Golpe de Estado en Turquía

El avión de Erdogan estuvo en el punto de mira de dos cazas golpistas

Según fuentes militares, hubo un cierto grado de incompetencia en la preparación del golpe, en comparación con los anteriores

El avión del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, estuvo en el punto de mira de dos cazas F-16 controlados por los golpistas durante el intento de golpe de Estado de la noche del viernes 15 al sábado 16, pero finalmente los atacantes no dispararon, según ha revelado un exmilitar.

Erdogan regresaba a Estambul después de pasar unos días de vacaciones en la localidad costera de Marmaris cuando ocurrió el incidente. "Al menos dos F-16 acosaron al avión de Erdogan cuando estaba en vuelo de camino a Estambul. Centraron sus radares en su avión y en los otros dos F-16 de escolta", ha relatado la fuente, conocedora de lo ocurrido. "Es un misterio por qué no dispararon", ha apostillado.

Un alto cargo turco ha confirmado en declaraciones a Reuters bajo condición de anonimato que el avión de Erdogan fue acosado por dos cazas F-16 en su ruta desde el aeropuerto de Dalaman al de Estambul, pero el presidente logró llegar sano y salvo a Estambul.

Otro alto cargo ha reconocido igualmente que el avión presidencial "tuvo problemas durante el vuelo", pero no ha querido dar más detalles al respecto.

Las páginas de seguimiento de vuelos informan de que un avión Gulfstream IV, el utilizado por las autoridades turcas, despegó de Dalaman a las 22:40 GMT del viernes. En su trayectoria se aprecia que realizó varios sobrevuelos cerca de Estambul precisamente en el momento en el que se estaban produciendo disparos en el principal aeropuerto de la ciudad, aunque finalmente aterrizó sin incidentes.

El propio Erdogan ha relatado que los golpistas le atacaron en Marmaris y que bombardearon lugares en los que acababa de estar. "Evitó la muerte por cuestión de minutos", ha asegurado la segunda fuente oficial.

Unos 25 militares descendieron disparando desde helicópteros al hotel de Marmaris en el que estaba Erdogan poco después de que éste hubiera partido, ha informado la cadena CNN Turk. También el primer ministro, Binali Yildirim, era un objetivo de los golpistas y también en este caso logró escapar.

Rebelión en la base de Akinci

Al parecer, la mayoría de las acciones aéreas de los sublevados partieron de la Base Aérea de Akinci, en la provincia homónima, situada a unos 50 kilómetros al noroeste de Ankara, donde había al menos 15 pilotos a las órdenes de un oficial rebelde, según el exmilitar. El jefe del Estado Mayor, Hulusi Akar, estuvo retenido en esta base durante la intentona golpista, aunque finalmente pudo ser liberado.

Los aviones de Akinci pilotados por los rebeldes fueron los que sobrevolaron en repetidas ocasiones Estambul y Ankara durante la noche del viernes provocando la rotura de ventanas y aterrorizando a la población con las explosiones sónicas.

Desde la base de Eskisheir, al oeste de Ankara, se envió a varios aviones para bombardear Akinci y parar así a los rebeldes. Sin embargo, los aviones ya estaban en el aire y pudieron seguir gracias al reabastecimiento en vuelo proporcionado durante la noche por un avión que partió de desde la Base Aérea de Incirlik. El comandante de Incirlik ha sido detenido este domingo por complicidad en el golpe de Estado.

Hasta tres altos cargos han apuntado a Akin Ozturk, un veterano general miembro del Alto Consejo Militar (YAS), como uno de los máximos responsables del golpe de Estado. Ozturk dirigió hasta 2015 la Fuerza Aérea turca y estaba prevista su retirada para el mes de agosto.

El segundo gran responsable de la asonada sería Muharrem Kose, un exasesor legal del Estado Mayor, según las mismas fuentes de Ankara. Kose sería un seguidor del clérigo Fetulá Gulen, afincado en Estados Unidos, y al que el Gobierno responsabiliza del golpe de Estado. Kose había sido destituido en marzo por conducta inadecuada, pero continuaba siendo oficial en activo de las Fuerzas Armadas, ha explicado una de las fuentes. Ozturk ha sido detenido, pero se desconoce el paradero de Kose.

"Hubo importantes preparativos en marcha desde hace mucho tiempo. Las dos personas en cuestión parece ser que eran los cerebros del intento de golpe de Estado", ha explicado una de las fuentes en declaraciones bajo condición de anonimato puesto que la investigación sigue aún abierta.

Fuera de la cadena de mando

Sin embargo, los golpistas sobreestimaron el apoyo que tendrían entre los militares. "Estaban fuera de la cadena de mando, lo que suponía el mayor problema para los golpistas", ha argumentado un analista de Carnegie Europa y exdiplomático turco, Sinan Ulgen.

"No tenían los recursos suficientes. Tenían muy poco material para lograr sus objetivos estratégicos (...). Es evidente un cierto grado de incompetencia en comparación con los anteriores golpes de Estado", ha apuntado.

Un ejemplo sería el intento de tomar la sede de CNN Turk. Los militares golpistas obligaron al personal a salir del estudio de emisión y cuando volvieron a las ondas, la presentadora Nevsin Mengu relató que los militares eran jóvenes "con solo miedo en sus ojos y sin ninguna determinación".

El exmilitar ha apuntado que los golpistas parecen haber lanzado su intentona de forma precipitada tras haberse dado cuenta de que estaban siendo vigilados, extremo corroborado por los altos cargos de Ankara consultados por Reuters. "No estaban bien preparados. Los planes se filtraron, descubrieron que les estaban vigilando y ello parece que les obligó a moverse más deprisa de lo previsto", ha argumentado el exmilitar.

Además, los golpistas subestimaron la capacidad de Erdogan de movilizar a la población a pesar de la presencia de los carros de combate en las calles.

Sertan Koc, asesor de prensa del alcalde del distrito de Kazan, donde se encuentra la base de Akinci, ha relatado cómo los vecinos marcharon hacia la base en cuanto recibieron la información sobre el golpe de Estado.

"Cuando vieron los aviones atacando el Parlamento de Ankara y a la gente en Estambul, se organizaron y marcharon a la base para intentar detenerlos", ha asegurado Koc en declaraciones telefónicas a Reuters. "Intentaron bloquear el acceso a la base aparcando sus vehículos en la carretera y quemando paja para impedir la visibilidad de los aviones. Al final intentaron cortar el suministro eléctrico de la base", ha explicado. Siete personas murieron cuando los militares abrieron fuego contra los vecinos.