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Europa y la OTAN rechazan la idea de Macron de enviar tropas a Ucrania para derrotar a Rusia

Los aliados quieren evitar que la guerra actual desemboque en un conflicto directo con Rusia. Alemania exige a Francia que suministre más tropas al país invadido

Las palabras del presidente francés, Emmanuel Macron, en las que se niega a “descartar” el envío de tropas a Ucrania para socorrer al país invadido por Vladimir Putin ha supuesto todo un vendaval en el seno de la Alianza. El mismo Macron reconocía tras la cumbre que tuvo lugar el lunes en París en el Palacio del Elíseo que el envío de efectivos militares a Ucrania era una idea que no contaba con el consenso de los aliados de la OTAN. Unas palabras proféticas ya que pocas hora después prácticamente todos sus homólogos europeos han salido en tromba a negar que su país se esté planteando este escenario.

“Lo que habíamos acordado juntos y entre nosotros también seguirá vigente en el futuro: que no haya fuerzas terrestres, que no haya soldados en suelo ucraniano que hayan sido enviados por Estados europeos o de la OTAN”, ha asegurado el canciller Olaf Scholz. Por si hubiera pocas dudas, poco después se ha reafirmado con un mensaje en las redes sociales en las que pide que los demás países, lo que incluye Francia, también arrimen el hombro a la hora de proveer de armamento a Ucrania como modo de ganar la guerra. “Alemania es el país europeo que más apoya militarmente a Ucrania. Seguirá siendo así. Pero está claro que no nos convertiremos en parte del parte del conflicto, ni de forma directa ni indirecta”, ha negado el canciller que ha recordado que “ayer en París acordamos que todos deben hacer más por Ucrania. Ucrania necesita armas, municiones y defensa aérea”.

El secretario general de la Organización militar, Jens Stoltenberg, también ha salido al paso de las declaraciones de Macron. “Los aliados de la OTAN están proporcionando un respaldo sin precedentes a Ucrania. Lo hemos hechos desde 2014 y lo intensificamos tras la invasión. Pero no hay planes para tropas de combate en la OTAN sobre el terreno en Ucrania”, ha asegurado el político noruego.

No es la primera vez que Macron hace unas declaraciones incendiarias en las que parece olvidar que es el presidente de un país y se comporta más como un analista que piensa en voz alta y no tiene responsabilidades de gobierno. Ya lo hizo ,por ejemplo, cuando aseguró que la OTAN estaba en “muerte cerebral”. Pero en esta ocasión ha tocado un tema muy delicado ya que la Alianza militar siempre ha mantenido que el papel de los aliados se circunscribe a apoyar a Ucrania y que esto no debe interpretarse como una guerra directa entre la OTAN y Moscú. Una posibilidad que desencadenaría una Tercera Guerra Mundial contra un Vladimir Putin que tiene en su poder el botón nuclear.

Por eso, para la OTAN no sólo ha sido desde el principio un tabú el envío de tropas terrestres sino también otras opciones como una zona de exclusión aérea para imposibilitar la entrada de aviones y misiles rusos – demandada por Ucrania una y otra vez al comienzo de la guerra- e incluso los misiles de largo alcance que Berlín se niega a enviar a Kiev, ante el temor de que el conflicto se vaya de las manos.

Cuando un misil impactó en Polonia en noviembre de 2022 y mató a dos personas, los aliados se apresuraron a hacer apelaciones a la calma y negaron la procedencia rusa del misil en un ataque deliberado, ya que una ofensiva directa contra un país de la Alianza hubiese desencadenado una respuesta del conjunto de la organización. El miedo a que este conflicto se extienda y se convierta en una guerra entre los aliados y Rusia también es el principal motivo para que la organización militar se niegue a la entrada de Ucrania en la OTAN mientras prosiga la contienda.

De ahí que las palabras de Macron hayan suscitado un rechazo tan unánime. También por parte de los países de la Alianza más cercanos Rusia y que más están invirtiendo en Defensa. El primer ministro polaco, Donald Tusk, ha asegurado que su país “no considera enviar cuerpos de su ejército a Ucrania” y ha advertido de que “no deberíamos especular sobre esto” a la vez que ha pedido al resto de los aliados que gasten más en Defensa como modo de amedrentar a Putin.

Su homólogo de la República Checa, Petr Fiala, también ha negado las intenciones de su país de enviar soldados y ha abogado, por el contrario, por “desarrollar los caminos de ayuda ya abiertos contra la agresión, para que los ucranianos puedan defenderse y que los objetivos del régimen de Putin no se cumplan. Reino Unido, Italia y Bélgica también han negado que estén planeando enviar tropas terrestres al país invadido por Putin.

¿Un ataque en 2025?

Lo cierto es que estas declaraciones de Macron se producen en un momento de pesimismo por las malas noticias en el campo de batalla, mientras en los últimos meses asistimos a una retórica bélica desconocida desde el fin del comunismo. El ministro de Defensa danés, Troels Lund Poulsen, ha asegurado que Putin podría atacar un país de la OTAN en 3 o 5 años y ha pedido reforzar la defensa aérea. El almirante holandés Rob Bauer también ha instado a los países europeos a que estén preparados para la guerra y que se planteen el servicio militar obligatorio en las próximas dos décadas. Según unos papeles filtrados por el diario Bild a mitad del mes de enero, Alemania se está preparando para una ofensiva de Putin al flanco oriental de la OTAN en verano de 2025. Según estos documentos, el mandatario podría utilizar Bielorrusia como punto de partida, al igual que hizo con la guerra de Ucrania. La ministra de Defensa belga, Ludivine Dedonder, también ha pedido a sus ciudadanos a que se conviertan en reservistas. “Todo el mundo debe comprender que la guerra en Europa es una posibilidad, pero también que no tendrá lugar necesariamente”.