Sucesos
Charles Manson, el gurú sexual que horrorizó al mundo con el salvaje crimen de Sharon Tate, su bebé nonato y sus amigos
El 29 de marzo de 1971, un jurado popular Los Ángeles (California) solicitaba la pena de muerte por haber instigado el crimen de la mujer de Roman Polanski
El 29 de marzo de 1971, un jurado popular Los Ángeles (California) pedía la pena de muerte para Charles Manson y tres de sus seguidoras, por los asesinatos cometidos en Beverly Hills. Finalmente fueron condenados a cadena perpetua. De esa manera se cerraba uno de los capítulos más macabros de la historia de Estados Unidos. Un asesinato múltiple, cruel y salvaje que supuso el inicio del fin de una época, la de la paz y el amor libre.
Roman Polanski y Sharon Tate eran la pareja del momento. Inseparables desde que se conocieron. Polanski, judío de origen polaco, llegó a Reino Unido Unidos huyendo del Holocausto -su madre fue ejecutada por los nazis en Auschwitz- y pronto comenzó a llamar la atención en el círculo de artistas de la época. Tenía talento para el cine pero también un aura especial, un encanto al que nadie podía escapar. Tampoco las mujeres. Pero un día conoció a Sharon Tate durante un rodaje y no se separó de ella hasta que se la arrebataron de manera cruel.
Un grupo de seguidores de Charles Manson, una especie de gurú de una secta, entraron en la mansión de la pareja y acabaron con la vida de Tate y de cinco amigos que estaban con ella. Polanski esquivó a la muerte porque se encontraba en Londres rodando una película. Además, los vecinos del director de cine también fueron asesinados.
El crimen fue meditado pero fruto de una fatal casualidad. Manson soñaba con poder convertirse en un músico de éxito y fue a la casa de Polanski a buscar a un conocido productor musical. Pero ya no vivía allí y ante la insistencia de Manson, Polanski y Tate le echaron de allí tras una fuerte discusión. Esa fue su perdición. Desde ese momento, Manson tuvo claro que quería acabar con ellos y no de cualquier manera. Y así lo pidió.
El 8 de agosto de 1969, con Los Beatles en pleno auge y a una semana de que comenzara Woodstock, Manson estaba fuera de sí y ordenó a tres de sus esclavas sexuales Susan Atkins, Linda Kasabian y Patricia Krenwinkel que asaltaran la casa y “acabaran con ellos de la manera más horrorosa posible”. Esa misma madrugada, las tres mujeres se dirigieron a la casa con bolsas llenas de ropa limpia y cuchillos afilados. Con ellas iba un hombre, Tex Watson, armado con una pistola. Después de cortar la línea telefónica se encontraron con Steven Parent, de 18 años, que abandonaba la mansión en su coche. Watson le disparó cuatro veces en el pecho. Una vez dentro, la masacre fue salvaje, casi inhumana. Tate, embarazada de ocho meses, su bebé y sus amigos -el peluquero de las estrellas Jay Sebring, el guionista Wojciech Frykowski, y su novia, Abigail Folger- fueron asesinados a puñaladas, balazos y golpes. Después, con la adrenalina disparada y sedientos aun de sangre llegaron al 3301 de Waverly Drive e hicieron lo mismo con el ejecutivo de un supermercado Leno LaBianca y su mujer Rosemary.
Los primeros agentes que llegaron a la propiedad de Cielo Drive 10050 no sabían a lo que se enfrentaban. Nunca habían visto nada igual ni lo harían en el futuro. La dureza de los asesinatos les marcaría de por vida. Cruzaron la valla y vieron a lo lejos y un coche aparcado en medio del jardín. Dentro había un hombre tumbado en la parte delantera, con un brazo colgado del volante. Tenía varios disparos en el cuerpo y la sangre hacía imposible identificar el color de la tapicería del vehículo.
De camino a la casa, los policías vieron algo extraño en el césped. Allí había otro hombre muerto con una camisa chillona. Bajo el cuerpo, un charco de sangre que no dejaba ver el césped. Antes de llegar a la puerta se toparon con otro cadáver. En este caso, el cuerpo pertenecía a una mujer y tenía varios disparos, cuchilladas y muchos golpes. Ninguno de los policías hizo amago de comprobar si todavía estaban con vida. Nadie podía haber sobrevivido a una violencia tan cruel y feroz.
Al llegar a la puerta de la casa ya no podían ni sostener el arma. Y menos al ver que en la puerta de la casa había un mensaje pintado con sangre: “Cerdos”. Temerosos de lo que podían encontrarse dentro, avanzaron por la casa. En el recibidor se encontraron con la peor escena de todas. Había una mujer en el suelo, de costado, en posición fetal, Apenas llevaba un bikini estampado de flores. Tenía un embarazo muy avanzado y su cuerpo estaba lleno de puñaladas. En el cuello, tenía una cuerda que lo rodeaba.
