Venezuela
Guaidó, de regreso a Caracas, pregunta a las Fuerzas Armadas venezolanas: “¿Qué más van a esperar?”
Los embajadores de España y Francia, entre otros, han acudido al aeropuerto de Caracas a recibir a Guaidó
"Sabemos que el 80% de los militares está a favor del cambio, lo sabemos, se han comunicado con nosotros, nos han hablado", aseguró el jefe del Parlamento.
El jefe del Parlamento venezolano, Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado del país por unos 50 gobiernos, llamó este lunes a una reunión mañana con varios sindicatos y a una manifestación callejera el próximo sábado en contra de la "dictadura"de Nicolás Maduro.
Frente a miles de simpatizantes en Caracas, el líder del antichavismo encabezó su primer acto público una hora después de volver a Venezuela tras una gira que lo llevó por Colombia, Brasil, Paraguay, Argentina y Ecuador; donde fue recibido con honores de jefe de Estado.
Desde una tarima en el este de Caracas, Guaidó adelantó que prevé encontrarse el martes con trabajadores públicos para tomar decisiones enmarcadas en su objetivo de cesar "el secuestro de la burocracia"por parte de la llamada revolución bolivariana.
"Mañana reunión importante con todos los sindicatos de empleados públicos, no podemos permitir que la burocracia siga secuestrada, que usen a nuestros empleados públicos que hoy no ganan bien (...), llegó el momento de decir ya basta, llegó el momento de dejar sin funcionamiento a ese régimen que los oprime", sostuvo.
Guaidó también señaló que en las manifestaciones del sábado los ciudadanos volverán a las calles de Venezuela "decidida y determinadamente para movilizarse en búsqueda de su libertad".
"No nos quedaremos ni un segundo tranquilos hasta lograr la libertad de Venezuela", agregó sin mayores detalles sobre esta actividad.
El líder de la Cámara, que considera al presidente Nicolás Maduro un usurpador, agradeció el apoyo que recibió esta jornada por parte de embajadores de varios países que acudieron al aeropuerto internacional Simón Bolívar, que sirve a Caracas, para recibirlo en su regreso al país.
Guaidó también preguntó hoy a los miembros de la Fuerza Armada del país "¿Qué más van a esperar?"al reiterar la solicitud de que dejen de apoyar al Gobierno de Nicolás Maduro y aseguró que ya son más de 700 los militares que lo han hecho.
"Las Fuerzas Armadas, ¿qué más van a esperar?, ya vieron como más de 700 oficiales están del lado de la constitución, y por ahí hay unos cínicos que están diciendo que es poco", dijo Guaidó ante decenas de simpatizantes que acudieron a una plaza del este de Caracas a brindarle su apoyo tras su regreso al país.
"Sabemos que el 80 % está a favor del cambio, lo sabemos, se han comunicado con nosotros, nos han hablado", aseguró el jefe del Parlamento que en enero pasado anunció asumir funciones de presidente encargado de Venezuela.
Guaidó reiteró esta llamada a las Fuerzas Armadas tras su llegada a Venezuela: "Nos amenazaron a todos los que estamos aquí (...) de cárcel, de muerte, y le digo yo a ellos, no ha sido a través de la persecución, no va a ser a través de las amenazas que nos van a detener, aquí estamos más fuertes y unidos que nunca (...) con la mirada en el futuro", dijo.
Comentó, dirigiéndose a los miembros de la Fuerza Armada, que pese a estas amenazas "alguien no cumplió, muchos no cumplieron"las órdenes que supuestamente les dieron desde el Ejecutivo.
Reiteró que "la cadena de mando está rota porque el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas deriva del voto popular y quien usurpa funciones, por más que se quiera disfrazar con una banda porque estamos en carnavales, no es el presidente, aquí está el presidente encargado de la república de Venezuela", señaló.
