Fracasa el intento de sentar en la misma mesa al régimen sirio y a la oposición

La delegación de Damasco en las conversaciones de paz de Montreux ya ha rechazado de plano la posibilidad de formar un Gobierno de transición en Siria, pero las potencias mundiales buscan convencer al régimen de que la salida de Bachar al Asad es ineludible. Tras dos días de tirarse los trastos a la cabeza, el ministro de Exteriores sirio, Walid Muallem, y el líder de la coalición opositora (CNFROS), Ahmad Jabra, no se han puesto de acuerdo para mantener hoy un encuentro ca a cara. De poco sirvieron los esfuerzos del enviado especial de la ONU, Lajdar Brahimi, quien se reunió ayer por separado con ambos bandos. «Las delegaciones de la oposición y el régimen no se van a sentar en la misma mesa. Van a estar en salas separadas y no van a hablar directamente, sino a través de Brahimi», afirmó un miembro de la delegación de la CNFROS. Para la oposición, antes de dar este paso es necesario pactar el calendario de las discusiones.

Mientras, queda en manos de Moscú persuadir al régimen para abrir corredores humanitarios y aliviar el sufrimiento de miles de sirios desplazados que han huido de la violencia.