América Latina

Las cinco cosas que los chilenos no quieren de la Constitución rechazada

La idea de plurinacionalidad, el papel del Estado y la deriva de la Convención Constitucional que redactó la carta magna han sido claves en la derrota de la nueva redacción

Seguidores de la opción "Rechazo" celebran el resultado del plebiscito constitucional
Seguidores de la opción "Rechazo" celebran el resultado del plebiscito constitucionalAlberto ValdésAgencia EFE

El sonoro rechazo a una nueva constitución en Chiletras conseguir solo el 38,1% de los votantes, frente al casi 62% de los votos en contra, abre un nuevo escenario político donde todos los analistas coinciden: el gobierno del progresistaGabriel Boric sale debilitado. El rechazo a la nueva carta magna, diseñada para reemplazar a la aprobada en 1980 bajo la dictadura de Augusto Pinochet (sobre la que se realizaron más de 70 modificaciones en los últimos años) se impuso en las 16 regiones del país, desde la capital, la costera Valparaíso y la Araucanía.

The Economist defendía hace unos días que la Constitución sometida a votación es “una lista fantasiosa y fiscalmente irresponsable de la izquierda”. Para muchos chilenos, el nuevo texto aumentaría el papel del Estado en la sanidad, la educación y la vivienda al potenciar la gratuidad de estos servicios básicos. Pero los analistas no creen que este aspecto sea la clave del fracaso del referéndum y apuntan más a otras cuestiones que han suscitado miedo entre los votantes conservadores y moderados.

Plurinacionalidad

La plurinacionalidad ha sido uno de los temas más espinosos en el debate de la nueva Constitución. En Chile, el 13% de su población son indígenas muchos de ellos radicados en la Araucanía, donde también ha ganado el “rechazo” a la nueva carta magna. El texto constitucional pretendía acabar con la exclusión política de la minoría mapuche, entre otros objetivos y consagraba derechos a los once pueblos originarios chilenos. Entre otros aspectos, el nuevo documento establecía sistemas jurídicos indígenas a la par de la justicia ordinaria. Muchos entendieron que se iba a crear una nueva clase de ciudadanos con más derechos

La historiadora Sofía Correa Sutil, profesora de la Universidad de Chile, ha escrito que “si se destruye el concepto de nación chilena se termina Chile tal como lo hemos conocido desde antes de 1810″. A su juicio, “la plurinacionalidad con pluriterritorialidad traerá consigo una espiral de violencia. Basta con imaginar la delimitación de los territorios de las naciones raciales indígenas, o los problemas que se levantarán entre el pueblo chileno no indígena y quienes se definan racialmente (“una sola sangre”) en los territorios que controlan.

El texto sometido a votación, no obstante, dejaba claro que “Chile, en su diversidad geográfica, natural, histórica y cultural, forma un territorio único e indivisible”.

Demasiado Estado

La constitución que ha sido rechazada otorgaba al Estado mayor protagonismo en una serie de temas, como la gestión de los fondos de pensiones administradas por empresas privadas en Chile, un sistema muy diferente al español. Otro tema divisivo ha sido la creencia de que la defensa que hacía la futura constitución del medioambiente y la protección de la naturaleza podrían frenar el desarrollo de la libertad de empresa y la llegada de inversión nacional y extranjera al condenar el modelo de extractivismo que impera actualmente en Chile. La profesora de la Universidad Católica María Elina Cruz lo expresó de esta manera: “Vamos a avanzar desde un modelo que es más de mercado, hacia un modelo más centralmente planificado”. También ha estado en el debate la posibilidad de que el Estado pueda expropiar propiedades privadas “con base fundada” y un indemnización “a precio justo”, con la opción de reclamar ante tribunales. ¿Quién fija el recio justo? ¿Un tasador, el estado? Todo esto ha generado mucha confusión e incertidumbre

Debilitamiento del poder judicial

Francisco Moreno, ex subsecretario de Telecomunicaciones de Chile, ha dicho que este carta magna debilitaría la democracia al dañar la independencia de los jueces y borrar de un plumazo una institución histórica y tan arraigada en el país como es el Senado. A su juicio, la redacción constitucional permite la reelección presidencial, “lo que incentivará el populismo y la intervención electoral, a pesar de que en Chile se suprimió en 1871 esta nefasta costumbre”, aseguró en declaraciones recogidas por la revista Semana.

La convención constitucional

Otra de las críticas que se hace a la carta magna rechazada ha sido la manera en que se formó la Convención Constitucional y su actuación trufada de polémicas.La Convención Constitucional ha sido el órgano encargado de redactar la constitución después del plebiscito de octubre de 2020. Para muchos, esta convención estuvo formada por muchos miembros independientes y no por partidos políticos tradicionales. También se le ha achacado “una sobrerrepresentación de cupos de pueblo indígena”, dando lugar a “una mayoría que no representa la sociedad chilena”, ha dicho la ex diputada y ex ministra de Educación Mariana Aylwin. La Convención Constitucional tenía escaños reservados y paridad de género. Para muchos chilenos actúo con falta de humildad y soberbia.

El aborto

Sigue siendo un tema divisivo en la sociedad chilena, como pasa en otros países de América, incluido Estados Unidos. La interrupción voluntaria del embarazo queda recogido en el documento constitucional rechazado, que noespecifica las circunstancias ni los plazos, pero sí que es un derecho que deberá ser desarrollado por una ley desarrollada por el Congreso. En ningún momento el documento constitucional dice que se permite el aborto “hasta los 9 meses de embarazo”, tal y como muchos internautas han difundido en los últimos meses. La falta de claridad en algunas cuestiones clave ha sido, según los medios chilenos, campo abonado para la aparición de noticias falsas sobre el contenido del documento constitucional.