Guerra de Ucrania

Ucrania se rearma en el aire para disuadir a Rusia

El primer ministro sueco, Ulf Kristersson, ha acordado con Zelenski la entrega de 150 cazas "Gripen"

Ucrania.- Zelenski trata con la nueva primera ministra de Japón la colaboración para la producción militar
Ucrania.- Zelenski trata con la nueva primera ministra de Japón la colaboración para la producción militarEuropa Press

Ucrania planea recibir 250 aviones modernos, incluidos 150 cazas Gripen suecos, para fortalecer su creciente Fuerza Aérea y proteger sus cielos contra la amenaza rusa. Los planes, anunciados por Kiev esta semana, buscarán asegurar un número de cazas F-16 y Rafale además de los aviones suecos, cuya provisión ha sido acordada provisionalmente por el presidente Volodímir Zelenski y el primer ministro sueco Ulf Kristersson.

Tales intenciones no permitirán a Ucrania alcanzar la paridad con Rusia, explicó el experto militar Oleksi Melnik, del Centro Razumkov con sede en Kiev, a LA RAZÓN. Asegurar la financiación, producir o conseguir los aviones y preparar suficientes pilotos altamente capacitados y toda la infraestructura tomaría años, advirtió.

Sin embargo, una fuerte flota aérea jugaría un papel clave en convertir al país invadido en un «puercoespín» para disuadir la agresión rusa, dijo Melnik, quien supervisó el entrenamiento de pilotos ucranianos en la década de 1990.

La crisis económica y política que Ucrania experimentó en los primeros años de su independencia, tras el colapso de la Unión Soviética, golpeó duramente al poderoso ejército que heredó. Sin embargo, la Fuerza Aérea, que también sufrió el desorden general y la falta de financiación, siempre recibió prioridad, según Melnik.

Esto aseguró que, cuando Rusia lanzó su invasión a gran escala en 2022, Ucrania pudiera contar con docenas de aviones de la era soviética, como los Su-24 y Mig-29, para ayudar a disuadir los intentos rusos de capturar la capital, bombardeando columnas militares rusas y repeliendo los intentos rusos de establecer control total sobre los cielos.

Más tarde, los aviones soviéticos fueron adaptados para lanzar misiles modernos, como Storm Shadow/SCALP contra posiciones rusas en el frente, aunque algunos fueron derribados por defensas aéreas rusas.

Con los aviones operando al límite y careciendo de electrónica sofisticada, recibir cazas más modernos era el sueño de los jóvenes pilotos ucranianos, que ganaban una experiencia invaluable mientras arriesgaban sus vidas en cada misión y volaban sus viejos aviones apenas por encima del suelo para evitar la detección por radares rusos.

La entrega de varias docenas de versiones más antiguas de cazas F-16 por parte de Dinamarca, Países Bajos y Noruega, así como cinco aviones Mirage de Francia, ha representado un gran paso adelante. Aunque no están equipados con las mejores armas disponibles, han jugado un papel vital en repeler ataques rusos aéreos. Algunos aún comparan su uso para derribar drones rusos con usar un microscopio para clavar clavos, pero han salvado múltiples vidas, operando en áreas que tienen pocas defensas aéreas convencionales.

Los Gripens suecos son la elección ideal para el siguiente paso adelante, cree Vadim Voroshilov, un piloto ucraniano de 31 años. Destaca que, en medio de los regulares ataques con misiles y drones rusos contra aeródromos ucranianos, Ucrania necesita aviones rápidos y resistentes, que puedan despegar de una variedad de superficies, incluidas carreteras o bases con fragmentos de explosivos esparcidos, y luego estar listos para el siguiente vuelo en cuestión de minutos.

Según acuerdos preliminares, parte de la producción ocurrirá en Ucrania, lo que haría los aviones más baratos, reveló el presidente Zelenski, llamándolo un paso histórico el lunes.

Otro aspecto clave de los aviones es que pueden llevar todo tipo de equipamiento que Ucrania ya tiene o planea recibir, señaló también Zelenski.

Idealmente, dicen los pilotos de la Fuerza Aérea, usaría misiles aire-aire Meteor, capaces de recorrer unos 200 km. Aunque la probabilidad de choques directos entre cazas ucranianos y rusos sigue siendo muy baja, si las defensas aéreas rusas se debilitan lo suficiente por ataques ucranianos, los Gripens podrían amenazar a los aviones Su-34 rusos que lanzan miles de bombas contra ciudades y el ejército ucranianos cada mes, desde más allá del alcance de las defensas aéreas ucranianas.

Ucrania también espera recibir más cazas F-16, de producción estadounidense, y Rafale, de producción francesa. Por un lado, esto podría asegurar que Ucrania tenga varios tipos de aviones mejor adaptados a misiones particulares. Los cazas modernos aportarían mejor capacidad de radar y habilidad para rastrear y atacar múltiples objetivos desde una distancia considerable, según Melnik.

Sin embargo, tener varios tipos diferentes de aviones en su flota aérea requerirá cierto esfuerzo para hacer que operen como un sistema bien coordinado. Ucrania ya perdió un F-16 por fuego amigo, según informes no confirmados, y tomó grandes esfuerzos para incorporar electrónica occidental al sistema con una mezcla de defensas aéreas de la era soviética y modernas.

Esto no es necesariamente por elección, señala Melnik. Ucrania ha tenido que reconstruir su ejército mientras combate la mayor guerra en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial y, al igual que con todas las demás armas, ha estado dispuesta a recibir y adaptar todo tipo de armas disponibles, en medio de una gran competición mundial. Es especialmente así en aviación, donde la producción se planifica con años de antelación y los precios se disparan debido a la alta demanda. Crecer la Fuerza Aérea a tal velocidad es difícil, pero Ucrania ya ha demostrado que puede superar las expectativas.