Una niña de nueve años sufrió un traumático incidente en Brentry, un barrio de Bristol, cuando fue atacada con un arma de aire comprimido en un suceso que las autoridades consideran racialmente motivado. El agresor, un adolescente blanco de entre 17 y 18 años, circulaba en un patinete eléctrico negro y disparó tres veces contra la menor mientras profería insultos racistas. La policía investiga activamente el caso y contempla la posibilidad de que haya un segundo implicado.

La víctima resultó herida tanto física como psicológicamente, y manifestó un profundo terror tras el ataque. Según su testimonio, llegó a pensar que había muerto, una frase que refleja el impacto emocional severo que ha dejado el incidente.

La organización Run Racism Out, liderada por Bushra Shaikh, ha intervenido para brindar apoyo psicológico a la familia. El caso ha generado una fuerte reacción comunitaria, en un contexto social marcado por el aumento de tensiones raciales, las protestas antiinmigración y el crecimiento de los delitos de odio. En 2022, se registraron 109.823 incidentes de este tipo en el Reino Unido, lo que representa un incremento del 19% respecto al año anterior.

El Chief Inspector Keith Smith, portavoz de la policía de Bristol, calificó el suceso como “profundamente perturbador” y subrayó la importancia de la colaboración ciudadana para esclarecer el caso y prevenir futuros ataques.

En paralelo, se ha reportado otro caso de agresión racial en Oldham, donde una joven británica de origen sij fue víctima de un presunto intento de agresión sexual, acompañado de frases xenófobas como “no perteneces a este país”. Estos hechos evidencian una preocupante tendencia de intolerancia y violencia racial que exige una respuesta firme por parte de las instituciones.

Bushra Shaikh ha criticado la falta de acciones efectivas para combatir estos comportamientos discriminatorios, y ha instado a las autoridades a reforzar las medidas de protección para las comunidades vulnerables.