Bruselas

La protesta ciudadana y el boicot opositor ponen en jaque al Gobierno búlgaro

A la presión ciudadana que sufre el Ejecutivo búlgaro desde hace dos semanas se ha sumado hoy un renovado boicot de la oposición a la actividad parlamentaria, que amenaza con paralizar la actividad de gobierno y obligar a convocar nuevas elecciones.

A la presión ciudadana que sufre el Ejecutivo búlgaro desde hace dos semanas se ha sumado hoy un renovado boicot de la oposición a la actividad parlamentaria, que amenaza con paralizar la actividad de gobierno y obligar a convocar nuevas elecciones.

La sesión plenaria de hoy tuvo que ser suspendida debido a que sólo 112 parlamentarios, socialistas y del partido de la minoría turca que apoyan al Gobierno, estaban presentes en un hemiciclo frente al que cientos de personas se manifestaban pidiendo la dimisión del Gobierno.

A la ausencia de los parlamentarios del conservador GERB, que boicotea las sesiones desde hace semanas, se unió la de los legisladores del ultranacionalista Ataka, un partido que no apoya al Ejecutivo pero que permitió, con su abstención, la elección en mayo del independiente Plamen Oresharski como primer ministro.

Ante esta situación, el Partido Socialista Búlgaro, la principal fuerza que respalda al Gobierno, advirtió de que impulsará la celebración de nuevas elecciones si la actividad del Parlamento sigue bloqueada por Ataka.

"El país corre riego de celebrar nuevas elecciones generales anticipadas si Ataka no decide en 24 horas, o 48 como máximo, si va a participar en el funcionamiento del Parlamento", declaró hoy Sergei Stanishev, líder de los socialistas.

El actual Ejecutivo, que lleva apenas cuatro semanas en el poder, salió de los comicios anticipados del 12 de mayo, celebrados justo por la dimisión del anterior Gobierno del GERB debido a una ola de protestas ciudadanas por los precios de la electricidad.

El propio primer ministro advirtió hoy del riesgo de inestabilidad que supone esta doble tensión, con protestas en la calle y un Parlamento bloqueado.

"Naturalmente no podemos trabajar sin Parlamento", declaró hoy Oresharski, al ser preguntado sobre si planea satisfacer la exigencia de dimisión de los manifestantes.

El Partido Socialista mantuvo hoy una reunión urgente a puerta cerrada para debatir la situación creada.

Según informaron la cadena bTV y la agencia Mediapool, citando fuentes anónimas de los socialistas, en ese cónclave se planteó la dimisión del Gobierno de Oresharski, a más tardar el próximo lunes, si Ataka mantiene el boicot.

Unos rumores que han sido negados por el ministro del Interior, Tvsetlin Yovchev.

"En este momento la dimisión del Gobierno no está en la agenda. Las exigencias del pueblo están en el programa del Ejecutivo y deben aprobarse. Una dimisión prematura traería el caos al Estado", declaró el ministro, cuyo coche recibió una lluvia de huevos cuando trataba de acceder al Parlamento, cercado por cientos de personas.

De momento, el Gobierno confirmó que Oresharski participará mañana y el viernes en la cumbre de líderes de la UE en Bruselas.

También desde Ataka se aseguró no desear nuevas elecciones y se negó que el partido esté boicoteando la actividad parlamentaria.

Yavor Notev, diputado de ala ultra, justificó la ausencia de sus colegas en el salón de plenos en la protesta ciudadana de esta mañana frente al edificio.

"No se pueden tomar decisiones bajo un bombardeo de tomates, papel higiénico y la amenaza de violencia física", declaró.

Notev se negó a confirmar o descartar si los 23 representantes de Ataka estarán mañana en el hemiciclo. "El ambiente es dinámico, ya veremos mañana en qué situación nos despertaremos", subrayó.

Los manifestantes insisten en que caiga el Ejecutivo, al que acusan, como a toda la clase política, de actuar de forma no transparente y proteger sólo el interés de los oligarcas.

A la multitudinaria marcha que desde hace 13 días parte cada tarde de la sede del Gobierno y pasa por el Parlamento, se ha sumado hoy una convocatoria matutina de protesta bajo el lema "A tomar café al Parlamento".