Política

Proclamación de Felipe VI

La hora de revitalizar la Monarquía

La Razón
La RazónLa Razón

Durante el día de la proclamación de Felipe VI estuve escribiendo artículos para el diario británico «The Daily Telegraph» en su edición online mientras tenían lugar los acontecimientos desde el Congreso y también entre las multitudes en las calles de Madrid. Había dos atmósferas, la de aquellos que esperaban a ver la comitiva de los nuevos Reyes en su paso desde el Parlamento hasta el Palacio Real y la de los republicanos que esperaban manifestarse en la Puerta de Sol.

Ya hemos escrito mucho en el periódico sobre la decisión del Rey Juan Carlos de abdicar en favor de su hijo Felipe. Los asuntos que más han interesado a «The Telegraph» son cómo Juan Carlos I ha sido tan querido por los españoles durante muchos años y reconocido por su papel en la transición de la nación a la democracia y cómo manejó el intento de golpe de Estado militar el 23 de febrero de 1981.

Pero también en «The Telegraph» hemos escrito mucho sobre los accidentados recientes años de su reinado y cómo su popularidad fue dañada con una serie de escándalos, incluyendo el desafortunado viaje de caza de elefantes a Botsuana, los rumores de un «affair» y la contaminación de la Familia Real por el escándalo de corrupción centrado en el duque de Palma, Iñaki Urdangarín, e implicando a la Infanta Cristina.

Hay un gran interés en cómo el pueblo español recibirá a Felipe VI y en si un nuevo Rey será suficiente para levantar la popularidad de la institución de la Monarquía, especialmente después de la ola de manifestaciones antimonárquicas que se han visto desde que la abdicación fuese anunciada.

Felipe VI es visto como una cara fresca que no ha sido manchada por los escándalos a los que se ha enfrentado su padre. No obstante, uno de los primeros retos de su reinado será, sin duda, la independencia lanzada desde Cataluña.

La figura de la Reina Letizia es también de un gran interés en Reino Unido porque es claramente un icono del estilo y genera titulares dedicados a su elección de vestido, elegancia y modales en cada evento público al que asiste, algo muy parecidos a lo que la duquesa de Cambridge, Catalina, significa en Reino Unido. Sin embargo, Letizia no es siempre querida por los medios de comunicación y muchas veces es objeto de especulación y de rumores alrededor de la fuerza de su relación y sobre cómo se lleva con el resto de miembro de las Familia Real.

Claro que la abdicación de Juan Carlos I ha invitado a las comparaciones sobre qué pasará con nuestra propia monarquía y si la reina Isabel II seguirá algún día el ejemplo, algo que, generalmente, se considera improbable.