Cuba: un objetivo del sector turístico español

Tras décadas de aislacionismo, la situación de Cuba está más cerca que nunca de sufrir un cambio radical. El histórico anuncio de Estados Unidos sobre el inicio del proceso para normalizar las relaciones diplomáticas con la isla abre un nuevo panorama en todos los aspectos, incluido el económico. La posibilidad de que el embargo comercial, económico y financiero de Cuba –vigente desde 1960– llegue a su fin abre un abanico de oportunidades para las empresas españoles y para la economía de nuestro país. Sin prácticamente ninguna industria de importancia, y con todos los deberes por hacer en el plano económico, la isla es objeto de deseo para los empresarios de todo el mundo. Sin embargo, los lazos históricos que unen España y Cuba deberían ser suficientes para que la antigua potencia colonial se lleve, al menos, una parte muy importante del pastel que es ahora la economía cubana. Del mismo modo que las empresas españolas tienen una importante presencia en otras antiguas colonias españolas como República Dominicana o México, deberían aprovechar la posible apertura de Cuba al panorama internacional. Desde 1995, las exportaciones a Cuba suman 11.172 millones, frente a los 2.646 millones importados. Pese a las complicaciones por el embargo, numerosas empresas de nuestro país continúan trabajando en la isla –sobre todo, en el sector turístico– y la previsión es que, si las relaciones terminan de normalizarse, la actividad vaya a más. Así, Iberia estudia retomar su vuelo a La Habana y Globalia negocia con el Gobierno cubano para levantar un complejo hotelero en Varadero.