Elecciones Argentia
La arremetida del peronismo para recuperar el poder a través del Parlamento
La apuesta del peronismo ha sido conquistar el voto de los jóvenes y de los argentinos desilusionados por los ajustes y los escándalos de corrupción de Milei
La jornada electoral del domingo en Argentina para renovar la mitad de la cámara de Diputados y un tercio del Senado, puso a los argentinos de nuevo en un verdadero dilema. Y este era: seguir con el proyecto de ajuste económico que les planteó Javier Milei cuando arribó al poder hace dos años, con más sacrificios, sueldos devaluados, poca productividad industrial y cero inversión pública, a cambio de reducción de la pobreza, inflación controlada y superávit fiscal.
O darle aún mayor fuerza al peronismo como oposición en el Parlamento para que frene y siga neutralizando, como lo ha hecho hasta ahora, los vetos a leyes que para Milei significan gastos fiscales y despilfarro, pero que para algunos sectores son de vida o muerte, como, por ejemplo, incremento de presupuestos para las provincias, financiamiento de las universidades públicas, aumento de sueldo a los jubilados, pensiones para los discapacitados y distribución de alimentos s través de los merenderos para los más indigentes.
Precisamente el peronismo se echó a buscar ese voto de los electores que hace dos años optaron por Milei como Presidente, pero se desencantaron tras las denuncias de corrupción que decía combatir: la estafa de Libra, las presuntas coimas en las licitaciones y compras para discapacitados, por ejemplo. El gobernador peronista de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, en campaña y en entrevistas, se esforzó en conquistar el voto de los jóvenes, sector donde, según los últimos sondeos de Bloomberg, La Libertad Avanza de Milei arrasaba.
El 54% de votantes entre 18 y 24 años escogía a Milei, mientras que sólo un 28% optaba por "Fuerza Patria" que aglutina al peronismo desde diferentes frentes. Kicillof, un gobernador joven y considerado moderado dentro del peronismo, se atribuyó el papel de atraer aquellos votos desilusionados que eligieron a Milei, pero tras dos años se mostraban arrepentidos. "Estamos a tiempo de corregir la gran estafa de Milei", repetía en sus mensajes.
Desde otro espectro del peronismo, Cristina Kirchner, entretanto, se empeñó en recordarle a los argentinos, desde su balcón de arresto domiciliario o sus redes sociales, aquellos años de supuesta "bonanza" en su gobierno, donde los jubilados "cobraban bien", las amas de casa "llenaban los carritos de compras", el sueldo alcanzaba a fin de mes, la familia podía viajar y "los niños llegaban a las escuelas con sus computadoras que les obsequiaba el gobierno".
Ciertamente, Argentina en toda la región estuvo a la vanguardia de programas sociales para los más necesitados, pero llevó al límite el asistencialismo del Estado con medidas populistas extremas con el fin, según diversos analistas sociales, de seguir perpetuándose en el poder en medio de los escándalos de corrupción. La época del Kirchnerismo se tradujo en subsidios del Estado para el transporte público y los servicios de luz y gas, además de millones invertidos en programas y planes sociales que iban orientados a los más necesitados, pero que en muchos casos, eran foco de malos manejos y corrupción.
Cuando arribó Milei al poder acabó con los subsidios del transporte público, de los servicios de luz y agua y eso encareció el costo de vida de los argentinos. Un pasaje en metro en Buenos Aires paso de costar 10 centavos de dólar a 1 dólar. Igual ocurrió con los planes y programas. Milei aplicó la motosierra y dejó a miles de beneficiarios en el aire.
Desde hace muchos años los argentinos sobreviven a cíclicas crisis económicas, que se traduce en altos índices de inflación, recesión, devaluación del peso argentino y la escasez del dólar. Milei logró bajar la tasa de la pobreza en 10 puntos hasta la primera mitad de este año y en el 2024 logró un superávit inédito en más de diez años. Todo ello a costa de grandes sacrificios de los argentinos.
El Peronismo se ha empoderado con su mayoría en el Parlamento y no deja avanzar al Ejecutivo en las reformas económicas pendientes en la mitad que resta del gobierno. Diversos economistas han criticado a Milei diciendo que el éxito de un gobernante no es sólo bajar la inflación y reducir la pobreza, a costa de endeudamiento interno y externo y sin lograr generar más empleo y mayor productividad en un país donde casi 15 millones son pobres.
La jornada electoral de no solo ha marcado el derrotero económico y político de la Argentina, sino también geopolítico. Estados Unidos tuvo un peculiar protagonismo, Donald Trump condicionó el salvataje financiero ofrecido a unos resultados favorables a Milei.