Reino Unido

Las razones que han llevado a la dimisión del asesor ético de Johnson: “Me colocaron en una posición odiosa”

Christopher Geidt, el que fuera secretario privado de la reina Isabel II no se sentía nada cómodo siendo asesor independiente del Ejecutivo en pleno escándalo del Partygate

Christopher Geidt
Christopher GeidtLa Razon

Boris Johnson, en sus horas más bajas en Downing Street, recibió ayer un nuevo varapalo a su ya debilitado liderazgo tras la dimisión del supervisor ético del Gobierno británico Christopher Geidt. Desde hacía tiempo se venía hablando de su posible renuncia. El que fuera secretario privado de la reina Isabel II no se sentía nada cómodo siendo asesor independiente del Ejecutivo en pleno escándalo del Partygate. Sin embargo, la gota que colmó el vaso fue la consulta recibida esta misma semana sobre “la intención del Gobierno de considerar medidas que corrían el riesgo de infringir deliberadamente el Código Ministerial”. Este código es un documento que establece una serie de reglas sobre responsabilidad y buen comportamiento de los ministros del Gobierno, así como para evitar conflictos de intereses. “Me colocaron en una posición imposible y odiosa”, según explicó en una carta dirigida al primer ministro.

Downing Street se negó a realizar comentarios al respecto. Pero todo apunta a que la polémica estaría relacionada con el plan para mantener los aranceles sobre el acero chino a pesar de la posibilidad de violar los compromisos de la Organización Mundial del Comercio.

“Una infracción deliberada, o siquiera la intención de cometerla, sería suspender las provisiones del código para alcanzar un fin político. Esto no solo sería una burla del respeto por el código, sino que autorizaría a suspender sus provisiones sobre la conducta de los ministros. No puedo formar parte de eso”, continúa en la carta, con fecha de 15 de junio.

Pese a que el ex supervisor habla de esta última disputa, previamente en la carta deja claro su descontento con la gestión de Johnson sobre el Partygate. En este sentido, alude a su “frustración” con el primer ministro por no haberse pronunciado en público sobre cómo su participación en al menos una de las fiestas, por lo que fue multado por la policía, pudo haber infringido el código de buena conducta que rige para los diputados.

El Gobierno difundió la carta de Geidt, como le reclamaba la oposición, y en paralelo también publicó la misiva de respuesta de Johnson, en la que califica su renuncia de “sorpresa”.

En ella explica que buscó el consejo del asesor sobre un asunto “de interés nacional” relacionado con la Autoridad de Compensación Comercial, para “proteger una industria crucial, que está protegida en otros países europeos y sufriría daño material si no siguiéramos aplicando aranceles”.

Johnson señala que sus planes cuentan con el apoyo de otros partidos además del Conservador, y que se ajustan a la legalidad nacional, pero “podría verse que entran en conflicto con nuestras obligaciones bajo la OMC (Organización Mundial del Comercio)”.

“Al pedir su consejo antes de tomar cualquier decisión, buscaba garantizar que actuamos apropiadamente y con respeto al Código Ministerial”, subraya el primer ministro, antes de agradecer a Geidt por su trabajo en el puesto.

El ya ex asesor ya había lamentado en un informe en mayo que “se ha creado la impresión de que el primer ministro podría no estar dispuesto a que su propia conducta sea juzgada en relación a las obligaciones del código”. Ante un comité parlamentario, que lo sometió a un intenso escrutinio esta semana, Geidt insistió en que es “razonable” interpretar que la multa que percibió Johnson por haber asistido a una reunión social prohibida durante la pandemia constituye una ruptura del código ministerial.

Geidt es el segundo asesor independiente sobre el código ministerial que dimite en el Gobierno de Johnson. En 2020, Alex Allan también dejó el puesto después de que el mandatario rechazara las conclusiones de una investigación en la que apuntaba que la titular de Interior, Priti Patel, cometió acoso laboral contra funcionarios a su cargo. Pese a la polémica, Johnson decidió dejar a la ministra en su puesto.