Conflicto armado
Londres pide ayuda a la UE para armar una flota
El Gobierno británico propuso ayer formar «una misión marítima europea» para proteger a los cargueros que transiten por el estrecho de Ormuz, después de que el petrolero «Stena Impero» fuera interceptado el pasado viernes por las autoridades iraníes. El episodio ha creado una gran crisis diplomática entre Londres y Teherán. En este sentido, había gran expectación ayer por la comparecencia en la Cámara de los Comunes del ministro de Exteriores, Jeremy Hunt.
Los rotativos llegaron a hablar de posibles medidas punitivas contra la república islámica, tanto diplomáticas como económicas. Barajaron incluso la posibilidad de que el Ejecutivo pidiera a la ONU y la UE que reactiven sus sanciones contra el régimen de los ayatolás. Sin embargo, el discurso de Hunt fue finalmente mucho más moderado. El ministro declaró que ya ha mantenido conversaciones con sus homólogos de varios países de la UE, entre ellos España, para constituir una unidad centrada en asegurar «una navegación libre y segura». «Si Irán continúa por esta senda peligrosa, deberá aceptar el precio de una mayor presencia occidental en las aguas de su litoral, no porque queramos aumentar las tensiones, sino porque la libertad de navegación es un principio que Reino Unido y sus aliados siempre defenderán», afirmó.
A fin de reducir el riesgo actual y rebajar la tensión en el golfo Pérsico, Londres ha pedido a los barcos bajo bandera británica que eviten navegar por el estrecho de Ormuz «provisionalmente». Con todo, Reino Unido no se sumará a la estrategia más agresiva de Estados Unidos, que se retiró el año pasado unilateralmente del acuerdo firmado en 2015 con Teherán para reducir su actividad nuclear.
La crisis se produce antes de la reunión extraordinaria que, el día 28, mantendrá la comisión conjunta creada por el pacto en Viena para abordar la situación actual. Ahí podrían encontrarse representantes de Teherán y Londres. Los países firmantes del acuerdo –Irán, Francia, Reino Unido, Alemania, Rusia y China– han expresado su voluntad de mantener en pie el pacto. Sin embargo, Teherán denuncia que, especialmente los países europeos, no han cumplido sus compromisos ni compensado las sanciones impuestas por Washington tras salirse del convenio. En este sentido, el régimen de los ayatolás ha comenzado a desvincularse del acuerdo y anunciará nuevas medidas cada 60 días si Europa no toma «nuevas iniciativas» para garantizar la plena reincorporación de la república a los mercados internacionales.
La crisis en el Golfo se agudizó el pasado viernes cuando el petrolero «Stena Impero», bajo bandera británica, fue apresado en el estrecho de Ormuz por las autoridades iraníes, que le acusan de violar la normativa de navegación. Los iraníes ya habían amenazado con capturar un barco con bandera británica como represalia a la detención el 4 de julio del «Grace 1». Las autoridades de Gibraltar –ayudadas por un destacamento de la infantería de Marina británica– detuvieron frente a sus costas al navío de bandera panameña, bajo sospecha de que transportaba crudo iraní con destino a Siria, lo que sería una violación de las sanciones de la UE contra algunas entidades e individuos sirios. Gibraltar y Reino Unido insistieron en que actuaron legalmente, pero Teherán calificó el episodio de «piratería» y acusó a Londres de seguir órdenes de Washington.
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