Crisis de refugiados

La UE acogerá de manera automática a todos los ucranianos que huyan de la guerra

Los refugiados podrán permanecer un máximo de tres años con acceso al mercado laboral y asistencia médica

Los Veintisiete han dado luz verde a la concesión de un estatus especial para los ucranianos que están huyendo de la guerra e instalándose en los países europeos. Según las cálculos de la ONU, cuatro millones de ucranianos acabarán franqueando las fronteras de su país, lo que convierte a este éxodo en el mayor originado desde la Segunda Guerra Mundial. De momento, ya ha llegado un millón y estamos solo al comienzo.

Esta normativa fue aprobada tras las guerras de los Balcanes, pero nunca había entrado en vigor. Ni siquiera cuándo se produjo la crisis de refugiados en 2015, con oleadas de migrantes procedentes sobre todo de Siria y que llegaron a Grecia e Italia. Entonces se puso en marcha un sistema de reparto de refugiados a través de cuotas obligatorias que fue boicoteado sin descanso por parte de los países del este, quienes también impusieron el cerrojazo de sus fronteras.

Este estatus inédito se basa en un marco legal aprobado en 2001 por la Unión Europea que permite otorgar protección inmediata y temporal -un plazo inicial de un año que puede prorrogarse hasta un máximo de tres-, cuándo los países de llegada se encuentren desbordados para poder tramitar estas peticiones según los procedimientos habituales de asilo.

De esta forma, se otorgará esta protección de manera automática con el único requisito de ser ucraniano, lo que supone una decisión histórica en los Veintisiete En el caso de los residentes de larga duración instalados en Ucrania, será cada país el que decida si pueden disfrutan de este estatus. Este ha sido un requisito de los países del este para aceptar el acuerdo, lo que demuestra hasta qué punto siguen vigentes las reticencias a la hora de acoger a personas de previsiblemente otra etnia o religión.

Esta protección inédita significa que los desplazados por la guerra podrán trabajar por cuenta propia o ajena, se les facilitará alojamiento, atención médica y se integrará en el sistema educativo a los menores o se les buscará una familia de acogida si viajan solos. Desde el año 2017, los ucranianos que poseen un pasaporte biométrico pueden desplazarse dentro del territorio comunitario sin visado y como turistas durante una duración de 90 días. El objetivo reside que este estatus especial comience a funcionar a partir del día 21.Este marco de protección no imposibilita que los beneficiados puedan presentar en paralelo una demanda de asilo que se tramitará según los procedimientos ordinarios. En el caso de aquellas personas que han huido de sus casas sin pasaportes biométrico, la autoridades de cada país están facilitando que puedan ser identificadas con otros documentos.

Tras la brecha entre Este y Oeste del club comunitario en 2015, ahora las tornas han cambiado en apenas una semana. Son precisamente estos socios del club los que están en estos momentos en primera línea y haciendo un esfuerzo ímprobo para acoger a estas personas sin escatimar ningún tipo de medio.

Aunque en los primeros días desde el estallido de la contienda, la mayoría de los ucranianos fueron ayudados por amigos o familiares en los países de llegada, se espera que a partir de ahora muchos de ellos decidan instalarse en otro país del club europeo. Por eso, la Comisión Europea está preparando un mecanismo voluntario para distribuir a estas personas. La Comisaria de Interior, Ylva Johansson, ha reconocido que no se puede ser “ingenuo” sobre el gran esfuerzo que supondrá la acogida de estos millones de personas, pero resaltó lo histórico del acuerdo.