Elecciones en Reino Unido
El laborismo británico se apunta a la austeridad
Miliband se presenta como el gran defensor del control del gasto en un intento desesperado por despegar en los sondeos
El laborista Ed Miliband se presentó ayer ante los británicos como el líder «del partido de la responsabilidad fiscal». En un intento desesperado por conseguir la confianza en materia económica que aún no le conceden las encuestas, prometió que, de convertirse en «premier», sus políticas no implicarán ningún endeudamiento adicional. Es más, su programa estará centrado en reducir el déficit público hasta alcanzar un superávit en 2020.
Miliband presentó ayer el manifiesto del partido para las generales del 7 de mayo, las más reñidas de las últimas décadas. Laboristas y conservadores siguen empatados en los sondeos, por lo que cualquier movimiento cuenta a la hora de arañar los votos que podrían ser decisivos. Para la ocasión eligió Manchester, escenario de los más grandes y también más difíciles momentos de su carrera. Fue en esta ciudad donde se proclamó líder de la formación en 2010 y donde olvidó mencionar el déficit en el importantísimo discurso de la conferencia anual del partido el año pasado.
Aquel lapsus –que justificó al querer dirigirse al público sin notas– le costó caro, y desde entonces, los laboristas no han conseguido tener credibilidad ante la cuestión económica, piedra angular de la campaña de los «tories». Por lo tanto, ayer Miliband necesitaba un buen golpe de efecto. Y aunque el discurso fue calificado por algunos analistas «como uno de los más audaces de un líder laborista desde que Tony Blair modernizara el alma de la formación en su ya célebre intervención de 1994», el reputado centro de investigación Instituto de Estudios Ficales señaló que era «tan vago que los votantes no sabrían lo que estaban votando».
En cualquier caso, era necesario dar todo el protagonismo a la economía. Entre otras cosas, porque los nacionalistas escoceses –en contra de los programas de austeridad– podrían ser clave a la hora de ayudarle a formar gobierno y, en este sentido, Miliband quiso dejar muy claro que para garantizarse su apoyo, los laboristas no van a volver a endeudar las arcas públicas.
El líder de la oposición sostuvo que los partidos británicos deberían estar obligados a someter sus programas financieros y económicos a una auditoría externa antes de unos comicios generales, algo a lo que los «tories» se niegan. Y entre las medidas que anunció destacó la subida del salario mínimo de las 6,5 libras (8,9 euros) la hora actuales hasta 8 (11 euros) y la prohibición de los llamados contratos de «cero horas», que permiten a las empresas llamar a los trabajadores cuando los necesitan sin garantizar un número determinado de horas al mes. Los laboristas aspiran también a incrementar la financiación de la sanidad en 2.500 millones de libras al año (3.400 millones de euros), un gasto que sufragarían con nuevas cargas al tabaco y las viviendas de lujo.
Por su parte, David Cameron presentará hoy su manifiesto, el mismo día en el que el electorado puede empezar a votar por correo. Aunque durante el fin de semana el «premier» ya adelantó que quiere suprimir el impuesto de sucesiones para las viviendas de hasta un millón de libras (1,37 millones de euros), y va a invertir en el sistema sanitario 8.000 millones de libras adicionales cada año (unos 10.800 millones de euros), medida ésta última que aún no ha explicado cómo va a financiar.
Aunque los dos partidos se encuentran muy igualados, las dos últimas encuestas le dieron una ligera ventaja a los «tories». El sondeo de Populus situaba a Cameron dos puntos por encima de Miliband. El elaborado por ICM para el diario «The Guardian» otorgaba a los «tories» un apoyo del 39%, tres puntos más que el mes pasado. El Partido Laborista descendía dos puntos y se colocaba con un respaldo del 33%. Y en tercer lugar se situaban los liberaldemócratas del viceprimer ministro, Nick Clegg, con un 8% de los sufragios, un punto por encima del eurófobo Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP) y del Partido Verde, ambos con un respaldo del 7%.
Acorralado por los escoceses
El Partido Nacionalista Escocés (SNP, en sus siglas en inglés) duplicaría al partido de Ed Miliband en intención de voto en Escocia, feudo tradicional de los laboristas. Los independentistas lograrían seis puntos (52%) más que hace un mes, según el sondeo de ayer de TNS, mientras que los laboristas caen esos mismos seis puntos, hasta el 24%. Estos datos supondrían el mejor resultado de los nacionalistas en unas elecciones británicas, reforzados pese a su derrota en el referéndum independentista de 2014. Con todo, los de Nicola Sturgeon ya han advertido de que no quieren formar una coalición, sino que ayudarían a los laboristas a la hora de formar Gobierno con apoyos puntuales.
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