Entrevista
Dorit Geva: “Macron es un superviviente y girará más a la derecha si es necesario”
La profesora de la Universidad de Europa Central asegura que Le Pen ha tenido éxito al atraer a los votantes de la clase trabajadora
Dorit Geva, profesora y decana fundadora de estudios de pregrado en la Universidad de Europa Central, en Austria, destaca el buen resultado que ha obtenido Marine Le Pen en las elecciones presidenciales de Francia, pese a la victoria de Emmanuel Macron. La candidata de Reagrupación Nacional ha logrado subir 8 puntos con respecto a las elecciones de 2017, situándose ahora con el 42% de los votos del electorado. Es el mejor resultado de un partido de extrema derecha en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, explica la experta en política europea.
¿Cuál es la idea clave que extrae del resultado de estas elecciones presidenciales?
La normalización del partido de Marine Le Pen comenzó hace diez años. La candidata decidió hace tiempo centrarse en atraer votantes desencantados de la clase trabajadora en la Francia rural y las regiones desindustrializadas del norte. Esta estrategia le ha valido la pena. La principal lección que podemos extraer es que la extrema derecha se ha vuelto un partido, convencional, del establishment, en un país central de la UE. Pero no hay que olvidar que la izquierda también ha tenido un impacto en esta elección. Más de una quinta parte de los electores votaron por Jean-Luc Mélenchon en la primera vuelta. Muchos de ellos no quisieron apoyar a Macron en la segunda vuelta. Macron ahora necesita navegar por unos márgenes estrechos; tendrá que cortejar a los que votaron a la extrema derecha y a la extrema izquierda. Francia está tan polarizada como siempre.
¿Se volverá a presentar Marine Le Pen otra vez?
Marine Le Pen se ha acercado a la victoria más que cualquier líder de extrema derecha en la era de la posguerra. No hay alternativas reales en la dirección del partido. Es difícil imaginarla dimitiendo. El futuro político de Le Pen depende no solo del éxito de Macron en su nueva presidencia, sino también de su aspiración a convertirse en el nuevo líder espiritual y de facto de la Unión Europea. Macron es un superviviente y ya ha demostrado su voluntad de girar a la derecha si es necesario. Podemos esperar que continúe haciéndolo, algo que podría disminuir la probabilidad de una victoria de Le Pen en cinco años.
¿Cómo puede cambiar la política de Macron a partir de ahora? ¿Depende mucho de las elecciones parlamentarias de junio?
Las elecciones de junio son importantes, ya que plantean nuevamente la cuestión de si Macron es un fenómeno de un solo hombre o si existe un movimiento de partido estable detrás. Por mucho que pueda cumplir su agenda, Macron seguirá intentando apelar a la izquierda al reclamar una agenda verde. También ha aprendido que la retórica de la derecha, como criticar a los académicos «woke», le trae réditos, así que veremos más de eso en los próximos cinco años. La economía francesa se ha recuperado tras la pandemia. Recortó los impuestos a las empresas y redujo las protecciones laborales. Al mismo tiempo, el desempleo ha disminuido. Desde la perspectiva de Macron, esto es un éxito. Económicamente es liberal, no socialdemócrata. Así que se podrán ver más políticas liberales por parte de Macron y un intento de venderlo como señal del éxito de su liderazgo.
La abstención es cada vez más elevada, en torno al 28%. ¿Cómo se puede explicar?
Ha habido una tendencia de abstención creciente en Francia. Esto no se puede explicar como algo excepcional. Una parte importante de los electores votó por el candidato de extrema izquierda Mélenchon en la primera vuelta, algunos de los cuales pensaban que no podrían apoyar a Macron ni a Le Pen en la segunda vuelta. Otro aspecto es que los franceses expresan niveles relativamente altos de desencanto con la política institucional. En 2017, Macron y Le Pen podrían haberse presentado de manera más creíble que son revolucionarios que podrían atraer a votantes desencantados, pero para 2022 ambos parecen figuras políticas más importantes. También hay sectores de la sociedad francesa que están muy marginados y se sienten olvidados, tanto en áreas urbanas y rurales pobres como en zonas desindustrializadas. Es gente que no participa en las elecciones como respuesta al sentimiento de abandono que sienten.
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