Francia

Le Pen afianza al Frente Nacional como primer partido de Francia

La extrema derecha vence en seis de las trece regiones galas y podrá gobernar en dos de ellas si conservadores y socialistas no cierran una alianza para la segunda vuelta

Marine Le Pen tras conocer los resultados
Marine Le Pen tras conocer los resultadoslarazon

La extrema derecha vence en seis de las trece regiones galas y podrá gobernar en dos de ellas si conservadores y socialistas no cierran una alianza para la segunda vuelta

Los franceses acudieron ayer por primera vez a votar tras los atentados de París del 13 de noviembre, y la primera noticia que salió de esas urnas es que el Frente Nacional se instala a nivel nacional y se impone como la fuerza política más votada en toda Francia, con un 30,6% de votos, según los sondeos de Ifop para iTele. Según las cifras del diario «Le Monde», el FN acabaría en cabeza, con entre el 27% y el 30% de los votos, mientras que Los Republicanos recibirían un 27% y los socialistas obtendrían un 23 %. Además, la extrema derecha terminó en cabeza en al menos seis de las trece regiones y en dos, Norte-Paso de Calais-Picardía y Provenza-Alpes-Costa Azul (PACA), está en posición de ganar en la segunda vuelta, el próximo domingo.

«Francia levanta la cabeza», fueron las primeras palabras de la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, que aseguró que había logrado en su región más del 50% de votos, aunque los sondeos le daban un 42%. La líder de la extrema derecha se presentó como «el único frente verdaderamente republicano porque es el único capaz de defender la nación y su soberanía». El FN ha ido ganando adeptos, primero con su discurso antiinmigración frente a la crisis de refugiados y, después, tras los atentados de París, presentándose como el partido más capaz para resolver los problemas de seguridad según el 23,2% de los ciudanos, mientras que sólo el 15,5% confían en la derecha.

Para Le Pen, es la ocasión de presentarse como una candidata creíble de cara a las elecciones presidenciales de 2017. «Son unos resultados magníficos que recibimos con humildad (..) y un profundo sentido de responsabilidad», dijo ayer tras conocer la victoria.

Los Republicanos fueron los que más sufrieron esta victoria del Frente Nacional. Su líder, Nicolas Sarkozy, reconoció inmediatamente el triunfo del FN. «El veredicto de los franceses esta noche es claro, desean que se de prioridad a que la República no retroceda más. Necesitamos escuchar y comprender la exasperación profunda de los franceses» que, según él, también se ha expresado a través de la abstención de «veinte millones de nuestros compatriotas».

Las listas de unión de republicanos y centristas sólo lograron terminar en cabeza en cuatro regiones, pero Sarkozy no está dispuesto a ceder el terreno a la izquierda, que según él tampoco respondería a las inquietudes expresadas por los electores, por lo que anunció que se negaba a fusionar sus listas con otros partidos, concretamente los socialistas, o a retirarla en beneficio de éstos. Sarkozy se juega mucho. Ha vuelto a la política para hacer frente a François Hollande y Marine Le Pen. La confirmación de la victoria de la extrema derecha el próximo domingo será para él un fracaso, pues deja de ser la única alternativa. Además, debilitará su postura de cara a las primarias que se celebrarán en 2016 para designar al candidato de Los Republicanos para las presidenciales.

Una hora más tarde, el secretario general de los socialistas, Jean-Christophe Cambadelis, anunció que su partido se mantendrá en aquellas regiones en las que «el total de la izquierda sea capaz de ganar» y que retiran sus listas de Norte-Paso de Calais y PACA para «hacer un frente republicano» contra la extrema derecha. Cambadelis condenó la decisión de Sarkozy de mantener sus listas donde no pueden ganar solos: «La historia será severa para aquellos que dicen: ‘mejor la extrema derecha que la izquierda’».

Casi 45 millones de franceses estaban llamados ayer a las urnas para elegir entre los 21.456 candidatos a los consejos regionales. Son las primeras elecciones tras la reforma administrativa de François Hollande, que ha reducido el número de regiones de 22 a 13, para aumentar su peso en el concierto europeo, y atenuar sus diferencias económicas y demográficas. Las regiones tienen competencias sobre el desarrollo económico, la ordenación del territorio, la formación profesional, la gestión de liceos y los transportes, incluidos los transportes escolares. Y comparten con los departamentos cultura, deportes, turismo, y lenguas regionales.

Sus consejeros son elegidos para un mandato de seis años. Se trata de un escrutinio a dos vueltas, y sólo pasan a la segunda los que anoche obtuvieron más del 10% de votos. Los que han superado el 5% pueden fusionarse con una lista que se haya calificado.

En la segunda vuelta, la lista que termine en cabeza obtendrá, de forma automática, un 25% suplementario de escaños para darle los medios de gobernar con mayoría absoluta. Esta medida fue instaurada en 1999 porque en las elecciones regionales que se celebraron el año anterior ningún partido político logró alcanzar la mayoría absoluta en la mayor parte de las regiones y, en cuatro de ellas, donde la derecha había terminado en cabeza, los candidatos aceptaron el apoyo del Frente Nacional para ser investidos presidentes, suscitando una fuerte controversia.