Unión Europea

Merkel frena la ambiciosa reforma de la UE que abandera Macron

Reconciliación llena de dudas entre los doslíderes sobre la unión bancaria, Defensa y los retos migratorios

El presidente francés, Emmanuel Macron, saluda a la canciller alemana, Angela Merkel, en Berlín
El presidente francés, Emmanuel Macron, saluda a la canciller alemana, Angela Merkel, en Berlínlarazon

Reconciliación llena de dudas entre los doslíderes sobre la unión bancaria, Defensa y los retos migratorios.

El encuentro de ayer no podía ser más simbólico: la canciller alemana, Angela Merkel, escogió la obra inacabada de la reconstrucción del Palacio Real de Berlín, el que fuera el edificio más importante en los tiempos de Prusia, para recibir a su homólogo francés, Emmanuel Macron. Sobre la mesa una ambiciosa reforma de la Unión Europea, un proyecto a 27 lejos de completarse, a ojos de Macron, así como la cuestionada hegemonía alemana en todo lo que se refiere a las iniciativas comunes. El encuentro se planteaba difícil por las tensiones que entre ambos países han tenido lugar en los últimos meses. Francia además ha tenido que esperar para poder descubrir las posiciones de Berlín debido a la complicada formación del gobierno que terminó en una repetición de la Gran Coalición.

«Los valores y los intereses solamente los podemos defender en el mundo de forma exitosa como europeos», afirmaba la canciller aludiendo al proyecto de reforma de la Unión Europea que Macron volvía a reclamar el día anterior ante el Parlamento Europeo. A pesar de que la coalición de gobierno alemana ha manifestado en su programa conjunto querer revivir la «solidaridad europea», la propuesta del francés de crear un Ministerio de Finanzas Europeo no ha encontrado la resonancia esperada, ya que la coalición de la canciller asegura que en un primer momento habrá que solucionar los problemas presupuestarios de la UE que van a surgir a raíz del Brexit. Macron por su parte no está en contra de los planes de austeridad, pero cree necesario incentivar a las economías de los países más débiles de la Unión.

Tampoco la idea de una unión bancaria parece por ahora tener vistas de salir adelante, ya que Merkel se ha encontrado con la oposición tanto de miembros de su partido, la Unión Cristiano demócrata, como en la Unión Unión Social Cristiana, su socio en Baviera. Ambos tienen recelos en relación a los créditos infectados que en países como Italia puedan tener los bancos en sus cuentas. En un documento de la fracción en el Bundestag de la canciller, ambos partidos ven como condición para dicha unión el que el Parlamento alemán pudiera seguir teniendo el poder en las decisiones importantes así como el derecho a veto.

Merkel reconoció que «siempre hay, por supuesto, diferentes puntos de partida cuando negocian Francia y Alemania». «Necesitamos debates abiertos y al final encontrar la voluntad de compromiso», añadió. Macron por tanto vio enfriarse sus expectativas de lograr la unión bancaria, y advirtió de que «ninguna unión monetaria puede sobrevivir si no hay instrumentos de convergencia». No parece dispuesto a abandonar la idea de buscar herramientas de solidaridad, especialmente entre los 19 países que comparten el euro.

Ambos encontraron más puntos en común en el tema de los refugiados y las fronteras. «El sistema europeo de asilo es uno de los mayores retos que tenemos», aseguraba la canciller después de que Macron propusiera crear una oficina europea de asilo, con un sistema unificado y ayudas para las regiones que acojan más refugiados. Esta propuesta es en realidad una concesión a Alemania, ya que es el país de la Unión que más refugiados ha acogido desde que en 2015 comenzase la última crisis migratoria. El líder galo por su parte quiso subrayar la importancia de «defender las fronteras» de la Unión de manera más efectiva.

En junio se encontrarán de nuevo en una cumbre de la UE y ayer aseguraron que hasta entonces tratarán de llegar a un acuerdo sobre las reformas propuestas por Macron para la Unión con la idea de presentar un plan conjunto que sirva de base para la futura transformación del bloque.

De fondo, en la escena internacional, la crisis siria, que convinieron en que hay que tratar de resolver, una guerra que ha supuesto un altísimo coste a Merkel después de abrir la puerta a 700.000 sirios en los últimos años. También el pacto nuclear con Irán, que defienden a capa y espada pese a la insistente oposición de Trump.