Extrema derecha
El regreso de Sarkozy se despeja
El regreso político de Nicolas Sarkozy está cada vez más cerca. Sobre todo, después de que ayer la Justicia retirara los cargos contra el ex presidente en el «caso Bettencourt», despejando así su camino de vuelta. Pese a haberle imputado el pasado mes de marzo, los magistrados instructores tuvieron que rendirse a la evidencia de la ausencia de indicios lo suficientemente concluyentes como para procesarle. Los cargos que se le achacan son «inconsistentes», hizo saber ayer una fuente cercana al caso. Encausado en principio por «abuso de debilidad», los jueces no han podido demostrar que Sarkozy se aprovechara de la demencia senil que desde 2006 padece Liliane Bettencourt para obtener importantes sumas de la millonaria dueña de L'Oréal y así financiar, ilícitamente, la campaña presidencial de 2007.
Sin embargo, la secuencia judicial de los últimos meses hacía presagiar que los jueces que instruyen el sumario, y a los que el entorno de Sarkozy ha acusado de «parciales», sentarían al político conservador en el banquillo. De hecho, la decisión de la Corte de Apelación que a mediados de septiembre desestimaba un recurso del ex jefe del Estado para anular la instrucción en curso, por falta de independencia, iba en ese sentido. Finalmente, la petición de la Fiscalía, que requería el archivo de la causa para Sarkozy, ha sido confirmada, aunque no así en el caso de otros inculpados como el ex ministro Eric Woerth. El que fuera tesorero de la campaña de 2007, imputado además por tráfico de influencia, tendrá que comparecer con otros diez procesados ante un tribunal.
A través de su cuenta de Face-book, Nicolas Sarkozy confirmó que «la Justicia me acaba de declarar inocente en el 'caso Bettencourt'» y rechazó hacer comentario alguno sobre la manera en que se administra la Justicia. Según sus allegados, «Sarko», que calificó en su momento de «injusta e infundada» su imputación, ha acogido la buena noticia «con gran serenidad». Tan buena como que se trataba del principal obstáculo judicial a su eventual regreso con vistas a las presidenciales de 2017, aunque no el único escándalo en que su nombre aparece mencionado. Su implicación en otros «affaires» actualmente investigados, como el arbitraje favorable al empresario Bernard Tapie o la presunta financiación de su campaña con dinero de Gadafi, parece, sin embargo, más difícil de probar.
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