Túnez

El primer ministro de Túnez asegura que abandonará el poder cuando se resuelvan los problemas del país

El primer ministro de Túnez, Alí Larayedh, ha asegurado este martes que está preparado para abandonar el cargo y celebrar nuevas elecciones, pero que no permitirá que haya un vacío de poder mientras el país se enfrenta a graves problemas económicos y de seguridad.

"No jugaremos a la política con la seguridad del país", ha asegurado Larayedh en una rueda de prensa, anticipándose a las críticas de la oposición que acusan a su partido islámico moderado Ennahda de ser demasiado laxo con los musulmanes radicales.

"Estoy preparado para renunciar si pueden resolver el problema", ha asegurado, en referencia a la situación de estancamiento en la política tunecina tras los asesinatos de dos líderes opositores y la muerte, en el mes de julio, de ocho soldados cerca de la frontera con Algeria.

El primer ministro ha asegurado que no cree que un gobierno provisional sea la mejor solución en esta "fase crítica"en materia económica y de seguridad. "El Gobierno debe continuar trabajando de una forma disciplinada hasta que se logre un consenso".

El primer ministro ha afirmado, antes de dimitir, debería terminarse la redacción de la nueva Constitución debería todos los partidos deberían acordar un plan de elecciones, en un contexto de intensas especulaciones sobre el futuro de la democracia del país que dio lugar al nacimiento de la 'primavera árabe'.

Ennahda, que gobierna en coalición junto a dos pequeños partidos, es objeto de una creciente presión por parte de la oposición, que le acusa de estar imponiendo una agenda islamista, de no hacer frente a los radicales salafistas violentos y de gestionar mal la economía.

Además, la crisis que ha paralizado durante casi un mes la política del país ha provocado multitudinarias manifestaciones y llamamientos a la renuncia del Gobierno. Hace una semana, el partido gobernante aceptó el plan para una transición hacia la celebración de nuevas elecciones propuesto por el principal sindicato del país, la UGTT.

Por su parte, el presidente de Túnez, Moncef Marzouki, ha afirmado que consultaría a todos los partidos políticos en la búsqueda de un consenso para un gobierno provisional que pueda organizar y celebrar elecciones libres bajo la vigilancia de observadores internacionales. "El Gobierno abandonará cuando ese diálogo llegue a un consenso", ha asegurado, aunque sin precisar de cuánto tiempo se trataría.

El primer ministro ha hecho estas declaraciones tras declarar al grupo armado Ansar al Sharia como organización terrorista, después de haber obtenido pruebas de que estuvo detrás de la muerte de dos opositores tunecinos y varios soldados en febrero y julio de 2013.