OTAN
Carreras y ensaladilla rusa: así ha sido la Cumbre de la OTAN en Madrid por dentro
El cónclave de los aliados deja un sinfín de anécdotas más allá de la extrema seguridad y las nietas de Biden en la sala de prensa
Fer, experto en detectar explosivos, se jubila prácticamente después de la Cumbre de la OTAN. Aunque está desplegado en Madrid, en este cónclave ha tenido la oportunidad de conocer a sus homólogos de Turquía y Estados Unidos. «Los canes se han llevado mejor que nosotros», confiesan los agentes que lo acompañan. En total, han llegado a juntarse en Ifema unos 120 perros policías de distintas nacionalidades.
Las últimas horas de Fer las ha pasado «vigilando» a los periodistas. En la inmensa zona dedicada para los medios de comunicación, en cualquier descuido se puede salir en un directo de televisión. Y es que, para los casi 2.000 reporteros acreditados, cada rincón de la explanada de prensa era un buen set para dejar constancia de la relevancia de esta reunión «histórica».
Algunos ministros preferían atender a los medios serpenteando entre las mesas de trabajo de los periodistas que en una de las 14 salas de prensa preparadas para ello en la planta inferior. En esta zona también había una sala con enormes banderas donde, sus empleados se encargan de llevar la correcta para que, el mandatario de turno, pudiera personalizar su comparecencia. Una de las anécdotas de la Cumbre fue la enseña al revés en la mesa del presidente del Gobierno,Pedro Sánchez, seguida de la disculpa OTAN.
El «síndrome de la sala vacía» dejó constancia en cada una de las intervenciones. Todas las delegaciones querían que la suya fuera de lo más concurrida, aunque solo algunos lograron llenar el aforo de la más codiciada, la sala 1. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, Pedro Sánchez, el presidente de EE UU, Joe Biden y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, fueron los únicos que tuvieron el honor de atender a los medios desde ahí. Mientras, sus jefes de comunicación repartían carteles por las mesas de los medios advirtiendo de la hora de la convocatoria, otros, como EE UU optaron por una acreditación extra y numerada. También hubo quien trató de asegurar que los periodistas acudirían finalmente.
En el atril, Biden y Erdogan coincidieron en el uso de teleprónter al inicio de su discurso. Y mientras el estadounidense cogía el micrófono y paseaba como si estuviera en un programa de televisión, el turco ha dado una de las ruedas de prensa más largas de toda la cumbre.
Al margen de las nietas de Biden, que acompañaron a su abuelo en dicha comparecencia, y de la ensaladilla rusa de la cafetería, que ya no es «rusa», es «tradicional», uno de los hitos en este cónclave fue lograr ser elegido para preguntar en las ruedas de prensa.
Los mandatarios llevan ya apuntados los nombres de los reporteros –la mayoría viaja con ellos en su delegación– y así, evitar sorpresas. Algo que no ocurrió con Erdogan que respondió a todo aquel que le quiso interrogar. Cuando se logra agarrar el micrófono en la sala habilitada para los líderes de la Alianza, las cámaras enfocan y después se aparece en las enormes pantallas del centro de prensa. «Te he visto preguntando», es una de las frases más repetidas de la cumbre, junto a «vamos a defender cada centímetro del territorio de los aliados».
Una de las grandes noticias de la OTAN –6331f3a56747b0e45036a246|||clipping/cmsimages01/2022/07/01/75FEA732-15FE-4B8C-BF5A-08F1C9746ED4/30.jpg
Con todo, desde esa noche, el consejo para estar pendiente de todas las delegaciones presentes aquí en Ifema es que, si ves a periodistas correr, hay que seguirles.
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