Unión Europea

La UE se divide sobre cómo afrontar el agujero del Brexit

Los países del Norte rechazan aumentar su contribución presupuestaria. Unanimidad en el «no» de las capitales a ceder control al Europarlamento

El presidente Mariano Rajoy, junto al primer ministro húngaro, Viktor Orban, la canciller Angela Merkel y el presidente francés Emmanuel Macron, ayer, en Bruselas
El presidente Mariano Rajoy, junto al primer ministro húngaro, Viktor Orban, la canciller Angela Merkel y el presidente francés Emmanuel Macron, ayer, en Bruselaslarazon

Los países del Norte rechazan aumentar su contribución presupuestaria. Unanimidad en el «no» de las capitales a ceder control al Europarlamento.

La Unión Europea comienza a recobrar el pulso. Los peores temores parecen haberse disipado y llega el momento de plantearse el futuro post Brexit. La UE vuelve a crecer a buen ritmo tras una década de contante zozobra, los partidos populistas han sido vencidos o, al menos, debilitados, y los peores momentos de la crisis migratoria comienzan a parecer lejanos. En el horizonte, un joven líder ambicioso que ha hecho del orgullo europeo su mejor baza, Emmanuel Macron y una nueva Gran Coalición en Alemania entre populares y socialista también con marcado carácter pro- europeo. Pero no hay nada nuevo bajo el sol. El encuentro de jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete ( sin Reino Unido) que tuvo lugar ayer en la capital comunitaria vuelve a reeditar la vieja guerra de Bruselas contra las capitales. Una batalla en los dos frentes clásicos: poder y dinero. No hay pelea de calado si no está presente el vil metal.

La salida de Reino Unido del bloque europeo ocasionará un agujero de entre 12.000 y 15.000 millones de euros anuales en las arcas comunitarias a partir del año 2020. El dinero mengua, pero los retos aumentan. La UE quiere designar más fondos a partidas antes olvidadas como Defensa, I+D y gestión de fronteras y la Comisión Europea ya ha pedido a los Estados miembros que aumenten sus contribuciones también como modo de que las tradicionales partidas de Agricultura y los fondos regionales no sufran grandes recortes. Los grandes países están a favor de esta petición. Francia y Alemania deben demostrar su europeísmo rascándose el bolsillo. Para España unirse a este grupo es la mejor estrategia para que las partidas regionales sufran la menor merma posible, aunque en el próximo periodo España será contribuyente neto por primero vez: recibirá menos de lo que aportará. Sobre las discusiones en la cumbre de ayer, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy reconoció que «hay opiniones para todos los gustos» pero señaló a «un grupo importante de países» como Francia Italia y los países del Este a favor de seguir financiando la Política Agraria Común en línea con las pretensiones de España y que «lo mismo sucede» con los fondos regionales.

Pero ante un debate que vive su fase embrionaria, ya que la Comisión Europea todavía no ha presentado una propuesta legislativa detallada, Holanda, Dinamarca, Suecia Austria se han convertido en los aguafiestas oficiales. «Lo que no queremos en un permanente incremento impuesto a los contribuyentes netos que ya están haciendo una gran-gran contribución», aseguró a su llegada a la cumbre el canciller austríaco Sebastian Kurz resumiendo el sentir de este grupo. «Lo o que aportaba Reino Unido hay que sacarlo del presupuesto», resumió Mark Rutte, el primer ministro holandés al termino de la reunión. Según el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, hay unos 14 o 15 países que están a favor del incremento.

La propuesta de Bruselas de ligar los fondos europeos a la acogida de refugiados y al respeto a los Derechos Humanos también amenaza con incrementar las tensiones en los próximos meses. De momento, como sorpresa de la cita de ayer, los países del Este han recibido con ánimo constructivo esta posibilidad y creen que será posible conseguir más fondos para los países que acojan a más exiliados.

Pero el futuro presupuesto europeo no es el único debate. Los Veintisiete, con Emmanuel Macron como líder de la revuelta, rechazaron ayer la propuesta de la Comisión Europea para que el sucesor de Jean Claude Juncker en el año 2019 sea el candidato de la fuerza europea más votada en las elecciones del Parlamento.

Equilibrios ideológicos

Una iniciativa que permite una auténtica campaña electoral europea sin que los comicios sean secuestrados por las trifulcas nacionales. El actual presidente del ejecutivo comunitario fue el primero elegido bajo este nuevo método que ya en el año 2014 suscitó suspicacias. Angela Merkel fue la principal opositora entonces a esta iniciativa y tuvo que pasar por el aro debido a las presiones del entonces presidente de la Eurocámara, Martin Schulz y a la fuerza de los hechos consumados. Ahora Macron toma el relevo. El presidente de la República Francesa ve con recelo la lógica del Spitzenkandidaten, la expresión en alemán utilizada en los pasillos comunitarios para designar este modelo de elección. «No queremos que haya automatismo», aseguró Merkel al final de la cumbre europea, en referencia al candidato de la fuerza política más votada mientras reflexionaba sobre la dificultad de encontrar una «mayoría clara», en las próximas elecciones al Parlamento en las que la Eurocámara pasará a tener 705 diputados y España ganará cinco nuevos escaños.

El europeísta presidente francés se enfrenta a un partido joven que no pertenece a ninguna de las grandes familias del Parlamento Europeo, lo que le deja fuera de juego. Mientras deshoja la margarita, Macron defiende la puesta en marcha de listas trasnacionales a la Eurocámara aprovechando la salida del Reino Unido y la nueva configuración de la Cámara. Una receta que le viene como anillo al dedo, pero no parece factible en el corto plazo de 2019 y no cuenta ni con el apoyo de la propia Eurocámara.