Argentina

Cristina Kirchner se sentará en el banquillo por un fraude millonario

También está imputada por presunto lavado de dinero y cohecho cometidos supuestamente a través de la empresa familiar Los Sauces

La expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner llega al tribunal el pasado 7 de marzo de 2017
La expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner llega al tribunal el pasado 7 de marzo de 2017larazon

Es la primera vez que la ex presidenta argentina será juzgada por su gestión.

La ex presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, de 64 años, irá por primera vez a juicio por su actuación al frente del Gobierno argentino en la causa abierta contra ella por el caso «dólar futuro», en el que se investiga un fraude a la Administración pública por asegurar el valor de venta de la divisa. La ex mandataria esta imputada por presunto perjuicio al Estado en operaciones cambiarias del Banco Central al final de su mandato, según un fallo del juez Claudio Bonadio divulgado ayer.

Junto a Fernández de Kirchner, serán juzgados el ex ministro de Economía y actual diputado Axel Kicillof y el ex presidente del Banco Central de Argentina, Alejandro Vanoli. La Cámara Federal de Casación Penal deberá ahora definir por sorteo el tribunal que llevará adelante la causa en una fecha aún por determinar.

Minutos después de que se conociera la resolución, la ex presidenta peronista lanzó un mensaje en Twitter: un emoticono de «ancha» sonrisa. Puro sarcasmo en mitad de la tormenta. Pero el «espejo negro» que refleja la realidad de CFK, como también se la conoce, es mucho más real y cruento.

Pocos días después de la llegada al poder de Mauricio Macri, el 10 de diciembre de 2016, el Gobierno levantó las restricciones en el mercado de cambios. El peso argentino se devaluó un 60%, lo que llevó la cotización oficial de la divisa estadounidense a un valor similar al que tenía antes en el mercado informal. La Justicia investiga si mediante la celebración de contratos de futuros de dólar el Banco Central pactó vender dicha moneda a 10,65 pesos por unidad, un precio por debajo del establecido en la Bolsa de Nueva York para este tipo de operaciones, que por aquel momento se encontraban en torno a los 14 pesos por unidad. Supuestamente, lo que el Ejecutivo pretendía era aminorar la fuga de capitales del Banco Central.

Las millonarias ventas del dólar a futuro que realizó el ex presidente de Banco Central generaron un enorme perjuicio para el Estado. El Banco Central se vio obligado a pagar un total de 54.000 millones de pesos (700 millones de euros) a lo largo del primer semestre del año pasado para hacer frente a las pérdidas. Según se desprende de la investigación, básicamente el Gobierno hipotecó su tesoro a precio de saldo, avisando a los «amigos» antes de que se abriera la veda. La Justicia debe dilucidar ahora si Vanoli actuó solo o por orden del ministro de Economía, en aquel momento Axel Kicillof, y de la entonces presidenta, Fernández de Kirchner.

Lo más sorprendente es que quienes obtuvieron las millonarias ganancias comprando dólares a futuro no invirtieron un solo centavo en la operación. Alcanzaba con entregar en garantía un 10% del valor del contrato con bonos. Por ejemplo, para comprar 100.000 dólares en futuros, valía con entregar títulos por 10.000 dólares en garantía. Con la devaluación, tras la salida del cepo cambiario, se produjo la millonaria pérdida para el Banco Central y, como contrapartida, una sideral ganancia para los inversores. Pocos negocios en la historia financiera resultaron tan lucrativos y con un riesgo tan extremadamente bajo.

Ese delito –tipificado en el Código Penal– fija penas de dos a seis años de prisión a quien «cometiese fraude en perjuicio de alguna administración pública». Por tanto, la ex mandataria podría ir a la cárcel. Ante lo inevitable, Fernández de Kirchner cambió su estrategia y pidió acelerar los trámites para iniciar el juicio oral. Ahora tiene lo que quería. Un arma de doble filo: frente a los jueces y la opinión pública desfilarán testigos, emergerán contradicciones, aparecerán nuevas pruebas y se ventilarán asuntos incómodos. El juicio oral significa enfrentarse al pueblo, la más feroz tribuna donde no sirven los discursos peronistas.