Borrell viajará a Pekín en octubre para preparar la cumbre UE-China

Josep Borrell viajará a China a mediados de octubre para reconducir las relaciones bilaterales con el gigante asiático y preparar la próxima cumbre UE-China. Así lo anunció el alto representante de Política Exterior y de Seguridad de la UE desde la sede del Parlamento Europeo de Estrasburgo, donde acudió para presenciar el debate del Estado de la Unión.

Borrell efectuará, si nada cambia, un viaje pendiente desde hace varios meses para la diplomacia europea, que tuvo que cancelarse hasta en dos ocasiones. Primero en abril, por su positivo en covid, después de que la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, acompañara en su desplazamiento a Pekín al presidente francés, Emmanuel Macron; y después en junio, tras la desaparición en extrañas circunstancias del entonces ministro de Asuntos Exteriores chino, Qin Gang. Borrell no contaba con un interlocutor directo.

El expresidente del Parlamento Europeo será recibido presumiblemente por el jefe de la diplomacia china, Wang Yi, quien recuperó la cartera de Exteriores que ostentaba tras la caída al ostracismo de Qin, y con quien Borrell asegura mantener una buena relación. Pero no ha concretado si se verá las caras con el presidente Xi Jinping.

Borrell aterrizará en Pekín, pero planea visitar otras ciudades. En su agenda figura un recorrido por las oficinas económicas y los principales centros de pensamiento del país.

La visita se produce en un contexto incierto en las relaciones entre la UE y el gigante asiático, a quien se ha referido este miércoles en el debate del Estado de la Unión la propia Von der Leyen. Lo hizo para criticar sus «prácticas comerciales desleales».

La jefa del Ejecutivo comunitario anunció que la Comisión pondrá en marcha «una investigación antisubvenciones sobre los vehículos eléctricos procedentes de China». Aunque abrió una puerta al diálogo de cara a la Cumbre UE-China prevista para este año.

«Las dependencias excesivas son un riesgo», expresó Borrell, en línea con las palabras de Von der Leyen. El jefe de la diplomacia apuesta por tomar distancia de Pekín en determinados asuntos estratégicos.