Xi Jinping, mediador
Arranca la misión de paz de China en Ucrania mientras Rusia redobla sus ataques
El enviado especial de Xi Jinping inicia su gira en Ucrania y es recibido por una lluvia de misiles
La visita a cinco países de un alto diplomático chino esta semana, que incluye escalas en Kyiv y Moscú, podría arrojar esperanza sobre el papel que Pekín pretende labrarse como mediador en la guerra entre Rusia y Ucrania. Se trata de una gira con la que el presidente chino, Xi Jinping, aspira a reforzar sus credenciales como pacificador mundial, a pesar de las dudas sobre su neutralidad.
Después de vigilar la evolución de las hostilidades con sumo interés, desde hace 14 meses, y de demostrar su simpatía a Vladimir Putin, Xi ha movido su esperadísima ficha. De su mano, el representante especial de Pekín para asuntos euroasiáticos, Li Hui, inició el martes su periplo con una visita a Ucrania de dos días. Después, tiene previsto viajar a Polonia, Francia, Alemania y Rusia, lo que sitúa a China entre los pocos países que envían representantes a las dos partes en guerra.
Existe escepticismo sobre la capacidad de Pekín para gestionar y resolver un conflicto tan complejo, enconado y enquistado como el que enfrenta a Ucrania y Rusia. A juzgar por el orden de las paradas, los expertos consideran que Li recabará primero las demandas y opiniones de Ucrania, a continuación, comunicará esas apreciaciones a las partes principales involucradas en la crisis y, por último, buscará la respuesta rusa a todo ese caudal de información.
No obstante, su llegada coincide con el recrudecimiento de las acciones bélicas rusas en la capital ucraniana. A primera hora del martes se activaron las sirenas antiaéreas en todo Ucrania al tiempo que se escuchaban múltiples explosiones en Kyiv, en lo que supone el octavo ataque ruso a la capital en mayo.
Ya en abril, el presidente chino adelantó que su país enviaría un emisario a Ucrania, en lo que fue su primera llamada con Zelenski desde la invasión rusa a gran escala. En la conversación, Xi aseguró a su homólogo que su país no echaría "leña al fuego" en la contienda y que no proporcionaría ayuda militar directa a Rusia. La conversación fue "larga y significativa", según Zelenski, quien subrayó que "no puede haber paz a expensas de compromisos territoriales" y exigió la restauración de la "integridad territorial" de su país como condición previa para las conversaciones.
Li fue el embajador chino en Rusia de más larga duración, ocupando el cargo durante una década, hasta 2019. El Ministerio de Asuntos Exteriores chino lo ha promocionado como el hombre adecuado para el trabajo, calificándolo de "bien versado en asuntos relevantes y capaz de desempeñar un papel positivo en la facilitación de conversaciones para la reconciliación". Durante su mandato en Moscú las relaciones sino-rusas se intensificaron, mientras este supervisó el fortalecimiento de los lazos económicos.
El ex diplomático habla ruso con fluidez y es aficionado a la literatura rusa, por lo que cita a escritores como Alexander Pushkin, León Tolstoi o Fiódor Dostoievski. Como prueba de la consideración que el Kremlin le tiene, meses antes de dejar su puesto de embajador recibió de manos de Putin la prestigiosa Medalla de la Orden de la Amistad, por sus esfuerzos para mejorar los lazos entre ambos países.
Se desconoce el alcance de los progresos que pueda realizar Li. Ya en 2023, Kyiv desestimó la sugerencia china de un alto el fuego, por suponer la inmovilización de las tropas rusas en territorio ucraniano. Además, el hecho de apostar por una solución más proclive a Zelenski conlleva el riesgo de enemistarse con Putin, a quien Xi proclamó su amistad "sin límites" en vísperas de la invasión rusa.
Con todo, este viaje coincide con la cumbre de líderes del G7 en Japón, que comienza el viernes. El emisario deberá luchar contra el escepticismo del grupo, de quienes se espera que subrayen su unidad en la condena de las acciones rusas, sin olvidar la preocupación por la creciente asertividad china en la región del Indo-Pacífico.
Cabe destacar que China ha desplegado una intensa actividad diplomática con los países europeos, acogiendo en Pekín al presidente francés, Emmanuel Macron, y enviando al vicepresidente Han Zheng y al ministro de Asuntos Exteriores, Qin Gang, de gira por Europa. En cada encuentro, representantes europeos han urgido a este país a aprovechar su peso sobre Rusia para agilizar el fin del conflicto.
Ahora bien, la Unión Europea y la OTAN han criticado los intentos de Pekín de erigirse en intermediario, poniendo en duda la capacidad del país asiático para actuar como neutral.
Por su parte, Pekín ha transmitido el principio de que deben "rechazar conjuntamente una nueva Guerra Fría", tal y como afirmó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Wang Wenbin, el lunes. "Esperamos que la parte europea no se deje influenciar por diferencias ideológicas, supere las perturbaciones externas, mantenga su autonomía estratégica, forme su percepción independiente y objetiva de China y adopte una política positiva y racional hacia China", subrayó Wang.
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