UE

Bruselas vuelve a desautorizar a Orbán por su visita a Trump

Los dos líderes se conjuran para terminar la guerra en Ucrania cuanto antes, en contra de la posición de la UE

Palm Beach (United States), 11/07/2024.- A handout photo made available bythe Hungarian PM'Äôs Press Office shows Hungarian Prime Minister Viktor Orban (R) and former US president and Republican presidential candidate Donald Trump (L) posing for photographs during their meeting in Trump's Mar-a-Lago estate in Palm Beach, Florida, USA, 11 July 2024. (Hungría) EFE/EPA/Zoltan Fischer HANDOUT HUNGARY OUTHANDOUT EDITORIAL USE ONLY/NO SALES
El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibe en su residencia privada de Mar-a-Lago a Viktor Orbán, el primer ministro húngaroZoltan Fischer HANDOUTAgencia EFE

Los embajadores europeos abroncaron el miércoles a Hungría por las visitas de su primer ministro, Viktor Orbán, a Ucrania, Rusia y China en una «misión de paz», para que la guerra en el país invadido por Vladimir Putin acabe cuanto antes. Pero esta tarjeta amarilla no ha servido de nada. Como quien oye llover. Un día después y, tras el fin de cumbre de la OTAN en Washington, el mandatario húngaro se desplazó hasta la residencia de Donald Trump en Florida, Mar-a-Lago en un viaje que ha vuelto a ser desautorizado, al igual que los anteriores, por la cúpula comunitaria.

Las simpatías de Orbán por Trump no son nuevas, pero esta nueva visita se produce en el marco de la presidencia húngara del Consejo de la UE que comenzó el pasado 1 de julio, lo que da pie a confundir la posición de Budapest con la de los Veintisiete en su conjunto. «La presidencia rotatoria europea no representa a la Unión Europea en el ámbito exterior. Hay una posición clara. Y esta visita, pagada por el primer ministro de Hungría, no era una visita en nombre de la Unión Europea», ha asegurado el presidente del Consejo, Charles Michel, vía twitter. Molesta especialmente que en estos viajes se haya utilizado el logo de la presidencia europea.

Lejos de presentar este encuentro como meramente bilateral y en el marco de las relaciones entre Washington y Budapest, Orbán ha vuelto a erigirse como un mediador internacional para conseguir un alto el fuego lo antes posible. «Hemos discutido la forma de llegar a la paz. La buena noticia del día: ¡va a resolverlo!», ha tuiteado. El candidato republicano que puede volver a la Casa Blanca tras las elecciones del próximo 5 de noviembre se opone a seguir ayudando a Ucrania en la contienda contra Rusia y ha prometido terminar con la guerra en 24 horas, lo que se interpreta como una manera de presionar a Ucrania para que se rinda sin reconquistar el territorio ruso ocupado. «Gracias Viktor. Debe haber paz y rápido», ha respondido Trump, en lo que parece una estrategia común entre Estados Unidos y Hungría que va en contra de la postura de la UE en su conjunto.

Desde el comienzo de la guerra, Budapest ha puesto palos en las ruedas en los diferentes paquetes de sanciones contra Moscú y en estos momentos bloquea hasta un total de 6.600 millones de euros en la ayuda militar de la UE a Ucrania. En el seno de la OTAN, Hungría ha conseguido incluso quedar exenta del apoyo a Kyiv, a cambio de no poder vetar ninguna decisión. Una postura que ha causado malestar en el seno de la organización militar, pero que se interpreta como un mal menor para que Hungría pierda su poder de bloquear medidas clave y ralentice la llegada de la ayuda.

Orbán está jugando con fuego ya que a la presidencia de turno se le presume un papel neutral, tal y como consagran los Tratados europeos. En los últimos días la diplomacia comunitaria está barajando varias opciones para castigar al país. Mientras algunos socios creen que lo mejor es boicotear las reuniones informales organizadas en el país y enviar a perfiles técnicos antes que políticos, otros creen que la mejor solución sería adelantar la presidencia de Polonia, que en principio comienza el 1 de enero. Pero esta última medida parece difícil de llevar a cabo por sus implicaciones jurídicas y políticas. Ningún país la puso sobre la mesa en la reunión de este pasado miércoles.

De momento, la Comisión Europea ha amenazado a Hungría con no emprender la tradicional visita del colegio de comisarios al país. Aunque este viaje suele realizarse al comienzo de la presidencia rotatoria, el Ejecutivo comunitario alegó, en un primer momento, que no había sido posible organizar estos actos con el suficiente tiempo de antelación y que era mejor posponer la visita hasta el mes de septiembre. Tras conocer el encuentro de Orbán con Putin, Bruselas ha amenazado con no celebrar este desplazamiento.

Ante la oleada de críticas, el ministro de Asuntos Exteriores del país, János Bóka, celebró una rueda de prensa este miércoles en la capital comunitaria en la que se defendió de las acusaciones, pero mantuvo la idea de que para conseguir la paz resulta necesario «mantener los canales diplomáticos abiertos» con Rusia.