Las náuseas de los agentes no les impedían seguir avanzando, pero ya sin protegerse, como zombies, a la espera de que la siguiente escena fuera aun peor. en la habitación principal encontraron el último cuerpo sin vida, también cosido a balazos y puñaladas. Un charco de sangre en el suelo y todas las paredes manchadas.
De regreso a la calle, uno de los agentes apretó el botón de la puerta de la entrada, estaba manchado de sangre y podía ser una prueba vital para el desarrollo del caso pero el policía sólo pensaba en llegar al coche patrulla para dar aviso. Necesitaba salir, no podía asumir el sólo todo lo que había visto allí dentro.
Por suerte, el crimen se esclareció pronto porque Susan Atkins fue detenida por un delito menor y se jactó entre rejas de la orgía de sangre que vivió aquella noche. En resto del rompecabezas se iría resolviendo con el paso de las horas.
Pero, ¿quién era realmente Charles Manson, autor intelectual de los crímenes? Apenas medía 157 centímetros y su físico era bastante vulgar. Sin embargo, logró convertirse en una especie de Mesías para muchas mujeres, en la mayoría bastante más jóvenes que él, que hablaban de sus proezas sexuales y defendían sus poderes sobrenaturales para poder curar a las personas de enfermedades incurables.
Nació el 11 de noviembre de 1934 en Cincinnati, Ohio. Su madre, la adolescente Kathleen Maddox (tenía 16 años cuando le tuvo) tuvo que afrontar sola el embarazo después de que su padre Walker Scott, huyó al conocer la noticia. Kathleen, alcohólica, fue condenada a cinco años de cárcel por robar e una gasolinera y estuvo casada de forma efímera con William Manson, que le dio el apellido que años después Charles convertiría en trágico. La leyenda dice que la madre de Manson lo vendió por una jarra de cerveza a una mujer que quería tener hijos. Su tío tuvo que encontrar a la mujer para poder recuperar a su sobrino.
En un ambiente tan desestructurado, Charles comenzó a delinquir a los 13 años con el robo de un supermercado, que le hizo acabar en un reformatorio. Pero no aguantó mucho allí porque a los cuatro días ya había forjado amistad con otro adolescente y ambos se fugaron. Asaltos, robos de coches... fue entrando y saliendo del centro hasta que fue liberado en 1954 por buen comportamiento. Poco después se casó con una enfermera y tuvo su primer hijo. Comenzó a interesarse por la filosofía oriental y el esoterismo, aficiones que le servían para hacer más amena su estancia en prisión. Otra de sus grandes aficiones era la música y logró que un ladrón de bancos le enseñara a tocar la guitarra eléctrica. Manson tenía cierto talento y soñaba con ganarse la vida con ello.
En 1967 se mudó a San Francisco, donde vivió de prestado en un apartamento y acabó en la calle con su novia, la bibliotecaria Madison Brunner. Pero era la época del amor libre, en plena ebullición, y decidió sacar provecho... llegó a convivir con 18 mujeres. Tenía un talento especial y se convirtió en un auténtico amante profesional. Lograba atraer a las mujeres, las manipulaba psicológicamente y acababa obteniendo de ellas lo que quisiera. Con la llegada del verano, logró hacerse con un autobús escolar, retiró los asientos y lo llenó de alfombras y almohadones de colores. Reunió a nueve mujeres y recorrieron la mitad del país, de casa en casa, de alquiler o como okupas. Manson obligaba a las chicas a prostituirse para pagar los gastos con favores sexuales. El 15 de abril de 1968, tuvo a segundo hijo.
El líder utilizaba a las chicas para atraer más adeptos a su especie de secta (en la mayoría personas desplazadas de la sociedad), en la que hacía creer a sus acólitos que les enseñaría a encontrar el camino de la verdad, a liberar sus auténticos yos interiores. Además, pensaban que podía comunicarse con los animales y le atribuían poderes sobrenaturales como curar a un hombre con las manos.
Pero la vida de Manson tenía dos vertientes, la espiritual y la musical. Soñaba con triunfar en esa industria y buscó durante años su oportunidad. Cuando conoció a Dennis Wilson, fundador y batería de los Beach Boys pensó que había llegado su oportunidad. Manson se presentó en su casa y le besó los zapatos como muestra de admiración. Wilson lo invitó a pasar a su casa. Pero junto a Manson había un grupo de seguidores, en la mayoría mujeres, algo que para Wilson fue una bendición.
