Ataque yihadista en Francia
El cabecilla captaba a mujeres españolas para sus células
Abaaoud había decidido incorporar a mujeres a su grupo de «operaciones en el exterior» para darle más operatividad
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, reveló ayer, en el programa «Espejo Público» de Antena 3, que el cerebro de los atentados del pasado viernes en París, Abdelhamid Abaaoud, intentó captar a través de internet a mujeres residentes en España para que se unieran a Daesh en Siria, con el fin de «combatir en las filas» de Estado Islámico.
El hecho de que Abaaoud, jefe de operaciones en el exterior de la banda yihadista, tratara de incorporar mujeres para el combate (de hecho, una de sus primas se suicidó con un cinturón explosivo en el apartamento de París en el fue abatido por la Policía) para que formaran parte de las células que atentan en los países occidentales, supone un cambio de estrategia. Se trata de contentar a muchas féminas que habían huido a Siria e Irak con este propósito y habían comprobado que se las requería para «amas de casa», cuando no para ser simples esclavas sexuales.
El debate estaba abierto en el seno de Daesh, que, en el número 11 de su revista «Dabiq», publicó un artículo sobre el papel de la mujer en la sociedad islamista.
Se defendía a ultranza entonces que era al «esposo» al que le correspondía hacer la guerra. «Entonces, ¿por qué encontramos algunas de las esposas de los muyahidin (guerreros) quejándose de su vidas? Si ella se entera de una batalla inminente a la que el esposo se va sin ella, se enoja. Si lo ve ponerse la armadura de guerra, ella se enoja. Si regresa tarde, ella se queja».
La contestación que el teórico del DAESH le daba a estas mujeres es que la vida de la «yihad» (combate) de es precisamente fácil y cómoda. Y trataba de convencerlas de que una forma de participar en la «yihad» era «esperar el regreso de su marido con paciencia, anticipando la Recompensa de Alá para alcanzar la victoria y la consolidación». «Ustedes están en la yihad cuando sostienen la lealtad a él en su ausencia. Usted están en la yihad cuando enseñan a sus hijos la diferencia entre la verdad y la mentira, entre el bien y equivocado».
El hecho de la incorporación de la mujer al «combate», y, en concreto, a las células llamadas a actuar en los paises occidentales, supone que la influencia en el seno del DAESH de Abdelhamid Abaaoud debía ser importante. En cualquier caso, la estrategia de utilizar mujeres para hacer informaciones o perpetrar atentados, hasta que fuera conocida por las Fuerzas de Seguridad, suponía un cierto factor sorpresa con el que querían contar los yihadistas.
En las últimas operaciones que contra el Estado Islámico han tenido lugar, han sido muchas las mujeres que han sido detenidas o varoness que tenían, entre sus misiones principales, captar féminas para la banda yihadista.
Abdelhamid Abaaoud, por razones que se suponen, había puesto sus ojos en España y si quería reclutar mujeres de nuestra nacionalidad, aunque fueran de origen magrebí, debía ser para integrarlas en las células destinadas a operar en nuestro país, bien en labores de información o para participar directamente en acciones criminales.
Como se ha podido comprobar en algunos atentados, los terroristas islamistas, y esto también vale para las mujeres, se despojan de los signos que pueden caracterizar como ciudadanos de origen árabe, como quitarse la barba, vestir a la europea o peinarse de un modo clásico. En el caso de las féminas, resulta aún más sencillo por el posible uso de pelucas, maquillaje y vestidos de distinto tipo que, en cualquier caso les permitan ocultar armas o explosivos.
Hasna, una joven francesa radicalizada en las redes sociales
Podría ser la primera mujer suicida en Occidente. Medios franceses apuntan a Hasna Ait Boulahcen como la presunta kamikaze del comando neutralizado en Saint Denis. Aunque esta información no ha sido confirmada oficialmente, se van conociendo más detalles sobre el perfil de esta mujer francesa de 26 años, presunta prima de Abdelhamid Abaaoud. «¿Dónde está tu novio? No es mi novio». Éstas serían sus últimas palabras grabadas por un vecino de Saint Denis durante el asalto policial. Palabras a las que siguen una fuerte explosión. Hasta diciembre de 2013, Boulahcen trabajó como gerente en una empresa de construcción. Una vida aparentemente normal que no despertó ninguna sospecha en la localidad de Creutzwald, donde reside el padre de la joven. «Bromeaba, amaba la vida, hablaba con todo el mundo; vecinos y vecinas. Era abierta y alocada», cuenta esta vecina que prefiere ocultar su indentidad. «Mis amigos en Facebook me han contado que se vestía al estilo europeo, que se maquillaba e iba a los bares», añade esta mujer. Pero en esta red social, la joven francesa dejó rastro de su presunta radicalización y su admiración por Hayat Boumeddiene, compañera de Amedy Coulibaly, autor del ataque registrado en enero contra un supermercado «kosher» de París
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