¿Es factible una guerra civil?

l ¿El asalto del Euromaidan con la muerte de 25 ucranianos marca un antes y un después?

–Estamos ante el episodio más violento ocurrido en toda Europa del Este desde el fin de la Guerra Fría. Únicamente superable por los conflictos armados de Bosnia y las dos guerras de Chechenia. En cuanto a enfrentamientos urbanos, la escalada de violencia en Ucrania es la más grave que ha ocurrido en la región en los últimos 25 años. La situación es realmente grave. El país está completamente dividido en dos partes. Si los dirigentes políticos no controlan a los sectores más exaltados y radicales armados, Ucrania está al borde de una guerra civil.

l ¿Pueden los manifestantes conseguir sus reivindicaciones democráticas con el diálogo?

–Hay que separar ahí la desesperación de la población ucraniana, que en realidad, su postura se acerca más bien a «que se vayan todos», y el interés de los líderes de la oposición que quieren derrocar al Gobierno y ponerse ellos en el poder.

l ¿Está actuando la comunidad internacional de acuerdo con la situación?

–Da la imprensión que no se ha captado la raíz del problema. En Ucrania existe una vinculación perversa entre la política y los negocios. La clase dirigente en general es extremadamente corrupta. El Gobierno es malo, pero los que lideran la oposición pueden resultar aún peor.

l ¿El cese de Yanukovich pondría fin al conflicto?

–No lo creo. Incluso si Yanukovich renuncia al poder la división y el enfrentamiento permanecerá en Ucrania. En el caso de que el presidente se marche es muy posible que la parte oriental del país no reconozca a un Gobierno proeuropeo. Lo ideal sería alcnazar un acuerdo pero la clase política actual parece incapaz de lograrlo. La situación actual es bastante impredecible. En todo caso, la solución final debe ser política y debe producirse por la via negociada. No obstante la violencia conspira en contra de cualquier negociación o entendimiento entre las partes.