Europa del Este
Europa afronta el mayor riesgo de guerra en 30 años
El Kremlin amenaza con un despliegue militar en Venezuela y Cuba, mientras EE UU rechaza repartir áreas de influencia
“Los tambores de guerra están sonando fuerte y la retórica se ha vuelto bastante estridente”. Las palabras, pronunciadas este jueves por el embajador de Estados Unidos ante la Organización para la Seguridad y la Cooperación de Europa (OSCE), Michael Carpenter, dan buena muestra del punto el que se encuentran las negociaciones tras la tercera ronda de contactos diplomáticos entre Rusia y Occidente para evitar una escalada militar en Ucrania. Unas palabras que en su crudeza solo fueron igualadas por las pronunciadas por el ministro de Relaciones Exteriores de Polonia, Zbigniew Rau, que en la cita celebrada en Viena advirtió que el riesgo de guerra en Europa “es ahora mayor que nunca en los últimos 30 años”. Rau dirigió sus palabras a las 57 naciones de la OSCE, una organización que incluye a Rusia, Ucrania, Estados Unidos y varias naciones europeas para fomentar el diálogo entre bloques. “Durante varias semanas nos hemos enfrentado a la posibilidad de una gran escalada militar en Europa del Este”, añadió. Era la tercera vez esta semana que Rusia discutía la seguridad con los países occidentales. Un escenario pesimista para el que poco sirvió una reunión en la que se esperaba calmar la creciente crisis en la frontera de Ucrania, donde hay una gran presencia militar rusa, pero que terminó con los organizadores diciendo que no se había logrado ningún avance. Rusia ha movilizado 100.000 soldados a lo largo de su frontera con Ucrania, al tiempo que emitió una serie de demandas de seguridad que la OTAN aseguró que son imposibles de cumplir, como retirar las tropas de los miembros orientales de la alianza o bloquear cualquier solicitud de membresía de Kiev.
Ucrania ha protagonizado las conversaciones de esta semana entre Rusia y los países occidentales, pero no estuvo presente ni en las negociaciones en Ginebra entre Washington y Moscú ni en las de Bruselas entre representantes de la OTAN y el Kremlin. No obstante, y como miembro de la OSCE, sí participó en el primer encuentro del Consejo Permanente de la organización en 2022, en el que se abordaron las tensiones pero sin lograr ningún avance, salvo la apuesta por mantener el diálogo. En esta línea, Carpenter reafirmó la disposición de Estados Unidos a continuar con las conversaciones, pero agregó que “no vamos a renegociar los principios básicos”, enumerando los Acuerdos de Helsinki de 1975, la Carta de la ONU y la Carta de París de 1990, que aluden al derecho de los estados soberanos a tomar sus propias decisiones sobre sus seguridad. “Esos son nuestros cimientos”, aseguró.
Helga Schmid, secretaria general de la OSCE, dijo que la situación actual en la región era “peligrosa” y que había una “necesidad urgente de revitalizar el debate sobre la seguridad europea”. “Es imperativo que encontremos un camino a través de la diplomacia para reducir la tensión y comenzar a reconstruir la confianza, la transparencia y la cooperación”, aseguró en la reunión. Sin embargo, el enviado de Rusia a la OSCE dijo que la paciencia en Moscú se está agotando por lo que considera “amenazas inaceptables a nuestra seguridad nacional”. Es más, amenazaron con que Moscú tomaría las “medidas necesarias” si Occidente no respondía a las demandas rusas. “Si no escuchamos una respuesta constructiva a nuestras propuestas dentro de un plazo razonable y continúa el comportamiento agresivo hacia Rusia, tendremos que tomar las medidas necesarias para garantizar el equilibrio estratégico y eliminar las amenazas inaceptables a nuestra seguridad nacional”, dijo la misión de Rusia, que asimismo advirtió que “puede surgir una crisis en el continente con consecuencias impredecibles para la seguridad europea”.
Occidente mira con recelo el despliegue de tanques, artillería y unos 100.000 soldados rusos en la frontera con Ucrania en lo que, según algunos observadores, podrían ser preparativos para una invasión. Si bien el Kremlin insiste en que la acción militar es una respuesta a lo que considera la creciente presencia de la OTAN en Europa del este. Las conversaciones se producen en medio de una semana de intensa diplomacia, con funcionarios rusos manteniendo conversaciones con Estados Unidos, la OTAN y la OSCE en Europa. El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, instó el jueves a Rusia a demostrar que no quiere resolver la situación con acciones agresivas. “A pesar de la semana insatisfactoria de gran diplomacia para Rusia, creo que la única forma de que los rusos confirmen su falta de intención de resolver los problemas por la fuerza es continuar la discusión en los formatos establecidos, en particular en la OSCE”, dijo Kuleba.
Hay pocas posibilidades de que Ucrania se una a la OTAN en el corto plazo, según los expertos, ya que Kiev no cumple con los requisitos de membresía. Pero Moscú “no confía en el otro lado”, dijo Ryabkov. “Necesitamos garantías sólidas, impermeables, a prueba de balas y legalmente vinculantes. No hay garantías, ni salvaguardas”. El jefe de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, aseguró al hilo de las conversaciones que no debería haber negociaciones con Rusia mientras Moscú continúe con su presencia militar cerca de su frontera con Ucrania.
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