Entrevista
Rodrigo Lara: “La salida de Colombia no puede ser el populismo”
El candidato a la vicepresidencia de Colombia y compañero de fórmula de Federico Gutiérrez asegura que el populismo puede acabar en dictadura
Rodrigo Lara Sánchez es el compañero de fórmula del candidato conservador Federico “Fico” Gutiérrez para las elecciones presidenciales de Colombia. Las encuestas les sitúan en segunda posición, solo por detrás del candidato izquierdista Gustavo Petro, por lo que ambos pasarían a la segunda vuelta, que se celebraría el 19 de junio. Cirujano de profesión, en 2010 dio el salto a la política como candidato en la lista de independientes liderada por Sergio Fajardo. Lara -hijo del que fuera ministro de Justicia de Colombia Rodrigo Lara asesinado por orden de Pablo Escobar en 1984- ha sido alcalde de la ciudad cafetera de Neiva, en el centro del país, un trabajo del que se siente muy orgulloso. En una visita a Madrid atiende a LA RAZÓN para hablar de su mayor desafío como político profesional.
¿Qué tipo de cambio necesita Colombia?
La gente en Colombia está pidiendo un cambio sustancial. Tras la pandemia se incrementaron los niveles de pobreza. Hay siete millones de personas en mi país que sufren pobreza extrema. El desempleo, el estancamiento de la economía, la corrupción y la violencia son otro argumentos que motivan una transformación. Nosotros recogemos un sentir de algo que ha estado relegado siempre en el país, que son las regiones. Colombia tiene que construirse desde lo local y no desde un gobierno centralista y que gobierna desde la distancia. El gran potencial de Colombia es su diversidad y pluriculturalidad y un enfoque territorial que permita la participación de los ciudadanos y genere confianza en lo público, hasta para decir “no” cuando no se puede. Hace falta un diálogo abierto desde las regiones y construir una solución diferente en cada parte, porque los problemas son muy distintos en cada zona. En algunas partes hay cultivos ilícitos, en otras pobreza extrema, en otras problemas de movilidad.
Tanto usted con Federico Gutiérrez fueron alcaldes. ¿Eso les ayuda a conocer mejor el problema de las zonas del interior?
Tanto Federico como yo hemos sido alcaldes en regiones y entendemos el clamor que hay para que esta población sea atendida. Colombia tiene un potencial grande para solucionar sus problemas con un enfoque territorial y local. Eso nos da una fortaleza. Los problemas no se solucionarán en cuatro años pero el cambio en la manera de gobernar marcará un camino que permitirá disminuir este desapego en las zonas más olvidadas, que enfrentan la problemática más compleja con cultivos ilícitos, violencia y pobreza extrema. Nosotros gobernamos en alcaldías sin escándalos de corrupción y contando con la participación de la gente.
¿Cree de verdad que el candidato izquierdista Gustavo Petro llevaría Colombia a una situación parecida a la de Venezuela?
No creo que la salida de Colombia sea el populismo. Mi país necesita un diálogo amplio, con todos los sectores de la sociedad, y después un fortalecimiento de la economía y crecimiento del país, para buscar recursos que logren solventar las dificultades económicas. Hay que generar confianza y mantener las libertades. Siempre existirá ese temor de que un modelo como éste termine siendo una dictadura porque hay otros ejemplos alrededor, como Nicaragua y Venezuela.
Pero Colombia es un país muy estable e institucionalizado.
Si, Colombia es un país más estable democráticamente a través de los años, con pocas dictaduras y un gran poder presidencialista. Pero hoy en día una inconformidad alimentada por un resentimiento y un odio que en medio del debate surge como una opción de algunos candidatos para generar mayor indignación para poder sacar réditos políticos. El país ha construido una fortaleza democrática. Si Colombia fuera la corrupción, el clientelismo y una democracia fallida jamás hubiera podido llegar a alcalde con la votación más alta de mi ciudad. Ese cambio no puede significar un salto al vacío.
¿Por qué sigue habiendo tantos muertos en Colombia tras la firma de los Acuerdos de Paz con las FARC?
En primer lugar, porque persiste el narcotráfico. Tenemos casi 200.000 hectáreas de coca sembradas, es un combustible en muchas zonas donde persiste el conflicto. En segundo lugar, el Estado no llegó a los antiguos territorios que ocupaban las FARC, eso dio pie a que grupos de delincuentes asociados a la minería ilegal y al narcotráfico ocuparan esas zonas. El país mejoró después del acuerdo, es indudable, pero persisten esos puntos como manchas donde se congrega la pobreza, la exclusión y el narcotráfico con la ausencia del Estado. Pero hay que avanzar más rápido en la aplicación de los acuerdos, todavía no hay condenados. Las FARC tienen que cumplir y las víctimas tienen que ser siempre el centro. Hay que cerrar esa página del conflicto y seguir adelante.
¿Qué opinión tiene sobre el aborto?
Yo soy médico y tengo objeción de conciencia. Soy cristiano católico pero soy respetuoso de las decisiones de la Corte Constitucional (que despenalizó el aborto en febrero). Creo más en reforzar en Colombia una educación sexual, en la prevención del embarazo de adolescentes. Es un problema de salud pública que debe ser atendido. Es un tema muy complejo para la mujer, pero creo que el Estado tiene que garantizar la vida de los ciudadanos.
¿Es partidario de restablecer las relaciones diplomáticas con Venezuela?
Lo primero que vamos a hacer es abrir la frontera con Venezuela, es un problema que tiene que resolverse el 7 de agosto y permitir el intercambio comercial en la frontera, algo que se viene dando de manera ilegal y que no tiene razón de ser. Tenemos que tener atención diplomática en Venezuela para atender a los miles de colombianos que viven allí.
¿Cómo le convenció Federico Gutiérrez para sumarse a la candidatura?
Porque somos amigos, desde que fuimos alcaldes hemos compartido mucho, lo conozco, es un gran ser humano, siempre ha sido el mismo, auténtico, sencillo, sin ningún abolengo, no pertenece a ninguna casta política de Colombia. A veces le muestran como alguien del “establishment”, otros le dicen que es de extrema derecha, pero no es así. Cree en la democracia, en las instituciones, en las libertades y en el derecho a la protesta, pero también en el derecho a la propiedad. Ha estado él y su familia amenazados por luchar contra las bandas criminales, como el Clan del Golfo.
¿Se sentiría su padre orgulloso del trabajo que ha hecho como político?
Es una pregunta muy ambigua para mí. Uno se siente orgulloso cuando un hijo hace las cosas bien. Yo no he vendido mis principios, he estado en política con decencia y transparencia, he luchado contra la corrupción y por la gente que más lo necesita. Eso es algo de lo que un padre se puede enorgullecer.
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