Elecciones EE UU
Arranque de primarias demócratas sin precedentes: su candidato estrella, el presidente Joe Biden, no aparece en las papeletas de votación
El congresista por Minnesota Dean Phillips aprovecha el vacío dejado por el presidente y espera aglutinar el malestar contra su frágil candidatura
Con toda la atención puesta en Donald Trump y el bando republicano, los demócratas han conseguido que pasen desapercibidas sus preocupaciones y rencillas en unas primarias sin precedentes en las que el nombre de su gran apuesta, Joe Biden, ni siquiera aparecía este martes en las papeletas de votación. El motivo es una disputa interna que viene de lejos acerca de que estados y regiones deberían ser los primeros en votar. Tradicionalmente, el pistoletazo de salida lo han dado los caucus de Iowa seguidos de las primarias en New Hampshire, que en las últimas cuatro décadas se han celebrado el martes siguiente. Pero hace tiempo que el resto de los estados del país cuestionan este privilegio y tratan de adelantar sus votaciones para ser ellos los que marquen el rumbo del electorado.
El propio Joe Biden, que en el 2020 quedó en quinto lugar en New Hampshire, animó a los responsables del Comité Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en inglés) a reajustar el calendario este año, de manera que Carolina del Sur, un territorio afín al demócrata donde hace 4 años arrasó con 29 puntos, sea el primero en votar. Fiel a su candidato, el Partido Demócrata cambió las primarias de New Hampshire al 3 de febrero, pero el propio estado se opuso y aseguró que las mantendría en la fecha prevista inicialmente, es decir, este martes. En un intento de imponerse, Biden decidió permanecer fuera de la papeleta (hay que destacar que tampoco contaba con un gran apoyo allí, no olvidemos que un 92% de la población del `Estado del Granito´ es blanca y solo un 2% negra), sin medir el riesgo que puede suponer dejar espacio para que otros oponentes emerjan.
Hay 19 candidatos en las papeletas de los demócratas, por delante va el representante por Minnesota, Dean Phillips. Él fue quien anoche mejor aprovechó el vacío dejado por Biden y horas antes de la votación aseguraba que los resultados hablarían porque ¨lo que necesitamos realmente es una competencia real, no una coronación¨. El candidato comenzó su precampaña en octubre, justo a tiempo para inscribirse en las primarias de New Hampshire, y ha gastado millones de dólares en anuncios de televisión en el conocido ¨Estado del Granito¨.
Este martes, entre bambalinas, la vieja guardia del Partido Demócrata contenía la respiración y esperaban nerviosos que las cosas no fueran bien porque, aunque Biden no aparecía en la papeleta, hubo quien pidió a los votantes que escribieran el nombre del presidente en la hoja de su puño y letra. Y es que los más veteranos del estado nunca tiraron la toalla y durante los días previos a la votación de ayer estuvieron animando al electorado y a los votantes independientes. Ha sido un movimiento que no ha contado con el respaldo de los equipos de comunicación del partido, ni con el de la sede de campaña de Biden en Delaware (según las reglas del partido, los candidatos tienen prohibido hacer campaña o gastar dinero en estados que no cumplan con las reglas del DNC). Además, desde el comité han dejado claro que no otorgarán delegados a nadie que participe en las primarias no autorizadas.
Hay ansiedad y nervios en un partido donde el apoyo a su octogenario candidato ha ido menguando en los últimos meses. En el estado de Michigan los demócratas ya han hecho sonar las alarmas porque Trump está acortando distancia con su candidato. Según la última encuesta de Harvard CAPS – Harris, si las elecciones presidenciales tuvieran lugar en estos momentos el expresidente ganaría a Biden por una ajustada victoria de 7 puntos de diferencia. Quizá por eso anoche el equipo de campaña del presidente estaba muy pendiente de los resultados que obtenía la candidata republicana Nikki Haley, porque una buena actuación de la exgobernadora de Carolina del Sur en este estado retrasaría el temido enfrentamiento entre Biden y Trump. Los demócratas cada vez son más conscientes de que su candidato estrella no está para `muchos trotes´ y que esta carrera electoral puede extenuarlo a sus 81 años. Lo que está claro es que si las elecciones pasadas fueron un desafío por el COVID -19, estas a pesar de que la pandemia terminó no están siendo ni serán fáciles para ninguno de los aspirantes.
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