Esa noche comenzó una amistad entre ambos y que fue el germen del crimen de Tate. Manson utilizaba a Wilson para conseguir contactos con productores, para poder acceder a drogas de calidad y para poder usar su casa como base de operaciones. Manson acusó a su amigo de haberle robado una canción del disco 20/20 de los Beach Boys, que él tituló como “Never learn not to love” y que Wilson rehizo y renombró “Cease to exist”. Pero la mitad entre ambos le sirvió para contactar con el productor musical Terry Melcher, hijo de Doris Day, con el que llegó a meterse en un estudio y grabar algunos temas. Pero Melcher dejó de cogerle el teléfono y Manson pensó que su oportunidad se le escapaba. Por ello decidió perseguirle y llegó hasta la mansión en la que vivía con su novia, la de Cielo Drive 10050 que luego alquilaría Polanski. Algunos testigos explicaron que meses antes de la masacre Manson fue a la mansión a buscar a Melcher y Sharon Tate y Roman Polanski, los nuevos inquilinos, lo echaron y se negaron a darle la nueva dirección del productor.
La conexión entre la música y sus delirios está en el Disco Blanco de The Beatles, en el que Manson encontraba códigos secretos en cada canción y llegó a pensar que Lennon y compañía trataban de contactar con él a través de sus letras. Por ejemplo, el “Helter Skelter” era como llamaba Manson a la gran guerra racial que se avecinaba y de la que decía que había que prepararse. De hecho, los crímenes de Tate y sus amigos supuestamente servirían para impedirlo.
El origen del mito
La investigación y el juicio fueron muy mediáticos. Tenían todos los ingredientes: Una víctima famosa, un viudo con éxito, crímenes desmedidos, ritos satánicos, rock, drogas, sexo... Y las portadas de “Rolling Stones” y de la revista “Life”. Todo ello contribuyó a la forma de un mito, Charles Manson como una figura de culto. Sus maquetas de estudio comenzaron a circular de mano en mano. Su relación con el rock fue más allá de The Beatles y se habló de que también tuvo relación con Neil Young, Frank Zappa o Mamas and the Papas. La fascinación por el personaje se extendió más allá de los años 80, e incluso los 90, época en la que comenzaron a venderse camisetas con su cara y artistas como Guns & Roses hicieron versiones de sus temas y utilizaron una des sus frases para “Use your illusions”. O el homenaje de Marylin Manson, que grabó en la mansión de Cielo Drive.
Y él contribuyó a ello. en los 80 un presidiario lo roció con un líquido inflamable y le prendió fuego. Sufrió quemaduras en el 30 por ciento del cuerpo pero sobrevivió. Cada cierto tiempo podía podía dar entrevistas, que tenían un seguimiento notable y a pesar de que su discurso no tenía ningún sentido, la fascinación por el personaje no decaía.
¿Qué pasó con la “familia” de Manson?
Leslie Van Houten, que creía que Manson era el nuevo Jesucristo,, cumple cadena perpetua. Tiene 72 años.
Susan Atkins, ex bailarina y la más cercana esclava de Manson, murió en prisión en 2009, a los 61 años. Fue la asesina confesa de Sharon Tate. Tras escuchar la sentencia se dirigió al jurado de forma burlesca y amenazadora: “Mejor que cierren bien las puertas y cuiden a sus hijos”.
Patricia Krenwinkel, culpable de siete homicidios, tiene 69 años, ha mostrado su arrepentimiento y trata de obtener la libertad condicional.
Linda Kasabian logró inmunidad al declarar contra el Clan Manson. Tiene cuatro hijos y se supone que vive en algún lugar de la Costa Este.
Charles Manson murió en un hospital de Bakersfield tras pasar 46 años en la misma celda. Poco antes de morir, se casó con una mujer 50 años más joven que él, una de las muchas admiradoras que seguían contactando con él en prisión.
Bobby Beausoleil. Condenado por el asesinato de Gary Hinman. Está cumpliendo cadena perpetua.
Bruce Davis. Condenado por los asesinatos de Hinman y el doble de acción Donald “Shorty” Shea. Está cumpliendo cadena perpetua.
Lynette “Squeaky” Fromme. Intentó de disparar contra el presidente Gerald Ford y el 14 de agosto de 2009 queda en libertad condicional tras cumplir 34 años de cárcel
Steven “Clem” Grogan fue puesto en libertad condicional después de revelar la ubicación del cuerpo del peón del rancho Donald “Shorty” Shea, asesinado en 1969.
Charles D. “Tex” Watson. El 15 de octubre de 2021 se le niega por decimoctava vez la libertad condicional.
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