Maduro da la espantada y deja plantado al Papa

Finalmente el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, presionado por la comunidad internacional y por la oposición venezolana, decidió batirse en retirada y no acudir a su cita en el Vaticano con el Papa Francisco. La excusa: una gripe en un país caribeño donde las temperaturas ascienden a 35 grados. En tiempos de crisis deberían de bajar el aire acondicionado en el Palacio de Miraflores. «Los médicos me han obligado a quedarme en descanso y es lo que estoy haciendo ahora. De hecho he tenido que, por recomendación médica, suspender el viaje a Roma», dijo Maduro durante una videoconferencia transmitida por la televisión estatal VTV.

El mandatario canceló su visita a la Santa Sede el mismo día que la oposición venezolana comenzó una vigilia en varias ciudades del país para pedir al papa Francisco que, durante su encuentro con Maduro previsto, intercediera por la crisis venezolana. Es predecible que finalmente Maduro no asista a la Cumbre UE-CELAC que se celebrará el próximo 10 y 11, entre otras cosas para evitar un encuentro incómodo con el presidente Mariano Rajoy. Mientras que el resto de los países latinos escenifican un acercamiento, poco a poco Venezuela va quedando más aislada de Occidente. Durante los últimos días el Vaticano se ha visto desbordado por una serie de cartas que solicitan al Sumo Pontífice que interceda por los presos políticos de Venezuela. El Club de Madrid –asociación formada por 107 ex jefes de Estado y de Gobierno democráticos– ha enviado una carta a su Santidad para pedir por la defensa de los derechos humanos y la democracia en Venezuela. Los ex presidentes de Colombia, Andrés Pastrana y el boliviano, Jorge Quiroga –quienes recientemente visitaron Caracas–, también enviaron una carta al Papa con demandas similares, igual que el líder opositor venezolano Henrique Capriles.