Afganistán

La inestabilidad en Afganistán obliga a la Alianza a prorrogar un año su misión

La inestabilidad en Afganistán obliga a la Alianza a prorrogar un año su misión
La inestabilidad en Afganistán obliga a la Alianza a prorrogar un año su misiónlarazon

Los planes de Occidente para Asia se desvanecen. Si en octubre Estados Unidos confirmó –muy a pesar de Barack Obama, que pensaba acabar su mandato con la mayor parte de sus efectivos de vuelta en casa–, que sus 9.800 soldados permanecerían en Afganistán, ahora es la OTAN la que asegura que debe prorrogar su misión en el país. Así lo confirmó ayer su secretario general, Jens Stoltenberg, durante el encuentro previo a la cumbre que se celebra hoy y mañana en Bruselas. Los más de 12.000 soldados que la Alianza Atlántica mantiene en el país como parte del operativo Resolute Support (al que se dio luz verde a principios de este año tras finalizar la misión internacional ISAF) permanecerán, al menos, hasta finales de 2016, cuando realmente estaba previsto que regresaran a finales de este año. Además, tampoco se llevará a cabo el repliegue de los efectivos hasta Kabul, sino que se mantendrán por todo el país, más aún después del aviso que supuso la toma de Kunduz por parte de los talibanes, lo que evidenció su fortaleza. «Nos hemos visto obligados a revisar la misión sobre el entrenamiento y asistencia a las fuerzas afganas. Este país sigue siendo uno de nuestros principales retos», aseguró Stoltenberg. Además del despliegue militar, la OTAN también debate hoy la necesidad de mantener la financiación de las Fuerzas Armadas y de Seguridad afganas. La partida de la Alianza estaba cubierta hasta 2017, pero dada la inestabilidad del país, se prevé prorrogarla hasta 2020. Esta decisión se sellará en la cumbre de Varsovia de julio.

Además de la ayuda económica que recibe el Gobierno afgano de la OTAN para reformar y entrenar a sus tropas, cuenta con partidas provenientes de otros países, como Japón o Corea del Sur. Estas decisiones, sin duda, suponen un nuevo varapalo a la estrategia occidental para la crisis afgana, un conflicto abierto desde el año 2001 y cuyo final continúa siendo incierto. «La situación es muy complicada. Ha habido muchos avances en los últimos diez años, se han producido logros significativos... sin embargo, la seguridad en Afganistán no es tan positiva a estas alturas como pensábamos que sería», reconoció a LA RAZÓN un diplomático senior de la OTAN. «Nos encontramos en una situación crítica, un reto que es multidimensional y que afecta, entre otros aspectos, a las instituciones del país», aclara.