Listo para una invasión

Israel dicta sentencia: objetivo, la destrucción total de Hamás

Miles de gazatíes se quedan atrapados al no abrirse corredores humanitarios mientras prosiguen los bombardeos en el norte de la Franja

Gaza (---), 14/10/2023.- An injured woman is helped away from the site of an Israeli rocket attack in Al- Shati refugee camp in the west of Gaza City, 14 October 2023. The Israeli Defense Force (IDF) on 13 October called for the evacuation of all civilians of northern Gaza ahead of an expected ground invasion. More than 1,300 Israelis have been killed and over 3,200 others injured, according to the IDF, after the Islamist movement Hamas launched an attack against Israel from the Gaza Strip on...
Scene of Israeli rocket attack in GazaMOHAMMED SABERAgencia EFE

Después de la extensión, hasta las 16.00 de ayer, del ultimátum dado por Israel para que los más de 1,1 millones de palestinos viviendo en el norte de la Franja deGaza abandonen sus casas para dirigirse al sur, el Ejército de Israel volvió a reanudar los intensos bombardeos contra el interior de Gaza. La operación terrestre de las tropas comandadas por el primer ministro, Benjamin Netanyahu, parece inminente, con más de 300.000 reservistas listos para entrar en acción y los tanques y blindados en posición para el asalto. Allí, durante una visita que realizó ayer a las tropas, el líder israelí lo dejó muy claro: «¿Estáis listos para la siguiente etapa? La próxima etapa está por llegar».

Sin embargo, el Ejército israelí, o Tsahal, ya ha estado operando en el territorio controlado por Hamás. El viernes llevaron a cabo una serie de «incursiones localizadas» para eliminar lanzaderas de misiles del grupo islamista, los cuales siguen azotando a la capital israelí y a las ciudades situadas alrededor de la Franja, así como para encontrar los restos de ciudadanos que han estado desaparecidos desde el ataque del pasado sábado. Hasta ahora, se desconoce el número de cuerpos recuperados, o cuántos de ellos pertenecen a las más de 100 personas secuestradas por los islamistas durante el asalto.

Asimismo, el Tsahal aseguró ayer que, en otra incursión, mató a dos comandantes de Hamás que indicaron formaban parte de la cúpula armada del grupo que estuvo detrás de los ataques de hace una semana. Según el ministerio de Defensa, las fuerzas especiales israelíes abatieron a Merad Abu Merad, jefe del sistema aéreo de Hamás, y a Ali Qadi, comandante de una compañía de comandos del grupo islamista. Estos ataques quirúrgicos por parte de Israel son el preludio de la operación terrestre que, según las declaraciones de Netanyahu ante sus tropas, ya parece inevitable.

En este sentido, el portavoz jefe del Ejército, el brigadier general Daniel Hagari, aseguró el viernes que están preparados para «una guerra larga», y que sus hombres «están listos para toda acción necesaria para lograr su objetivo», que, según el primer ministro, es la destrucción total de Hamás. Además, indicó que «a diferencia de las acciones de Hamás-ISIS, actuaremos, tanto como sea posible, para evitar daños a civiles inocentes. Actuamos según la ética y los valores de los derechos humanos, pero Hamás los quiere utilizar como escudos humanos», afirmó, a pesar de las muchas bajas civiles que ya se han producido en Gaza, donde continúa el éxodo de los cientos miles que han emprendido el camino hacia el sur para escapar de los futuros combates y bombardeos.

Sin embargo, la huida de los más de 1,1 millones de civiles, la mitad de ellos menores de edad ha sido tildada tanto por la ONU como por el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, de «irrealizable». En el interior de la Franja, los habitantes están utilizando cualquier medio para escapar. Los más afortunados cuentan con vehículos y gasolina para hacer el trayecto, otros van en camiones o en carros tirados por burros. Muchos lo hacen a pie mirando al cielo porque los bombardeos contra presuntos objetivos de Hamás han continuado. Más de un centenar han muerto mientras intentaban ponerse a salvo por uno de los dos corredores que Israel indicó que eran seguros.

No obstante, llegar hasta el sur tampoco garantiza su seguridad porque allí los suministros de alimentos, agua potable y asistencia médica son muy limitados y empiezan a escasear. La caja de zapatos que ya era Gaza ha sido reducida a casi la mitad y, literalmente, la zona presuntamente segura no cuenta con los recursos para acoger a un número tan grande de gente, tal y como confirmaba por teléfono a LA RAZÓN el periodista palestino Fady, quien ha huido con su esposa y su hija. «Hemos pasado cuatro días en el hospital de Al Shifa», el más grande de Gaza y en cuyos aledaños muchos civiles acampan cuando se produce una escalada del conflicto, tal y como ya pasó en 2014, buscando la seguridad que les pueda ofrecer estar al lado de un centro médico, en teoría, protegido por la Convención de Ginebra. «Hay muchas más víctimas de las que se han contabilizado. Miles están muertos sepultados bajo sus casas que han sido derruidas por los bombardeos», explicaba.

El periodista no sabe qué será de su familia, o cuánto tiempo podrán aguantar en las condiciones en las se encuentra. «Solo tenemos menos de dos horas de electricidad al día, cada vez hay menos comida y agua, pero la gente no para de llegar. Y, según nos han dicho, pronto cortarán las comunicaciones y la conexión a internet», indicaba, desesperado. «¿Hacia dónde podremos huir si esto continúa así? Egipto ha reforzado la frontera con bloques de hormigón y el paso de Rafah sigue cerrado», contó. «No sé qué será de nosotros. Aquí hay muchos inocentes, muchos niños y ancianos que lo han tenido que abandonar todo…otra vez».

Con la operación terrestre a punto de empezar, según las propias palabras de Netanyahu, así como el no establecimiento de corredores humanitarios, la situación de cientos de miles de civiles palestinos es cada vez más crítica. Más aún para los que no pueden abandonar el norte de la Franja de Gaza, como los heridos de los hospitales cuyo traslado significaría su muerte, tal y como han indicado la ONU y organizaciones internacionales como Médicos Sin Fronteras. Todo parece indicar que, en el infierno en el que se ha convertido Gaza, lo peor está por llegar.