Dijo a los militares que como jefe del Parlamento y como presidente encargado, "pide, exige, ordena", que "detengan definitivamente a los colectivos y presos que actuaron el 23 de febrero"como brazo armado del Gobierno de Maduro y reprimieron a los ciudadanos que ese día pidieron el ingreso de la ayuda humanitaria al país.
"Basta de inmunidad, no podemos mirar a otro lado cuando masacran a nuestros indígenas", insistió.
Tras su llegada a Caracas, ha pasado sin ningún inconveniente los controles aduaneros del aeropuerto y ha tomado un vehículo en el que se dirige hacia las movilizaciones que se celebran en la capital venezolana para recibirle.
Al aeropuerto se movilizaron además diplomáticos de España, Francia, Alemania, Portugal, Chile, Argentina y otros países y por ellos fue escoltado al llegar al aeropuerto internacional Simón Bolívar de Caracas.
"Sabemos los riesgos, todos sabemos los riesgos de hacer política en Venezuela", dijo Guaidó a periodistas y saludó a los diplomáticos presentes y la multitud que gritaba "sí se puede".
Guaidó arribó al aeropuerto junto a los diputados Francisco Sucre y Sergio Vergara, ambos del partido de Guaidó, Voluntad Popular (VP).
El líder de la Cámara mantuvo en secreto la forma en la que arribaría al país pues enfrenta la posibilidad de ser encarcelado por haber burlado una prohibición de salida del territorio nacional que le dictó la Justicia, que solo reconoce a Nicolás Maduro como mandatario, por su proclamación como presidente interino.
Hasta el momento ni la Fiscalía, ni el Supremo, ni ninguno de los altos dirigentes de la llamada revolución bolivariana se ha pronunciado sobre el regreso de Guaidó, pero su círculo más cercano considera que es "real"la amenaza de la detención.
Hoy mismo, Guaidó enviaba un mensaje a través de redes sociales a sus simpatizantes en el que les convoca de nuevo a la movilización.
"En pocas horas estaré de nuevo con los hombres y mujeres que más admiro, los que han resistido por años esta tiranía que ha usado todos los medios para doblegarnos y no lo ha conseguido", afirmaba Guaidó en un mensaje de audio difundido por Internet.
"Nada me llena más de entusiasmo, de mayor brío, que volver a la patria para continuar esta lucha hombro a hombro, todos juntos", ha destacado, al tiempo que ha subrayado que "estamos más fuertes que nunca".
Guaidó había convocado a la movilización a la oposición a las 11.00 horas de este lunes (16.00 hora peninsular española), la hora a la que había previsto regresar al país. Sin embargo, sobre él pesaba una orden de no salida del país que ha incumplido, por lo que se teme una posible detención. "A mi llegada, sea cual sea el camino que tome el dictador, vamos a continuar", ha apuntado.
El chiste recurrente este fin de semana en Venezuela es que Juan Guaidó volverá al país disfrazado. Después de todo, es puente de carnavales en el país petrolero. Más allá de las risas, la tensión sube en Venezuela a propósito de lo que pueda ocurrir hoy cuando se espera que el líder opositor se muestre públicamente en alguna ciudad, probablemente en la capital, en el marco de la nuevas movilizaciones contra el dictador. Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y reconocido como interino del país por más de 50 naciones, comenzó hace más de una semana una gira latinoamericana que lo ha llevado por Colombia, Brasil, Paraguay, Argentina y Ecuador. Aunque se había informado que visitaría Chile también, finalmente se confirmó que pondrá rumbo de regreso a casa desde el país que preside Lenín Moreno.
Pero sobre Juan Guaidó pudiera haber una orden de captura. El Tribunal Supremo de Justicia, que controla el chavismo, le había prohibido salir del país tras ordenar el pasado 29 de enero una serie de medidas cautelares por su monumental desafío al poder imperante. El opositor, sin embargo, apareció en el concierto de Venezuela Aid Live del viernes 22 de febrero en Cúcuta, una ciudad fronteriza de Colombia, la víspera de la fecha límite para la entrada de la ayuda humanitaria. Tras el fracaso de la operación por el bloqueo del régimen chavista, viajó a varias capitales regionales siendo recibido con honores de Estado y reconocimiento como presidente encargado de Venezuela.
