Skyline
Rabat y Sevilla, hermanadas en las alturas
En el ‘skyline’ de las dos ciudades reinan sendos minaretes de época almohade, la torre Hassan y la Giralda, pero también ahora dos solitarios rascacielos, Mohamed VI y Torre Sevilla
A pesar de que el remate renacentista le otorga una apariencia diferente, la Giralda de Sevilla es hermana del minarete de la mezquita Kutubía de Marrakech y del inacabado alminar conocido como hoy como torre Hassan en Rabat, Marruecos. Las tres fueron construidas en tiempos del califa almohade Yacub el Mansur (1184-1199), quien murió sin ver acabado su sueño de ver construida la mayor mezquita del mundo para la recién fundada ciudad marroquí. Al igual que la Giralda emerge a pocos metros del Guadalquivir, la belleza chata y ocre del minarete de la mezquita –de la que se conservan apenas restos de columnas y de un muro- rabatí se asoma desde un promontorio a la desembocadura del Buregreg.
Si la Giralda se alza hasta los 94 metros con el remate de Hernán Ruiz, la torre Hassan no supera los 44 metros aunque debió alcanzar los 60. Las dos ciudades tienen además hoy poblaciones similares -700.000 habitantes- y, como queda dicho, fueron fundadas a orillas de ríos: el Buregreg rabatí encuentra al Atlántico en la misma capital marroquí y el Guadalquivir se funde con el mar algunos kilómetros más abajo, en Sanlúcar de Barrameda. Si Sevilla tiene a Triana al cruzar el río, Rabat observa a la populosa Salé, convertida en villa dormitorio, en la otra orilla. Además, Rabat y Salé fueron ciudades de acogida de miles de moriscos y sefardíes expulsados de España. Las dos ciudades atlánticas se constituyeron en república marítima independiente de corsarios entre los años 1626 y 1668. Desde 2012, Rabat es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. En 1987 la Catedral, el Alcázar y el Archivo de Indias fueron incluidos en la Lista de Patrimonio Mundial de la citada institución.
No acaban ahí las coincidencias entre las dos ciudades de esplendor almohade. Desde 2015, la capital andaluza ha visto coronado su ‘skyline’ -no sin polémica- con la construcción de la torre Pelli –obra del arquitecto argentino César Pelli-, un solitario rascacielos de 180 metros que emerge en uno de los accesos de la isla de la Cartuja en la orilla trianera de la ciudad. Proyectada durante el período de Alfredo Sánchez Monteseirín al frente del Ayuntamiento hispalense, la torre Pelli –oficialmente Torre Sevilla- contó desde el principio con un nutrido grupo de detractores que no concibió nunca que pudiera erigirse construcción alguna que ensombreciera la silueta de la Giralda en los cielos hispalenses.
Con menos debate pero igual impacto en el perfil de la ciudad, en 2018 comenzó a erigirse a orillas del Buregreg –y en el lado de Salé- la conocida como torre Mohamed VI, que se convertirá en el mayor rascacielos de África. Con 250 metros de altura, la construcción –que las autoridades marroquíes esperan concluir este año- es obra del estudio español Rafael de La-Hoz arquitectos en colaboración con la firma marroquí CHB Cabinet Hakim Benjelloun. Grande es el contraste entre los apenas 44 metros de la torre Hassan y los 250 metros de la futurista torre bautizada con el nombre del actual monarca alauita, aunque no eclipsará la elegante silueta de la torre almohade, que se yergue a pocos metros del mausoleo Mohamed V (donde se encuentran las sepulturas del anterior monarca, Hassan II, y su padre, Mohamed V).
El último tramo del río ha experimentado una importante transformación urbanística en años recientes. Todo comenzó con la creación de la infraestructura del tranvía y la construcción de la Marina de Salé, con su puerto y viviendas de lujo. Además, de la torre Mohamed VI está prácticamente rematado el Gran Teatro Nacional –obra de la arquitecta iraní-.
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