Régimen talibán

La heroica lucha de las periodistas afganas: “Los talibanes nos hacen sentir enterradas en vida”

El régimen talibán obliga tras un edicto del líder supremo a las presentadoras de las distintas televisiones nacionales a cubrirse con burka ante las cámaras

Con el paso del tiempo cada vez hay menos dudas de las verdaderas intenciones de los talibanes en Afganistán, atrás los primeros meses de promesas de moderación y magnanimidad
Con el paso del tiempo cada vez hay menos dudas de las verdaderas intenciones de los talibanes en Afganistán, atrás los primeros meses de promesas de moderación y magnanimidadJawad JalaliAgencia EFE

Han perdido momentáneamente a batalla pero prometen seguir librando una guerra a largo plazo por sus libertades. Tras más de un mes desde que el líder supremo Hibatullah Akhundzada exigiera a las mujeres cubrirse por completo en público, las presentadoras de la televisión afgana se han resignado a cumplir con la nueva restricción del régimen talibán. El Ministerio para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio recordaba el jueves de la semana pasada que el edicto del líder supremo obliga a las periodistas a cubrirse con burka ante las cámaras.

“Hemos resistido y nos hemos opuesto a llevar máscaras”, lamentaba la presentadora de TOLOnews Sonia Niazi. El director de la cadena afgana, Khpolwak Sapai, admitía que la organización “fue forzada” a cumplir con el edicto talibán. El decreto dictado por Akhundzada amenaza con castigos a los jefes que protejan a las periodistas que se resistan a cumplir la nueva orden talibán.

Una de las presentadoras estrella de los informativos de la noche en la televisión afgana, cuyo nombre se ha mantenido en el anonimato en medios internacionales estos días, se ponía el pasado sábado delante de las cámaras con una máscara de color negro en señal desafiante de protesta. “Fue uno de los días más duros de mi vida. Nos han hecho sentirnos enterradas en vida”, confesaba la periodista de 27 años a la cadena Al Jazeera. “Me siento como si hubiera dejado de ser un ser humano. Como si hubiera cometido un gran crimen y por ello Dios me ha convertido en una mujer en Afganistán. ¿Qué ley impone en el mundo a las mujeres cubrirse el rostro en televisión?”, deploraba la joven sin poder contener las lágrimas.

El régimen talibán muestra su verdadera cara

Con el paso del tiempo cada vez hay menos dudas de las verdaderas intenciones de los talibanes en Afganistán, atrás los primeros meses de promesas de moderación y magnanimidad. Si al comienzo de esta segunda experiencia en el poder los talibanes aseguraban conformarse con que las mujeres cubrieran su cabello con un pañuelo, desde esta semana no parecen dispuestos a tolerar más rostros femeninos en la televisión nacional.

La orden de Akhundzada es clara: el “chadri –otra denominación para el burka- es tradicional y respetuoso”. “Las mujeres que no sean ni demasiado jóvenes ni demasiado mayores deberán cubrirse el rostro cuando se enfrenten a un hombre que no sea miembro de su familia” para evitar provocaciones, reza el edicto dictado por el líder supremo talibán. Desde su regreso al poder en agosto del año pasado, las mujeres tienen prohibido viajar solas y las adolescentes no están autorizadas a acudir a los centros de enseñanza secundaria.

En el caso particular de la profesión periodística, medidas como la impuesta la semana pasada están expulsando a las mujeres de los medios de comunicación. El 79% de las periodistas afganas aseguraban en una encuesta del Sindicato de Periodistas del país de Asia Central haber sido insultadas y amenazadas –física y verbalmente- desde el regreso de los talibanes al poder. En el mismo estudio el 60% de las mujeres periodistas afirmaban haber perdido sus puestos de trabajo desde agosto de 2021.

Pero algo está cambiando en el país de Asia Central. La conciencia entre los afganos, sobre todo las generaciones más jóvenes, de ser sujetos de derechos individuales es cada vez más intensa. Al igual que cada vez son más las mujeres afganas que expresan en público, superando el miedo a los integristas, su rechazo a las medidas impuestas por los talibanes.

En un gesto no menos valiente y poco habitual, los compañeros masculinos de profesión expresaron su repulsa ante la imposición talibán y solidaridad con las presentadoras presentándose en las redacciones cubriendo sus rostros con máscaras. Otras mujeres periodistas desafiaron el decreto talibán trabajando con el rostro completamente descubierto.