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Defensa

Alemania mueve ficha en la guerra espacial: el plan de 35.000 millones que pone en jaque el liderazgo de Francia y desafía a Putin

Alemania se blinda en el espacio frente a las crecientes amenazas de Rusia y China, con una inversión histórica de 35.000 millones que busca disputarle a Francia la hegemonía europea

Dos carros de combate Leopard del Ejército de Tierra alemán, durante unas maniobras Bundeswehr

El tradicional liderazgo de Francia en el sector espacial europeo tiene un nuevo y formidable competidor. Alemania ha movido ficha con una contundencia que busca alterar el statu quo en la órbita continental, impulsando un plan estratégico diseñado no solo para reforzar su defensa, sino también para posicionarse como un actor principal en la nueva carrera espacial. Esta maniobra supone un claro desafío a la hegemonía gala y promete redefinir un nuevo equilibrio de poder en el sector.

De hecho, Berlín ha puesto sobre la mesa un plan de inversión de una envergadura colosal: destinará 35.000 millones de euros durante los próximos cinco años para potenciar sus capacidades militares en el espacio. Se trata de una de las mayores partidas presupuestarias anunciadas en Europa para este fin, una cifra que refleja la seriedad con la que el Gobierno alemán se toma la protección de sus activos orbitales y la necesidad de desarrollar una autonomía estratégica en este dominio. Para Alemania, es una inversión de envergadura colosal. Este desembolso se enmarca en un esfuerzo más amplio por el que Alemania quiere volver a ser una potencia militar, agilizando para ello sus leyes de adquisición de armamento.

Pero esta apuesta no responde únicamente a una ambición industrial, sino a una creciente percepción de vulnerabilidad frente a la amenaza de Rusia y China. Durante la presentación de la estrategia se puso como ejemplo el ciberataque contra la red de satélites Viasat, atribuido a Moscú y perpetrado justo antes de la invasión a gran escala de Ucrania, un incidente que mermó las comunicaciones del ejército ucraniano y que, tal y como han publicado en Breaking Defense, sirvió de llamada de atención sobre la fragilidad de las infraestructuras críticas en órbita. La preocupación no es menor en lo que respecta a Pekín, pues los informes de inteligencia occidentales advierten que China cuenta con un poderoso ejército espacial cuyo desarrollo ha sido extraordinariamente rápido.

Una inversión con objetivos muy definidos

En este sentido, la estrategia alemana se centrará en la adquisición de nuevas constelaciones de satélites para tareas críticas como el reconocimiento, la alerta temprana y el establecimiento de comunicaciones seguras. Una parte fundamental del presupuesto se dedicará también a blindar los sistemas que ya están en funcionamiento frente a posibles ataques, así como a optimizar la denominada «conciencia situacional» del entorno orbital y a poner en marcha un centro de operaciones específico para los activos de uso militar.

Asimismo, el Gobierno germano ha dejado claro que el éxito del plan dependerá de una estrecha colaboración con la industria nacional y europea. El objetivo es involucrar a todo el tejido productivo, desde los grandes conglomerados del sector hasta las pequeñas y medianas empresas, pasando por las startups más innovadoras. Prueba de ello son los acuerdos ya cerrados, como el contrato con Arianespace para el lanzamiento de dos nuevos satélites de comunicaciones o la adjudicación de 240 millones de euros a Planet Labs Germany para el suministro de imágenes de alta resolución.