Crisis política en Italia
Italia define el futuro de Europa
El jueves, Matteo Salvini, el líder de la Liga, rompió con el Movimiento 5 Estrellas (M5S), liderado por Luigi di Maio, y pidió unas elecciones anticipadas. El primer ministro, Giuseppe Conte, convocó a Salvini al Parlamento para explicar públicamente por qué provocó la crisis de Gobierno. Los motivos «oficiales» para la ruptura son los intentos del M5S de dinamitar los planes de la línea ferroviaria de alta velocidad entre Turín y Lyon, aunque el Gobierno se llevaba fracturando desde hace tiempo en temas de áreas de justicia, economía y regiones.
Ayer el sistema económico italiano no reaccionó bien a la ruptura del Gobierno. Los mercados y los bancos han caído en una crisis. De hecho, los expertos han discutido largamente sobre la posibilidad de que la próxima crisis del euro podría venir de Italia y que los mercados están pagando la incertidumbre. A lo largo de los años, el Gobierno italiano ha generado más de dos billones de euros de deuda. Una economía débil y unos bancos débiles han tenido el efecto de sumir a Italia en la recesión, mientras las posturas políticas y económicas populistas alarmaban a las instituciones europeas.
Lo que Salvini sea capaz de hacer ahora es absolutamente importante para entender el futuro de Italia. Actualmente, una alianza entre el M5S y el Partido Demócrata para mantener una nueva mayoría parlamentaria y un nuevo gobierno es bastante improbable. La opción más factible es la de unas elecciones en octubre y que la Liga forme gobierno con Hermanos de Italia, liderado por Giorgia Meloni, y con Forza Italia, del antiguo primer ministro Silvio Berlusconi. Salvini ha prometido dar a los italianos un nuevo sentido al orgullo de país y ha acuñado el eslogan de «Italianos primero», recordando al norteamericano de Donald Trump, el «America First», y en abierta oposición a la inmigración ilegal y los beneficios socioeconómicos de los inmigrantes y los refugiados. La postura anti-migración de Salvini delimitará los contornos del país y alineará a Italia más fuertemente con las políticas de Donald Trump y Vladimir Putin. Al respecto, las acusaciones de que la Liga buscaba fondos de Rusia no han sido probadas aún y parece que no han dañado la reputación del partido en el electorado italiano. Al contrario, la Liga ha crecido en las encuestas y se cree que tiene un 36% de preferencias entre los votantes italianos.
Un nuevo Gobierno liderado por Matteo Salvini podría también hacer a Italia buscar alianzas con el Grupo de Visegrado, una alianza cultural de cuatro Estados centroeuropeos: Hungría, Polonia, la República Checa y Eslovaquia. Las posturas populistas encajarían bien en el Grupo de Visegrado y alejaría a Italia de Bruselas. Queda por ver si Salvini buscará salir de la Unión Europea, un tema candente entre algunos de los líderes de la Liga. La principal preocupación de un nuevo Gobierno liderado por él es que las incertidumbres políticas y financieras podrían hundir a Italia en una recesión y provocar una crisis financiera en Europa. Sin embargo, es incuestionable que la promesa de Salvini de reconquistar el orgullo italiano en casa y fuera de ella pudiera significar el renacimiento cultural del país y de las instituciones italianas. Hoy, el futuro de Italia es más incierto que nunca. Mañana, definirá el destino de Europa.
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