El Supremo no ha confirmado si el parlamentario será perseguido por la Policía. Pero está claro que nadie quiere arriesgarse.
La plana mayor del régimen de Nicolás Maduro ha optado por no hablar del caso. El gobernante tan solo se refirió al asunto afirmando el miércoles pasado que Guaidó deberá «enfrentarse a la justicia». Estados Unidos, en boca del asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, ha advertido de que cualquier daño a Guaidó sería respondido, aunque Elliot Abrams descartó que sea con medidas militares.
La Cancillería de Colombia habló sobre amenazas en contra de la vida de Guaidó y su familia –las que calificó de «serias y creíbles»– y dijo que rechaza todo «acto del régimen de Nicolás Maduro en contra de la libertad, la seguridad y la integridad personal del presidente encargado de Venezuela o de sus familiares, y lo hace responsable por cualquier acción violenta o coacción contra ellos». La Unión Europea avisó el sábado de que cualquier acción que pudiese poner en peligro «la libertad, seguridad o integridad personal» del presidente de la Asamblea Nacional incrementaría la tensión y merecería ser condenada, afirmó la Alta Representante para la Política Exterior, Federica Mogherini, en una declaración en nombre de los Veintiocho. Para la Unión Europea la detención del dirigente venezolano supondría una escalda del conflicto intolerable y de consencuencias peligrosas. Guaidó tiene, además, medidas de protección dictadas por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos.
Pero si Maduro no lo encarcela, pudiera ver minada su autoridad entre los suyos. Si lo hace, pudiera desatar reacciones internacionales imprevistas. El propio Guaidó dijo en Argentina que «sería un golpe de Estado» su detención, así como «un último error» de Maduro, pues «habría un levantamiento popular e internacional». La estrategia opositora incluye protegerlo, también con el pueblo. Por eso cuando Guaidó anunció su regreso desde Ecuador vía redes sociales, convocó a masivas movilizaciones hoy y mañana. Se espera que en una de ellas sea visto y le hable en persona al país, al frente de una concentración que logre «calentar la calle» aún en días festivos y sin posibilidad de utilizar medios de comunicación masivos para la convocatoria.
A marchar se dispone Sonia Hernández, de 46 años. La caraqueña cree que Guaidó pudiera ser apresado, «pero no está solo, tiene el apoyo internacional y ahora tocará rodearlo siempre para cuidarlo». Armando Quintero, de 65 años, cree que el opositor debe «jugársela» y atreverse a encarar «el monstruo por dentro», pues «hasta ahora no ha tenido miedo». Guaidó ha dicho que a su país no le sirve un presidente encargado preso, pero mucho menos uno en el exilio. En Colombia relató que tardó más de 40 horas en llegar desde Caracas hasta la frontera, dejando en el camino equipaje, ropa que iba descartando y recuerdos de ir hasta camuflado. Cuando vuelva a Caracas pudiera ser producto de una travesía similar.
Guaidó abandonó ayer Ecuador, el último país de su gira, por la ciudad costera de Salinas de camino ya a Caracas. «Gracias presidente Lenin por el respaldo profundo a nuestra causa», escribió el presidente de la Asamblea Nacional y encargado del país desde el pasado 23 de enero. Desde Guayaquil no estaba claro a dónde iba a volar después ni cómo sería su viaje de regreso. La discreción era ayer la norma. No obstante, para llegar a Caracas hoy tendría que coger vuelos comerciales vía Bogotá o Panamá. Todo indicaba ayer que sería a través de Colombia como en su salida el pasado 22. Entonces, aseguró que había contado con la colaboración y ayuda de militares cómplices para poder cruzar la frontera y no ser apresado.
No obstante, las amenazas a su libertad, e incluso a su vida, no terminarán en Carnavales. Ahora serán el pan de cada día.
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