Así es Ted Cruz, el republicano fundamentalista

El vencedor republicano en Iowa detesta las políticas de Obama y es partidario de endurecer las a los inmigrantes

Antes de ser Ted era Felito. Rafael Edward Cruz. El flamante ganador del caucus de Iowa nació en 1970, en la ciudad de Calgary, en Canadá, donde su padre, un emigrante cubano de Matanzas trabajaba en la industria del petróleo. El padre de Ted se había marchado de la isla en 1957, antes del advenimiento de la revolución cubana. Abrazó rápidamente el conservadurismo y el anticastrismo u fundó una empresa relacionada con el petróleo, viendo así cumplido “el sueño americano”. La madre, Eleanor, nació en Delaware y tiene un perfil más moderado.

Ted dice que heredó de su madre la dedicación por los desamparados; y de su padre, la creencia ciega en el individualismo y en la eficiencia del libre mercado. Cuando anunció su candidatura a las primeras republicanas el año pasdo prometió “restablecer la promesa del sueño de Estados Unidos"y la "idea revolucionaria de que nuestros derechos vienen de Dios, el Todopoderoso".

Ted, de rostro aniñado, fue un joven empollón que se sabía de memoria la Constitución antes de cumplir los 18 años. Se doctoró en Derecho por la Universidad de Harvard y en Princenton. Trabajó en un bufete de abogados en Houston y en el año 2000 se subió a la campaña del presidente George W. Bush. Entre 2003 y 2008 fue procurador general de Texas y en 2013 se convirtió en el primer senador hispano de dicho estado con la promesa de luchar contra el “establishment” de Washington y el excesivo intervencionismo del Estado en las vidas privadas de los norteamericanos.

Sus posiciones en temas sociales le han colocado la etiqueta de ultraconservador. Se opuso ferozmente a la reforma sanitaria de Obama al considerar que perjudica el crecimiento económico y prometió derogarla si algún día llegaba al poder. Su pedigrí radical también queda de manifiesto en materias como la educación e inmigración. Es contrario a los matrimonios del mismo sexo y defensor a ultranza de la posesión de armas. En el pasado votó en contra de prohibir los rifles de asalto.

Este miembro conspicuo del Tea Party -el movimiento ultraconservador del Partido Republicano- tuvo un papel estelar en el cierre del Gobierno estadounidense a finales de 2013. Cruz pronunció un discurso contra el ley sanitaria de Obama de 21 horas en el Congreso, una práctica conocida como filibusterismo, para bloquear el voto de una ley sobre presupuesto. En aquella ocasión, llegó a comparar su lucha con la de aquellos que derrocaron el nazismo o con quienes provocaron el final de la Guerra Fría. Finalmente, los republicanos dejaron sin fondos a la administración y provocaron el cierre del Gobierno durante 16 días. El que fuera aspirante republicano a la presidencia John McCain, llegó a referirse entonces al Tea Party como “esos locos de la derecha”.

En lo tocante a inmigración, las posiciones de Cruz son contrarias a cualquier tipo de amnistía o ayuda para que los extranjeros consigan la ciudadanía estadounidense, una postura ciertamente curiosa tratándose él de un ciudadano nacido en Canadá y de padre cubano. Donald Trump le ha desacreditado precisamente por haber nacido en otro país y ha jugado con la posibilidad de que si Cruz ganara la nominación, los rivales demócratas podrían impugnar su candidatura. El senador por Texas sostiene que como su madre era estadounidense, él nació con la doble nacionalidad, aunque el año pasado optó por renunciar a su pasaporte canadiense.

Buena parte de su éxito en Iowa se debe a su ferviente entrega al cristianimo evangélico. En el pasado, candidatos evangélicos como Mike Huckabee (2008) y Rich Santorum (2012) vencieron entre los republicanos en Iowa, un estado de mayoría evangelista. En sus discursos, Cruz introduce frases de la Biblia, algo muy apreciado por los votantes de este estado.

¿Será la Ted Cruz flor de un día? Dentro del Partido Republicano asumen que Cruz es alguien dispuesto a colocar la ideología por encima de los intereses del partido. Y pocos dudan en que un Cruz que llegara a la Casa Blanca sería el presidente más conservador de las últimas décadas. Sus prioridades serían la derogación de varias leyes de Obama, entre ellas la sanitaria; el final del sistema de recaudación de impuestos y el establecimiento de una tasa impositiva única del 10%, así como la revocación del acuerdo nuclear con Irán