Henrique Capriles
Capriles ve en las urnas un plebiscito sobre Maduro
La corrupción y el despilfarro del chavismo podrían favorecer un giro
Venezuela ha despilfarrado en quince años la fortuna petrolera más grande de país alguno, con ingresos superiores en cifras numéricas de quince ceros seguidos de dólares. El propio presidente, Nicolás Maduro, aseguró esta semana que 40.000 millones procedentes de las arcas nacionales se habían perdido por el camino. Otros estudios privados y denuncias de la oposición hablan de desfalcos superiores a 500.000 millones. La corrupción es el tema fundamental que ha centrado la campaña de las elecciones municipales de mañana. Ambas partes, chavismo y oposición, se tiran los trastos a la cabeza al tiempo que admiten que es el principal problema del país. Y es que Venezuela ha resultado ser la campeona de Latinoamérica en corrupción, superada apenas por Haití, por un punto, en la clasificación de Transparencia Internacional.
El viernes, en el cierre de campaña, el líder de la unidad nacional, Henrique Capriles, responsabilizaba al Gobierno del caos, de las colas para comprar alimentos, de la corrupción y de la destrucción del país. «Llevan quince años en el poder y ahora se dan cuenta de que hay especulación, inflación y corrupción, cuando ellos son los culpables de que nuestra Venezuela sea hoy el país con la inflación más alta en el mundo. Han destruido la economía», dijo. En este sentido, la oposición ha centrado su estrategia en denunciar el continuo despilfarro protagonizado por el chavismo. «El Gobierno pretende tomar ahora la lucha contra la corrupción como bandera, pero la forma de hacerlo es una muestra más de corrupción. La manera en que lograron la Ley Habilitante es un ejemplo. Para la jugada se prestaron la Fiscalía y el Tribunal Supremo, dos entes que deberían dar el ejemplo, y realmente lo hacen, pero del malo», dijo Eveling Trejo, candidata opositora a la alcaldía de Maracaibo. Precisamente esa Ley Habilitante fue solicitada, en teoría, por Maduro para combatir la corrupción, aunque acabó usada para tomar medidas populistas como bajar los precios.
Esa política de «saqueos controlados» del Gobierno de Maduro ha sido una reacción desesperada ante la gravísima situación del país, y ha servido para mejorar la popularidad del chavismo en las últimas semanas. Ahora los analistas advierten de que las municipales de mañana tendrían un reñido resultado en vez de la cómoda victoria esperada por la oposición. Además ha servido para distraer la atención de los principales problemas del país. Los economistas coinciden en que la estrategia populista de obligar a los comerciantes a recortar precios bajo amenaza de arrestarles o permitir que el populacho saquee sus negocios es una bomba de tiempo que profundizará la ya aguda escasez de productos.
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