africano se acerca ba cada vez más a Moscú para buscar soluciones a la creciente influencia yihadista en gran parte de su territorio. Ante esta falta de resultados por parte de la misión militar de Francia desde 2013 y sumado a esto el creciente sentimiento antifrancés de los malienses, la junta militar llevaba meses hablando recurrentemente de su búsqueda de “alternativas” con otros socios, entre los que se cuenta Rusia.

París acusa a Bamako de usar a mercenarios de la compañía militar rusa Wagner para entrenar a su ejército, algo que Mali ha negado hasta ahora. La UE ya ha impuesto sanciones a Wagner por cometer brutales violaciones de derechos humanos, como torturas, ejecuciones y agresión sexual en los países donde han sido contratados por sus gobiernos. La ayuda de Rusia, calificada de “viejo a amigo” por Bamako, goza de un gran respaldo popular en el país, hasta entre las élites opositoras al golpe de Estado. En cambio, Francia, antiguo colonizador, despierta rechazo, tanto en Mali como en otros países del Sahel.

Meses después de la caótica retirada de Estados Unidos de Afganistán, que le valió una oleada de críticas a Joe Biden, Macron ha intentado coordinar al máximo la retirada de Malí para presentarlo como una decisión conjunta, más si cabe cuando quedan tan sólo dos meses para unas elecciones presidenciales en las que el propio Macron parte como favorito según los sondeos para revalidar la presidencia y cualquier traspiés en este momento podría tener un alto coste político.

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