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Mineral

Tras 75 años olvidada, una carta lleva al hallazgo de uno de los minerales más raros del planeta en Alemania

Un descubrimiento fortuito en Baviera reescribe la historia de la humboldtina, uno de los minerales más raros del planeta.

Carta LR

En 2023, un proyecto de digitalización de documentos geológicos en Baviera, Alemania, reveló un hallazgo singular que conecta la ciencia actual con el pasado olvidado. Una carta escrita en 1949, que mencionaba la presencia de “humboldtina de la mina Mathias, cerca de Schwandorf”, desencadenó una investigación que pondría al descubierto uno de los minerales más escasos conocidos hasta la fecha.

Archivistas identificaron fragmentos de color amarillo, del tamaño de una avellana, cuidadosamente guardados en una caja de zapatos que había permanecido oculta entre más de 130.000 muestras geológicas almacenadas. Bajo la dirección del geólogo Roland Eichhorn, se emprendió una investigación detallada que, mediante difracción de rayos X, permitió confirmar que se trataba de humboldtina monoclínica —una forma extremadamente rara de este mineral orgánico.

La humboldtina es una sustancia singular: un cristal de hierro y oxalato con una estructura frágil, baja dureza (entre 1,5 y 2 en la escala de Mohs) y un característico color amarillo resinoso. Su origen está ligado a condiciones húmedas en una veta de lignito a más de dos metros de profundidad, donde aparentemente encontró un entorno propicio para crecer, desafiando las expectativas geológicas de la época.

El mineral fue bautizado en 1821 por el geólogo peruano Mariano de Rivero en honor al naturalista prusiano Alexander von Humboldt. Aunque su existencia estaba documentada, nunca se habían encontrado ejemplares de tal tamaño y calidad. La aparición de estos fragmentos duplica de forma inmediata la reserva conocida de humboldtina en Alemania y reaviva el interés por su potencial en aplicaciones tecnológicas, especialmente en baterías con ánodos de hierro, una alternativa más sostenible frente al uso de cobalto y níquel.

Los fragmentos recuperados serán expuestos en la galería de la Oficina Estatal de Medio Ambiente de Baviera, donde se pondrá en valor no solo su relevancia científica, sino también el papel fundamental que juegan los archivos históricos en el avance del conocimiento. Este descubrimiento recuerda que, a veces, el motor de la ciencia no está en el laboratorio, sino en una caja olvidada y una carta sin abrir.