Sucesos

La historia de Belle Gunness, la "viuda negra" que mató a más de cincuenta hombres para quedarse con su dinero

No se sabe con exactitud la cantidad de asesinatos de esta mujer durante su carrera criminal, pues se trata de uno de los grandes misterios de la historia de Estados Unidos

La muerte de Belle fue incierta durante décadas, pues cuando iba a ser detenida, quemó la casa y decapitó a una mujer para hacer creer que era ella
La muerte de Belle fue incierta durante décadas, pues cuando iba a ser detenida, quemó la casa y decapitó a una mujer para hacer creer que era ellaDreamstime

El caso de Belle Gunnes continúa siendo uno de los mayores misterios de la historia criminal de los Estados Unidos. Era un asesina en serie, pero cometía sus crímenes en silencio, de una forma que nadie pensara que era culpable. Se hacía la víctima, aseguraba que la mala suerte le perseguía y que moriría sola. Sin embargo, todo era un telón encima de las atrocidades que cometía: se casaba con hombres para luego asesinarlos y quedarse con su dinero y cobrar los seguros de vida.

Engañaba, ocultaba su identidad e incluso fue capaz de matar a algunos de sus hijos e hijas biológicas, todo para que no hubiera testigos de sus asesinatos ni nadie que pudiera delatarla. También algunos jornaleros de la granja que tenía o pretendientes que no se llegaban a casar con ella morían en sus manos.

Nunca se supo con exactitud cuántas fueron sus víctimas, aunque se calcula que mató a cinco hijos biológicos y a su hija adoptiva, así como a dos maridos, varios pretendientes, dos hijas de su segundo esposo y más de treinta obreros que trabajaban en su granja.

Nacida en un pequeño pueblo de Noruega en 1859, cruzó el Atlántico con veinticuatro años y se instaló en Chicago. No tenía dinero, ni personas conocidas ni siquiera un trabajo, pero su ambición y un importante atractivo le abrió las puertas que quiso. Conoció a su primer marido en 1883, Mads Sorenson, un hombre conservador, deseoso de formar una familia, un deseo que cumplió con Belle adoptando a tres huérfanas llamadas Jennie, Myrtle y Lucy.

Parecía un matrimonio feliz y una historia como otra cualquiera, pero un día, un misterioso incendio en el lugar en la tienda en la que trabajaban acabó con el negocio y la casa en la que vivía la familia. No murió nadie, pero el matrimonio cobró el seguro de vida y, meses más tarde, Mads moría por un supuesto infarto de miocardio.

Con ese dinero y sus hijas adoptivas, se fue a vivir a Indiana, con el proyecto de construir una granja. Y ahí su historia criminal empezó a engrandarse. Conoció a Peter, un viudo con dos hijas. La felicidad parecía volver a la vida de Belle, pero empezaron las muertes extrañas, primero la de una de las hijas adoptivas hasta que llegó la del segundo marido. Así, sucesivamente, fue viviendo una vida de soltera en la que cada uno de sus pretendientes, la mayoría hombres adinerados, morían tras acercarse a ella.

Su vida, sus crímenes y su habilidad para eludir a la justicia era propia de una película de Hollywood. Hasta su supuesta muerte en 1908 fue incierta, pues se dice que en el momento en el que iba a ser detenida, quemó la casa y decapitó a una mujer para hacer creer a las autoridades policiales que se trataba de ella y que la dieran por muerta. De hecho, durante décadas hubo personas que dijeron haberla visto en algunas ciudades de EEUU.